D. O. Toro

Bodega Numanthia lanza este mes Termanthia 2016, la nueva añada en su 25 aniversario

Elaborado a partir de viñas viejas, la producción se acercará a las 10.000 botellas

Es la joya de Bodega Numanthia, el tesoro más preciado de la casa, que este año celebra su 25 aniversario. Termanthia es el vino icónico de la bodega y la máxima expresión de la tinta de Toro. Elaborado a partir de viñas viejas, en cada copa de Termanthia están presentes casi dos siglos de historia y una elaboración artesanal. Se pondrán a la venta este mes de octubre cerca de 10.000 botellas a un precio de 250 euros.

Jesús Jiménez, director técnico, destaca que “trabajamos a lo largo del año y dedicamos mucho tiempo a catar las uvas de nuestras parcelas para encontrar su mejor equilibrio. Para la añada 2016, después de este con concienzudo análisis, estuvieron dentro de este perfil de Termanthia nuestras viñas más selectas, principalmente Teso de los Carriles, Las Peñicas y Fuente Malena”.

Esta meticulosa selección en búsqueda de la excelencia en la uva, con equilibrio, más fresca en temperatura, más coherente en humedad, con una maduración muy buena y con unos rendimientos moderados, han dado como resultado Termanthia 2016: un vino más elegante, con una sensación de madurez más equilibrada, con un perfil más fresco, largo y fino, y con una mejor expresión.

“Termanthia 2016, además de partir de una uva excepcional, procedentes de un patrimonio único, es para nosotros un desafío obtener su expresión más sofisticada y elegante”. Es, sin duda, un pilar de la ambiciosa visión de la bodega de posicionarse como una de las joyas del vino español en el mundo.

Así, la añada 2016 se consolida como “una nueva interpretación de nuestro vino icónico”, asegura Jiménez, quien destaca: “Seguimos apostando por la elegancia y la frescura con extracciones más precisas y menos invasivas por su crianza en barrica. En esta añada se alinearon una muy buena uva y una manera de trabajar más elegante, que es lo que ha hecho posible que Termanthia 2016, después de siete años se haya convertido en un vino sublime”.

De hecho, el director técnico de Bodega Numanthia asegura que esta auténtica maravilla “puede ser disfrutada desde ahora mismo, continuará creciendo en los próximos cuatro o cinco años y tendrá una vida larga, de al menos veinte años, debido precisamente al buen equilibrio entre PH y alcohol”.

Sin duda, Termanthia 2016 contribuirá de forma importante a seguir alimentando la percepción icónica que Bodega Numanthia ha logrado en todo el mundo y al que han contribuido logros como los de haber alcanzado 100 puntos otorgados por críticos internacionales, como Robert Parker (Termanthia 2004) y James Suckling (Termanthia Ipse), así como la frecuente inclusión cada año en el listado de los 100 mejores vinos del mundo de Wine Spectator.

Una brotación más tardía se acompañó de una primavera lluviosa. A lo largo del verano, se dieron varios episodios de lluvia que suavizaron las temperaturas y mejoraron la maduración, para comenzar la vendimia unos días más tarde de lo habitual con unas condiciones sanitarias perfectas. En nota de cata, un color picota madura, de capa alta sin evolución. En nariz se muestra delicado, atractivo y profundo. Frutillos negros como arándanos y grosellas, fondo floral, especias dulces y notas de grafito. Suave fondo de cedro, plantas aromáticas como lavanda, romero y eucalipto le aportan profundidad y longitud.

La entrada en boca es amplia, sabrosa, golosa y fresca. Una gran expresión lo hace amplio, un tanino maduro y dulce lo hace graso y untuoso. Una buena acidez junto con recuerdos de monte bajo como lavanda, romero y tomillo generan recorrido y longitud de manera amable y casi infinita.

La bodega

Bodega Numanthia, fundada en 1998 y con sede en Valdefinjas, en el corazón de la DO de Toro, es un homenaje vivo a la antigua ciudad de Numancia, cuyos habitantes eligieron la muerte antes que la rendición ante la invasión romana. La historia es también la de los pioneros, desafiantes ante lo imposible, como Cristóbal Colón que cruzó el océano para descubrir las Américas, con sus barcos repletos de barriles de vino de Toro.

En el siglo XIX una plaga de filoxera acabó con casi todos los viñedos de Europa, pero los de Toro fueron de los pocos que resistieron, de ahí que algunos alcancen casi los 150 años. La bodega es un verdadero emblema de los vinos de la región de Toro, rica en facetas y complejidad, todo un diamante en bruto que requiere de manos expertas para cultivar y dar forma a los complejos y elegantes aromas de sus vinos y en la que los visionarios enólogos dan forma a la piedra de toque de unos vinos excepcionales para las próximas décadas.