Análisis político

Treinta años que cierran una etapa

La retirada de la política de la ex alcaldesa de Vigo Corina Porro pone fin a un período de más de tres décadas del PP en la ciudad más grande de Galicia

Porro, en una imagen de archivo en su época en el Concello.
Porro, en una imagen de archivo en su época en el Concello. larazonlarazon

La penúltima gestora del PP de Vigo -la última acaba de echar a andar- estuvo presidida por Corina Porro. A ella recurrió Núñez Feijóo en 2019, desempolvando el baúl de los recuerdos, después de que Elena Muñoz presentase su dimisión tras el peor resultado electoral de los populares en Vigo, una ciudad gobernada con puño de hierro por el socialista Abel Caballero desde hace más tiempo del que se puede recordar.

Era el penúltimo servicio a la causa de Corina Porro, que abandonaba el Consello Económico y Social para volver a una ciudad en la que hacía ya demasiados años que había ocupado una Alcaldía a la que accedió después de una moción de confianza perdida por el socialista Pérez Mariño en noviembre de 2003.

Meses antes, en mayo, Porro había obtenido 13 concejales, a uno de la absoluta, que le permitieron entonces tomar el bastón de mando de la urbe que no pude renovar en 2007 por un puñado de votos. Esos que alzaron a Caballero, con el apoyo de los nacionalistas, a una Alcaldía que ostenta desde entonces, hace ya casi 17 años.

Más allá de servicios a la causa, Corina Porro (Ferrol, 1953), ha ocupado diversos puestos de responsabilidad durante las últimas tres décadas. Del mismo modo que lo había hecho antes. Enfermera de profesión, comenzó su vida política en 1995 como concejala de Bienestar Social en el gobierno de Manuel Pérez.

De allí, ascendió a directora general y conselleira de Asuntos Sociales en los Gobiernos de Manuel Fraga, desde donde volvería a la política municipal para alcanzar, a través de la mencionada moción, la Alcaldía de la principal ciudad de Galicia. Algo que le permitirá ser recordada siempre, más allá de sus detractores y sus allegados, como la primera mujer regidora de Vigo en democracia.

Después de perder la Alcaldía, Porro fue senadora, presidenta del Puerto de Vigo, delegada de la Xunta para aceptar presidir la gestora tras el hundimiento municipal de los populares en 2019, diputada electa en la última legislatura, y miembro de la mesa del Parlamento, en donde no iba a repetir al no figurar ya en las listas del 18 de febrero.

“Treinta años de servicio público”

En este escenario, ha decidido dar un paso a un lado y, como ella misma afirmaba ayer en una carta a la militancia, “dejar la política activa después de 30 años de servicio público”.

“Ha sido un orgullo para mí trabajar con vosotros, los militantes, que sois el pilar sobre el que se sostiene el partido, y creo que nunca podré agradeceros lo suficiente vuestra implicación personal y el afán con el que habéis defendido siempre nuestras siglas. Escucharos, aprender de vosotros y recibir vuestro afecto han sido de las facetas más gratificantes de mi trayectoria política”, añadía.

Lo cierto es que la marcha de Corina Porro cierra definitivamente una época en el PP de Vigo. Una despedida que coincide casi en el tiempo con la renuncia, por motivos personales, de la presidenta local Marta Fernández-Tapias, que ha conducido a los populares a la casilla de salida en la urbe más grande de Galicia.

Un lugar en el que aparece una gestora renovada, encabezada por la actual delegada autonómica en Vigo, Ana Ortiz, y con caras menos conocidas para el gran público. A ellos les corresponde la tarea de conformar un grupo humano y de trabajo capaz de hacer sombra, dentro de cuatro años, al eterno Abel Caballero. Un equipo en el que ya no estará Corina Porro.