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Alimentación
Mucho mejor que en el frigorífico: los calabacines se pueden conservar hasta 3 meses guardados en este lugar
Este truco rompe con la costumbre y alarga la frescura de tus verduras

Si guardas tus calabacines en el cajón de verduras del frigorífico, probablemente notes que se marchitan en apenas una semana. Sin embargo, existe una alternativa sencilla y efectiva. Según @cjustemarie, defensora del residuo cero, los calabacines “no toleran las bajas temperaturas y se marchitan rápidamente en el refrigerador”. En cambio, al mantenerlos preferiblemente en un armario o en una habitación oscura como un lavadero pueden conservarse “de esta manera durante 2 o 3 meses”. Descubrimos por qué funciona y cómo ponerlo en práctica para alargar su frescura.
¿Por qué el frigorífico no es la mejor opción para los calabacines?
El frío extremo deteriora la textura y el sabor de los calabacines. La baja temperatura daña sus paredes celulares y acelera el proceso de marchitamiento. En el mejor de los casos, dentro del cajón de verduras solo se mantienen en buen estado unos siete días antes de perder firmeza y sabor.

¿Dónde y cómo conservar los calabacines para que duren más?
1. Busca un lugar fresco y oscuro
La clave está en encontrar un espacio con temperatura estable entre 12 y 16 °C, alejado de fuentes de calor y sin luz directa. Un lavadero, una despensa o un armario de cocina pueden ser perfectos. La oscuridad ayuda a frenar el proceso de maduración y evita que se acelere el deterioro.
2. Evita la humedad
La humedad es el enemigo principal de los calabacines. Un ambiente seco previene la aparición de moho y la podredumbre. Por eso, no conviene guardarlos en lugares cercanos al fregadero o expuestos a vapor de agua.
3. Utiliza el embalaje correcto
En lugar de bolsas de plástico, opta por bolsas de malla o de lona. Estos materiales permiten la circulación del aire y evitan la condensación de humedad, lo que contribuye a que la piel del calabacín se mantenga firme durante semanas.

4. Comprueba su estado periódicamente
Aunque puedan durar hasta tres meses, es recomendable revisarlos cada dos o tres semanas. Si detectas alguna pieza dañada, retírala de inmediato para evitar que el deterioro se propague al resto.
5. No los laves antes de guardarlos
El lavado previo introduce humedad en la superficie del calabacín, lo que acelera la descomposición. Es mejor limpiarlos justo antes de su consumo.
Reduce el desperdicio
Guardar los calabacines fuera del frigorífico, en un entorno fresco, seco, oscuro y bien ventilado, no solo prolonga su vida útil hasta tres meses, sino que mantiene su sabor y textura originales. Con un simple cambio de hábito, se puede reducir el desperdicio de alimentos y disfrutar de este versátil vegetal durante mucho más tiempo.
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