Limón en las lentejas: ¿Pecado gastronómico o elemento beneficioso para tu salud?

Las lentejas, a pesar de ser a menudo subestimadas, son una fuente valiosa de nutrición. Recientemente, la Agencia de Seguridad Alimentaria y Nutrición de España ha instado a aumentar el consumo de legumbres, con un objetivo de al menos 4 raciones por semana. Entre las legumbres, las lentejas destacan como una opción versátil y fácil de cocinar, ya que no requieren remojo previo y siempre salen bien.

Sin embargo, uno de los aspectos clave de las lentejas es su contenido de hierro, que, aunque abundante, no se absorbe fácilmente en su forma vegetal. El cuerpo humano retiene solo un pequeño porcentaje del hierro presente en las lentejas, en comparación con el hierro animal. Para mejorar la absorción de hierro, se recomienda combinar las lentejas con alimentos ricos en vitamina C, como el limón o las naranjas, ya que esta vitamina actúa como un potenciador de la absorción de hierro.

Además de mejorar la absorción de hierro, las lentejas tienen numerosas propiedades beneficiosas para la salud. Son ricas en proteínas, vitaminas del grupo B, fibra, y minerales como el potasio, calcio, magnesio y zinc. Su contenido de fibra contribuye a la salud intestinal y ayuda a reducir el colesterol en sangre, disminuyendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Para evitar los gases que pueden generar, se pueden emplear trucos como el remojo prolongado, el uso de bicarbonato de sodio o la adición de especias aromáticas carminativas.

En definitiva, las lentejas son una excelente fuente de nutrición, y al agregar limón a nuestras preparaciones, no solo mejoramos la absorción de hierro, sino que también realzamos su sabor y valor nutricional.