Sección patrocinada por
Trucos
Olvídate del colador. Cinco usos alternativos para el agua de cocer la pasta
No deberíamos utilizar el colador para recoger la pasta, sino que deberíamos echar mano de algún utensilio de mano... de forma que podamos conservar todo el agua de la pasta
Hay muchos elementos que influyen en el desperdicio alimentario de nuestro hogar y -por lo tanto- en nuestra situación económica. El origen de este despilfarro tiene que ver con una mala planificación, que provoca que compremos (y cocinemos) más de lo que que necesitamos. Cuando sobra comida, siempre hay que tratar de darle una segunda oportunidad antes de tirarla... y para eso hay que ser creativo.
Uno de los trucos más desconocidos para ahorrar y sacarle el máximo partido a lo que cocinamos, es aprovechar el agua en la que hemos cocinado la pasta. En realidad, los usos que le podemos dar a este agua almidonada son muchos... por lo que sería todo un desperdicio tirarla por el desagüe.
Pero claro, para poder darle cualquier uso alternativo al agua turbia de la pasta, primero debemos preocuparnos de conservarla. Y para eso, lo mejor que podemos hacer es olvidarnos definitivamente del colador y utilizar siempre alguna herramienta de mano específica; como el tenedor de pasta con forma de araña, que es ideal para los espaguetis y los tagliatelle.
1. Aglutinante de salsas:
El primero de los usos que podemos darle a este agua turbia es como aglutinante de salsas. Como ya sabes, cuando cocemos la pasta, esta acaba “contaminando” el agua con su almidón y con algunos minerales y vitaminas valiosos, como el magnesio o el zinc. Y el almidón es perfecto para emulsionar cualquier grasa caliente (aceite de oliva, mantequilla, grasa de cerdo, etc) y hacerla un poco más consistente y espesa. Es decir, que el almidón actúa como aglutinante y le da a la salsa una consistencia cremosa.
2. Para ablandar las legumbres:
Cualquier legumbre seca que queramos cocinar, debemos prepararla con antelación. Ya sean garbanzos, lentejas o guisantes, lo ideal es dejarlas en remojo durante la noche. Esto hará que el tiempo de cocción necesario sea menor y hará que la piel de las legumbres se ablande sustancialmente (haciendo que también sea más fácil de digerir). En vez de utilizar el agua del grifo para ablandar las legumbres, deberíamos utilizar el agua salada de la pasta. No solo estaremos acelerando un poco el proceso y -además- le estaremos dando a nuestras legumbres un toque aromático diferente.
3. Para limpiar:
Este uso cosmético del agua de la pasta suele sorprender bastante, porque es un líquido turbio y con una apariencia poco sugerente. Sin embargo, puede utilizarse como agente de limpieza natural… apto para desincrustar la suciedad más persistente. Podemos utilizarla, o bien, dejando un poco de tiempo los platos en remojo; o bien, recogiendo un poco de agua de pasta e introducirla en la nevera. Después de unas horas, podremos observar cómo se ha formado una especie de gelatina que se podrá utilizar para limpiar cualquier cosa… sin necesidad de diluirla.
4. Para regar las plantas:
Cuidado. No podemos -bajo ningún concepto- echarle agua salada a una planta. La sal y las plantas son enemigos mortales, porque esta compacta los suelos e impide que los vegetales puedan absorber agua. Por eso, si queremos aprovechar los minerales que se han quedado en el agua para regar, debemos decidirlo con antelación y no echarle sal.
5. Tratamiento capilar:
Una de las aplicaciones más curiosas del agua de la pasta es su uso cosmético. Por sus propiedades, el agua turbia almidonada es ideal para la reparación del cabello dañado. Lo único que tienes que hacer es dejarlo reposar a temperatura ambiente hasta que esté tibia y masajear con ella el cuero cabelludo. Déjalo actuar durante diez minutos, aproximadamente. Y por último, lávate el pelo con normalidad, es decir, con champú y agua.
✕
Accede a tu cuenta para comentar