Gastronomía

Los cocineros lanzan un SOS

Ante las nuevas restricciones, se ven obligados a cerrar a las once, de ahí que adelanten el horario de cenas a las ocho. ¿Nos europeizamos?

Restaurante la buena vida . Carlos y elisa , prpietarios
Restaurante la buena vida . Carlos y elisa , prpietariosRuben mondeloLa razon

Una vez digerido el duro golpe al que una vez más se enfrenta el sector, los cocineros trabajan para adaptarse a la situación, porque la cuestión es tirar del carro, pese lo que pese. Piden ayuda a los comensales para que cambiemos de habitos, ya que las nuevas restricciones nos prohíben disfrutar como nos gustaría de una buena comida en una barra, a pesar de que las sillas tengan una distancia de un metro y medio en un local con un aforo del 50 por ciento con mesas de no más de seis comensales. Dicho esto, la mayoría adelantan el horario de las cenas a las ocho de la tarde con el objetivo de que al comensal le dé tiempo a disfrutar y a las once esté fuera con una sonrisa. Cierto es que para algunos este no es el peor de los males.

Carlos Torres y Elisa Rodríguez, al frente de La Buena Vida, restaurante preferido de numerosos colegas de oficio, como Dabiz Muñoz, ya están sufriendo, además, algunas anulaciones de reservas debido al nuevo confinamiento: «El problema es que hay a quienes no les gusta o no pueden, por causas laborales, cenar pronto, pero es una cuestión de cambio de hábitos», dice Elisa, quien asegura que ellos ya cumplían con el aforo del 50 por ciento, ya que su prioridad es que los comensales estén a gusto: «Contamos con una clientela fija, que nos salva los servicios. Si ya los almuerzos están tocados y ahora ocurre lo mismo con las cenas, qué nos queda. Puede que llenes alguna mesa a las ocho, pero no será lo normal», continúa. Aseguran enfrentase a la pandemia con los deberes hechos: «Llevamos 20 años en el oficio y, por eso, estamos tranquilos, pero habrá colegas que no puedan aguantar. El cliente de paso ya no existe y cuando venga un extranjero haremos una fiesta», concluye Carlos mientras pela borrajas, que acompaña con una pizca de patata y papada ibérica, uno de los platos de temporada, como también lo es la grouse con paté de sus interiores.

Una travesía complicada

Las setas ya han llegado a la Tasquita de Enfrente, donde Juanjo López-Bedmar ya está concienciado de que a las ocho tienen que salir de cocina los primeros chipirones en su tinta de la noche: «De mí depende mi equipo, tengo muchos gastos y tengo que reaccionar», señala al tiempo que espera que no suponga un problema el nuevo horario, ahora que las noches ya son frías. «Este ajuste nos permitirá pasar esta travesía complicada». Ramón Freixa, por su parte, pide puntualidad en su dos estrellas: «En este tema, hay una parte de respeto por parte de todos. Vamos a tener que llevar una vida más ordenada para seguir con nuestro trabajo. Piensa que el equipo también llegará antes a casa», recalca para ser positivo. Lo es Nagore Irazuegi, quien nos anima a llenar un Arima recién reformado. También Chifa, donde Luis Miguel Gil establece dos turnos por la tarde-noche «para sobrevivir». Paco García, por su parte, quiere que nos europeizarnos y, además, advierte que los viernes y sábados, tiene la cocina de Ponzano abierta en horario ininterrumpido, lo mismo que Tres por Cuatro, Popa, Rocacho y DNorte. En La Malaje, pida a cualquier hora el malajito de carne mechá y en Colósimo, su famosa tortilla de patata.