Polémica política
Los “puteros” avivan el debate en el Parlamento de Galicia
Los socialistas gallegos desatan un cisma en la cámara al defender que la ley de proxenitismo fracasó en Madrid porque hay diputados “puteros” entre los partidos que votaron 'no'
Hay argumentos tan simples que, como no podía ser de otra manera, terminan por romper cualquier tipo de tranquilidad, también en un Parlamento autonómicos. Se pudo constatar esta mañana en la cámara gallega, cuando la diputada socialista Paloma Castro argumentaba que la ley contra el proxenetismo fracasó en el Congreso por “las presiones” del 'lobby' de la prostitución o, como añadió de un modo más básico, porque hay “diputados puteros” entre los partidos que votaron 'no'.
Palabras que, por supuesto, actuaron como detonante para una reacción clara y contundente desde la bancada popular, donde la viceportavoz, Paula Prado, respondió también sin pelos en la lengua: “En este grupo no hay puteros. No sé si en el PSOE pueden decir lo mismo”.
Cabe recordar que la semana pasada se tumbó en el Congreso la toma en consideración de la ley de los socialistas, que sólo apoyaron Coalición Canaria, BNG, UPN y el parlamentario del grupo mixto y exministro José Luis Ábalos.
Castro, en su razonamiento, esgrimía esta mañana que el rechazo al texto se debió al voto contrario de fuerzas que “hipócritamente se consideran progresistas” y al “cambio de criterio” de grupos que se habían manifestado a favor como el PP. Un cambio de postura que no dudó en vincular a “presiones” del sector de las proxenetas o al hecho de que “hay muchos puteros” en las filas de estos partidos.
“Entiendo que tengan un problema con la prostitución, pero no voy a consentir que se diga eso de este grupo”, incidía Prado en su respuesta, que se fue más allá de la alusión a este tipo de compañías en referencia a la trama del Tito Berni, y acabó sacando a la palestra a Luis Roldán o los ERE de Andalucía.
No dudó Prado tampoco en solicitar al presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Santalices, que se considerase que las afirmaciones de Castro suponían una infracción del reglamento por falta de decoro hacia el Grupo Popular.
En esta línea, y una vez concluida la intervención de Prado, el propio Santalices solicitaba a Castro que retirase la expresión “putero” con el objetivo de que no figurase en el libro de sesiones, pero la socialista mostró su negativa y se reafirmó en sus palabras. Ante esta postura, fue el propio presidente del Parlamento quien ordenó su eliminación porque “la palabra putero no debería ser usada en el debate”.
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