Gastronomía

¿Estás en Arco y tienes hambre?

Sushita, Bodega Opening y la propuesta Ruinart Food For Art son citas imprescindibles durante este fin de semana para quienes les gusta tanto el arte como comer

Miguel Martín es el cocinero del restaurante del Hotel Palacio de los Duques
Miguel Martín es el cocinero del restaurante del Hotel Palacio de los DuquesRuben mondelo .La razon .

Estas líneas van dirigidas a quienes este fin de semana tengáis previsto recorrer la feria internacional de arte contemporáneo ARCOmadrid y, además, seáis amantes de la buena mesa. Sabed que Ruinart lanza la propuesta Ruinart Food For Art, que une arte y gastronomía, y el encargado de ejecutarla es Miguel Martín Robles, cocinero del Hotel Gran Meliá Palacio de los Duques (Cuesta de Santo Domingo, 5. Madrid. Tel.: 912 76 47 47). La iniciativa se basa en la obra que el artista brasileño Vik Muniz creó para “la maison” bajo el concepto “Raíces Compartidas”. Se trata de una serie de seis obras fotográficas inspiradas en los viticultores, los viñedos, la cepa y el terruño, quienes juntos se enfrentan a las desafiantes condiciones climatológicas cada temporada. A partir de esta obra y del concepto de raíz y de autenticidad, el chef ha diseñado “Raíces Compartidas” (89 euros), que se puede probar los viernes, sábados y domingos del mes de marzo. El primer bocado en llegar a la mesa es el pickle de raíces con carabinero para armonizar con R de Ruinart. Sí, saboreamos unas raíces encurtidas en un escabeche de zanahoria con un velo de carabinero sobre guisantes lágrima. Le sigue “Raíces del Corazón", que resulta ser un riquísimo rodaballo con crema de hinojo acompañado de un risotto del mismo ingrediente y fumet de moluscos, un aire de hinojo y champagne y un crujiente de tapioca. ¿En la copa? Ruinart Blanc de Blancs. Por último, “Raíces entrelazadas”, un exquisito jarrete de ternera cocinado durante 48 horas y lacado con sus propios jugos con calçots confitados, uvas caramelizadas y puré de tupinambo. Maridado con Ruinart Rosé. El toque dulce lo pone “El origen de la experiencia”, una tierra de tomillo cuyos surcos están realizados a base de una crema de cacao y naranja sanguina, raíces de cacao amargo 85 por ciento y una uva hecha de cremoso de manzana verde para saborear con Ruinart Rosé. También, es posible comerlo en tapas. Tomad nota: disfrutar de una con una copa de Ruinart cuesta 20 euros y el precio de las tres con tres copas, 50.

Sin embargo, los vinos hay que tomarlos en la misma feria. En concreto en Bodega Opening, un espacio efímero diseñado por Anson&Bonet. En esta edición, las protagonistas son algunas referencias de Abadía Retuerta, situada en Sardón de Duero. Algunos de los vinos seleccionados pertenecen a la Winemaker’s Collection, la colección privada del enólogo Ángel Anocibar, resultado de su pasión por la experimentación a partir de variedades de uva o formas de elaboración poco habituales en la zona. Son ediciones limitadas, entre 300 y 550 unidades numeradas, de venta exclusiva en la propia bodega. Además, se podrán tomar Pago Negralada 2015 y LeDomaine 2018, otras dos joyas que ponen de relieve el carácter de los vinos de pago de Abadía Retuerta y su apuesta por el terroir. La Panesa y Marqués de Rodil de Hidalgo también es posible conocerlos. ¿De comer? Grandes productos, como el jamón de Joselito, las conservas de Frinsa y de Codesa, además de elaboraciones culminadas con el aceite de oliva virgen extra Castillo de Canena. Al igual que el año pasado, el equipo procede de la asociación Uninicio.org, empresa que promueve la formación y el empleo de jóvenes vulnerables a través de la gastronomía.

Y, por último, apasionados de la fusión asiática sabed que Sushita regresa a su rincón. ¿La novedad? La propuesta incorpora platos de la última apertura del grupo, de Le Club Sushita, establecimiento inspirado en el apartamento de Karl Lagerfeld de París con una estética años 70 y un toque “art decó”. De hecho, la decoración destaca por sus papeles pintados de estética retro, un mobiliario que recuerda a los apartamentos de los setenta y posters de las cervezas Alhambra con diseños “pop art”. A nosotros nos entusiasma tanto la pizza crujiente de aguacate y trufa, como las croquetas de atún katsoubushi o el buddha bowl organic farm (con pollo chipotle, ensalada de quinoa, hummus de garbanzos y crackers). Por su puesto, no nos olvidamos de clásicos, como la tempura de gambas con chile dulce, los rollitos de pato y las samosas de pollo. Si vas con prisa, hazte hueco en barra de sushi, donde los sushiman elaboran los makis, sashimis y rolls en vivo. Vuelan el maki especial california, el especial quinoa y los nigiris de salmón. Para los “veggie” hay una ensalada de wakame, edamame, quinoa con verduras y hummus de garbanzos. Para armonizar semejantes delicias, escoge entre la Alhambra especial, la Reserva 1925 o las Numeradas.

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