Naturaleza

La ruta imposible que flota sobre un bosque de Galicia

Desde la antigua Fábrica da Luz hasta la necrópolis de San Vítor, el sendero ofrece naturaleza, historia y silencio a un puñado de pasos del río Sil

Pasarela del río Mao.
Pasarela del río Mao. Turismo Ribeira Sacra

Hubo un tiempo, cuentan, en el que una ardilla podía cruzar la Península Ibérica de sur a norte sin tocar el suelo, saltando de rama en rama. Hoy, en pleno siglo XXI, todavía quedan rincones donde esa idea no parece del todo descabellada. Uno de ellos está en el corazón de Ourense, en el impresionante Cañón del Mao, donde una pasarela de madera flota, literalmente, por encima de los árboles y serpentea por un paisaje detenido en el tiempo.

Esta ruta, alejada del turismo masivo, nace en la antigua Fábrica da Luz, en el concello de Parada de Sil. El edificio, que antaño generaba energía hidroeléctrica aprovechando la fuerza del Mao, es hoy un albergue y centro de acogida para senderistas que buscan algo más que una simple caminata: buscan desconectar. Y no hay mejor lugar para ello que esta pasarela suspendida entre bosque y cañón.

El itinerario, circular y bien señalizado, se inicia precisamente en este punto. Desde la Fábrica da Luz, una estructura de madera perfectamente integrada en el paisaje desciende gradualmente por la ladera del cañón. El río no se ve al principio, pero se siente. Su rumor acompaña cada paso, cada crujido de la madera bajo las botas, hasta que por fin aparece allá abajo, como un espejismo, marcando la confluencia con el río Sil.

La ruta alterna tramos de pasarela, escaleras talladas entre árboles y caminos de tierra, aderezados con paneles informativos. Uno de los puntos más llamativos es el mirador sobre el cañón, desde el que se abre una panorámica del valle, especialmente atractiva en primavera y a finales del verano, cuando el verde comienza a ceder ante los ocres.

Ruta del río Mao.
Ruta del río Mao. Turismo Ribeira Sacra

Historia y misterio en Barxacova

Una vez se alcanza la unión de los dos ríos, el sendero abandona la pasarela y sigue su curso natural hasta llegar a Barxacova, una pequeña aldea que parece resistirse al paso del tiempo. Allí, entre casas de piedra y caminos de monte, se esconde una playa fluvial formada por las aguas tranquilas del embalse de San Estevo.

Desde Barxacova, los caminantes más curiosos pueden adentrarse en una ruta alternativa, un desvío no señalizado para todos los públicos, hacia un enclave cargado de historia: la necrópolis de San Vítor.

Se trata de un conjunto arqueológico situado en las inmediaciones de San Lourenzo de Barxacova, en el que descansan los restos de una antigua capilla y un cementerio con tumbas antropomorfas excavadas en roca viva.

Las excavaciones han sacado a la luz monedas de los reinados de Sancho IV, Enrique II y Alfonso V de Portugal, además de fragmentos de cerámica, restos óseos de época medieval e incluso una tégula romana, lo que confirma la ocupación del lugar desde hace más de mil años.

Ruta alternativa

Y para quienes prefieran una versión más suave del contacto con el cañón, existe una alternativa: el sendero entre Forcas y San Lourenzo de Barxacova. Más corto y accesible, con apenas desniveles, es ideal para familias con niños o personas con menor preparación física. El camino discurre a media altura, bordeando el cañón y regalando vistas impresionantes sin necesidad de un gran esfuerzo.

Un verano perfecto para redescubrirla

En este verano de 2025, con la Ribeira Sacra más cerca que nunca de ser reconocida como Patrimonio Mundial por la UNESCO, el sendero del Mao vuelve a colocarse entre las mejores rutas de Galicia, y de España.

Su accesibilidad, su mezcla de naturaleza, patrimonio y silencio, y su integración en un paraje prácticamente virgen lo convierten en una experiencia casi imprescindible. Quizás, hoy, no se pueda cruzar la Península de árbol en árbol, pero caminar por la pasarela del Mao es lo más parecido que queda a esa sensación.