Gastronomía

Érase un Gourmet, más allá de productos gastronómicos

El emprendimiento social está cobrando una gran relevancia en el tejido empresarial español.

Érase un Gourmet, más allá que productos gastronómicos
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Érase un Gourmet no busca el lucro como objetivo principal, sino un beneficio para el conjunto de la sociedad. Se trata, pues, de una forma de negocio que genera ganancias, pero que parte de ellas se emplean en proyectos sociales. Para entender qué motiva a una persona a emplear esta metodología laboral, hemos hablado con Sandra Ovies Fernández, fundadora de la tienda onlineÉrase un Gourmet, marca registrada a su nombre y con la que lucha por su sueño: un mundo más solidario.

Sandra Ovies Fernández, una emprendedora altruista

Aunque sea graduada social y tuviera su propia asesoría, debido a su pasión por la gastronomía, decidió crear este apasionante proyecto para ayudar a los colectivos más necesitados. De esa forma, nació Érase un Gourmet con la meta no de su beneficio económico, sino de buscar estrategias, sinergias y convenios que contribuyeran a un bien para la sociedad. Tal y como nos cuenta Sandra, una idea de estas dimensiones no puede llevarla a cabo una sola persona. Por eso, se ha rodeado de personas de confianza, como Jose Luis Torrico encargado de la gestión comercial y su empresa Atrium Gestion, su asesor de empresa, Alberto Ardua y su asesoría, Ardua. Igualmente, sus agradecimientos van destinados al informático Raúl del Cerro y a su hermana y community manager, Vanesa, —fundadores de la empresa Haz Historia por haber diseñado la web y encargarse de la parte técnica online.

Sandra Ovies Fernández
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El proyecto solidario Érase un Gourmet se basa en un acuerdo con la Fundación Ramón Grosso, que trabaja en causas sociales y educativas con niños y jóvenes a través de actividades deportivas en el Chad. De esta manera, cuando se compran los productos de esta tienda mediante un enlace que hay en la web de la fundación se destina un 10% a la fundación. Por otro lado, se le asigna el 50% de los ingresos de la venta de la novela de Sandra Ovies, EL hombre que inventó la duda. No obstante, su espíritu filantrópico va más allá y también prevé recaudar fondos con un desfile que organizará con la diseñadora Lydia Valledor.

La diversidad y calidad culinaria al servicio de una causa benéfica

Impulsar un programa solidario así implica un esfuerzo constante, especialmente en un sector tan exigente como el de la gastronomía. Por ello, en los productos que Sandra oferta en la web se entrelaza la innovación con la tradición del arte culinario, por lo que los usuarios pueden encontrar desde mermelada de cactus hasta anchoas en mantequilla, elaboradas con una antigua receta, o ginebras como New Legend Numantium, una ginebra soriana con certificado Kosher, y las cajas gourmet secretas para sorprender al paladar cada mes con nuevos e inusitados sabores.

También, como nos ha detallado, bajo su propia marca están creando nuevas elaboraciones con la chef Lara Rodríguez, que pronto estarán en diferentes puntos de venta; una de ellas, el aliño Señor Ovies, muy importante para Sandra, puesto que es en honor y en memoria de su padre, ya que fue él quien lo creó. Además, es socia del Club Español de Alta Gastronomía, con el que pretende hacer un Show Cooking. Esta pasión culinaria hace que todos los productos que ofrecen desde la plataforma respondan al lema: «mimar los sentidos».

Así mismo, la experiencia como emprendedora social, según nos ha contado, es gratificante porque se conocen a personas con valores similares en un trabajo que da para vivir a la vez que se ayuda a los necesitados, lo que aporta una gran riqueza espiritual. Por tanto, Érase un Gourmet se convierte en un proyecto reconfortante que contribuye a mejorar la sociedad y al que todos podemos sumarnos.