¿Cómo conservar el jamón para que no se seque?

 El jamón ibérico se convierte en protagonista indiscutible de las mesas navideñas. Su exquisito sabor y, además, sus beneficios para la salud hacen que sea una elección recurrente en estas fechas festivas. Aunque las familias con presupuestos ajustados buscan incluirlo en sus celebraciones, es esencial saber comprarlo adecuadamente y, una vez en casa, contar con los utensilios y conocimientos para sacarle el máximo provecho.

En casa, se requiere un cuchillo jamonero para el corte de las lonchas y un cuchillo de puntilla para limpiar el jamón. El proceso de limpieza debe realizarse con precisión, desde la pezuña hasta el hueso, retirando la corteza y el tocino amarillento.

La elección de dónde comenzar a cortar el jamón, ya sea por la babilla o la maza, es objeto de debate. Algunos sugieren iniciar por la babilla debido a su menor contenido graso, mientras otros prefieren la maza para permitir que los fluidos grasos empapen la babilla, evitando que se endurezca. El tamaño de las lonchas es fundamental y no deben superar el tamaño de una tarjeta de crédito.

Una vez disfrutado el manjar, conservarlo adecuadamente es esencial para evitar su deshidratación y oxidación. Colocar la pata de jamón en un lugar fresco y seco, sin cambios bruscos de temperatura y sin exposición directa a la luz, es el primer paso. La zona en contacto con el aire debe cubrirse con film transparente si se planea seguir cortando en las próximas 24/48 horas.

El jamón ibérico no solo es un placer culinario, sino también un alimento saludable, rico en hierro, zinc y diversas vitaminas, como B2, B3, B6 y B1. El consumo responsable de este manjar puede aportar hasta el 45% de la ingesta recomendada de hierro para los hombres y el 23% para las mujeres, convirtiéndolo en una elección sabrosa y nutritiva para las celebraciones navideñas.