
Galicia en llamas
Tres de los fuegos de Orense copan el pódium de peores incendios de la historia de Galicia
La ola supera ya las 59.000 hectáreas calcinadas, con Chandrexa de Queixa, Oímbra-Xinzo y Larouco como los más devastadores
El humo se cierne como un sudario sobre Orense y el aire huele a madera muerta. Galicia continúa asistiendo, casi impotente, a una tragedia forestal que marcará su memoria durante años. Las cifras hablan por si solas: la cifra de hectáreas calcinadas asciende ya hasta las 59.313, aldeas rodeadas por las llamas y un territorio herido.
Nunca antes, en la memoria reciente colectiva, el fuego había alcanzado tal magnitud en la comunidad; nunca antes tres incendios habían alcanzado de forma simultánea las primeras posiciones en el nefasto ránking de los peores que se recuerdan.
El más devastador es el de Chandrexa de Queixa, que comenzó en las parroquias de Requeixo y Parafita y acabó uniéndose al de Vilariño de Conso, en Mormentelos. Entre ambos han arrasado, según la última actualización de la Consellería de Medio Rural, 17.500 hectáreas, un récord negro desde que existen registros.
A su sombra arden otros dos gigantes: el fuego de Oímbra y Xinzo de Limia, originado en A Granxa y Gundín, que unido en un único frente ha reducido a cenizas 12.000 hectáreas, y el de Larouco, en la parroquia de Seadur, que alcanza idéntica superficie y ha saltado incluso la frontera con Castilla y León, extendiéndose hasta la localidad leonesa de Gestoso.
La oleada de incendios que golpea Galicia no se detiene ahí. Otros focos alimentan la tragedia: en A Mezquita, la parroquia de A Esculqueira arde con 10.000 hectáreas calcinadas; en Maceda, la unión de los frentes de Santiso y Castro de Escuadro devora ya 3.000; y en Vilardevós, hasta tres parroquias —Vilar de Cervos, Moialde y Fumaces-A Trepa— acumulan alrededor de 1.500 hectáreas.
A todo ello se suman los 2.500 hectáreas quemadas en Carballeda de Avia y Beade, y el fuego de San Cibrao das Viñas, que avanza sobre 60 hectáreas.
Fuegos estabilizados y bajo control
Frente al avance imparable de los grandes incendios, algunas zonas encuentran un cierto alivio. Así, se encuentran estabilizados los frentes de Agolada (400 hectáreas), Cervantes (150), O Saviñao (60), Muxía (23) y Montederramo (120). Otros permanecen controlados, como los de Toques (300), A Fonsagrada (150) y Verín (9).
Medio Rural ha confirmado además la extinción de dos fuegos: el de Dozón (300 hectáreas) y el de A Estrada (28).
Una catástrofe sin precedentes
El balance es demoledor: miles de hectáreas arrasadas, montes enteros reducidos a esqueletos negros y un verano que quedará en la memoria como uno de los más oscuros de Galicia.
La provincia de Orense, convertida en epicentro del desastre, soporta el peso de esta ola incendiaria que ha colocado a tres de sus fuegos en el trágico podio de los mayores de la historia gallega.
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