Gastronomía
Un gran vino blanco de pasto
En el mundo del vino jerezano hay pioneros conocidos por los enópatas, caso de Luis Pérez, que abre horizontes. Buscando la rara expresividad del suelo de albariza y la potencia característica de la palomino para conseguir un vino blanco. La nomenclatura vino de pasto alude a ese vino de apariencia sencilla, no de calidad confesada, pero que revela toda una convicción. Si en Jerez tiene su gracia, no hay que olvidar los míticos súper toscanos que se conocen así. Luis Pérez, muy al contrario, recupera la denominación para referirse a un vino de calidad como tradicionalmente se llamaban estos vinos jerezanos. Procedente del Pago de Carrascal, este vino tiene la matriz del fino, aunque se escapa del velo. Una parte de la uva se asolea, pasa por bota y se cría sobre lías seis meses y el resultado es una fiesta por lo vibrante y por lo atípico del resultado. A diferencia de otros vinos que siguen el protocolo de elaboración y que tienen una factura mucho más pobre, El Muelle de Olaso es amable, persistente y gustoso. Muy glicérico, con una corpulencia apreciable, es ideal para gastronomías juguetonas y para su disfrute en las añoradas barras. Notas de fruta madura, almendras y una encarnadura en la boca que no deja de crecer.
Bodegas: Luis Pérez. Nombre: El Muelle 2019.
D.O: V.T. Cádiz.
Precio: 9,90 euros.
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