El padre de Chenoa amenaza con “aguar” la boda de su hija

Los fantasmas del pasado remueven la vida de Chenoa y toman forma en la figura de su padre biológico, el argentino José Carlos Corradini, que malvive en Buenos Aires con menos de doscientos dólares mensuales. Jubilado de 65 años y profesor esporádico de las técnicas del reiki para llegar a fin de mes, me confiesa que, “aunque mi hija no quiera saber nada de mí, mal influenciada por su entorno, que sepa que tiene un padre indigente, y que, a pesar de todo, la quiero y le deseo lo mejor en esta vida. Lo único que le pido es que no niegue mi existencia, que reconozca que existe un padre biológico, que es José Carlos Corradini, aunque ni me quiera, ni me soporte ni tenga intención de verme. Que es sangre de mi sangre, le guste o no".

En unos meses, Chenoa deberá estar muy pendiente de las memorias que publicará su progenitor, en el libro contará su verdad, la que poca gente conoce y que desvelará aspectos inéditos de la vida familiar de la cantante. Puede ser un bombazo si no calla los aspectos relativos a su separación matrimonial de la madre de la artista. Porque, según este hombre, “tengo mucho que contar, y ya se lo estoy dictando a una amiga periodista. A Laurita, a mi hija, le han contado muchas mentiras sobre mí. Respeto totalmente a quien ella considera su padre de vida, al compañero sentimental de mi ex mujer, a Tati, pero que nadie intente borrarme del mapa. Sigo vivo, en la indigencia, pero con vida. Si tuviera el dinero suficiente para viajar a España intentaría contactar con Laura, tenemos una larga conversación pendiente… Pero sé que su entorno haría lo imposible por impedir ese encuentro. No le deseo ningún mal a mi hija, claro que no, la vida ha sido muy injusta conmigo… Y no le pido dinero, pero quiero que sepa que con menos de trescientos dólares al mes pasaría de ser un indigente a un pobre con posibles. Esa es la pura realidad…”

No descarta la posibilidad, si alguien le “financia” el viaje a Madrid el próximo mes de junio, de “presentarme en la puerta del juzgado en el que se case mi hija con su novio médico. No para montar un escándalo, solamente para verla, aunque sea de lejos. Como padre, me sentiría orgullosísimo ese día. En mi corazón no hay rencor, solamente pena… En mi vocabulario no se contempla la palabra revancha". Su voz suena con pena, con la frustración de alguien que se siente incomprendido. Nos habla desde su casa, apenas una habitación de quince metros cuadrados que resume toda una vida de grandes necesidades y carencias.

Tan solo se le nota airado cuando se refiere “al clan que rodea a mi hija, su hermano Sebastián, la madre de ambos, que se han beneficiado de Laurita como si fuera la gallina de los huevos de oro…”Se refiere a que Sebastián, su madre y el compañero sentimental de ésta trabajan junto a Chenoa, el primero como su representante, la segunda como coordinadora de todos sus clubes de fans, y su padrastro en la discográfica de la cantante.