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Thom Browne, el diseñador del Barça que viste a los hombres como mujeres
El look de 5.000 euros del creador para los blaugranas ha causado sensación y puesto en cuestión el canon de estilo establecido para los futbolistas
Si para la innovaciones deportivas los clubes de fútbol suelen ser pioneros, sobre los adelantos en moda son siempre más conservadores. De ahí que ya sea habitual que el considerado «uniforme de paseo» sea, normalmente, un traje. Los futbolistas son gladiadores en el campo y caballeros en la calle. Al menos, eso parece que quieren decir los equipos con estos diseños. Lo curioso del dato roza a veces la paradoja. Por ello, ya hemos podido ver a equipos emplear colores como el rosa en el terreno de fútbol y, en cambio, preferir un clásico traje negro con corbata para la foto «de calle». Este preámbulo sirve para mirar con perspectiva el nuevo uniforme del Barcelona que tantos comentarios ha despertado esta semana. Para comprobar que es raro ver innovaciones en los uniformes de los futbolistas basta echar un vistazo al diseño de Hugo Boss para el Real Madrid o pensar que en los dos últimos años, al Atlético de Madrid le han vestido firmas como Roberto Verino y la empresa extremeña Harry’s 1982. Unos más y otros menos, todos coinciden en que lo básico es no salirse de la norma y «jugar» con el traje clásico masculino. Todos menos el Barça. Desde el año pasado, los culés firmaron un acuerdo con la compañía del diseñador Thom Browne por el cual la empresa americana pasaba a vestir a los jugadores en sus viajes fuera del Camp Nou. El propio presidente de la entidad blaugrana, Josep Maria Bartomeu, reconocía la emoción que sentía por poder contar con este nombre en su equipo: «Es un honor para el Barcelona estar asociados a una firma de tanto prestigio y reconocimiento. Esta colaboración significa que nuestros jugadores van a seguir siendo prescriptores tanto dentro como fuera del terreno de juego». Y el americano tampoco se quedaba corto: «Estoy emocionado de trabajar con los mejores atletas del mundo, especialmente con aquellos que comparten los valores de Thom Browne. Los uniformes representan la seguridad de demostrar la verdadera individualidad y reforzar el significado de representar al equipo como una sola unidad. Siempre he pensado que los deportistas mundiales con clase son siempre el mejor modelo a seguir y algo verdaderamente inspirador».
En un primer momento, el uniforme constaba de un traje de tres piezas en color gris claro (en la línea de los diseños del creador americano), una camisa, corbata y zapatos. Pero el fin de semana pasado se comprobó que habían renovado la indumentaria con una propuesta más innovadora: cazadora, chaleco, camisa, corbata, zapatos y pantalones. Existe una versión más clásica con la que posaron para la foto oficial. En ella, el traje gris claro se tornó en un tono más oscuro con raya diplomática. Pero ha sido sin lugar a dudas la versión más deportiva la que más polémica ha despertado por lo original de la propuestas y su precio. Thom Browne se ha caracterizado durante toda su carrera, que comenzó en 2001 en Nueva York, por poner en cuestión los valores masculinos. Así, no ha tenido problemas en presentar a hombres con faldas e, incluso, ir más allá con modelos prácticamente travestidos o paseando por la pasarela con largos y ceñidos vestidos. Sus icónicas cuatro rayas (que lucen ahora con orgullo los blaugranas) son sinónimo de riesgo y aventura en la moda, de desafío, y ahí es donde se ha generado el «conflicto». Acostumbrados a diseños clásicos para unos uniformes que pasan desapercibidos, Browne ha creado un debate nacional que pone el acento en cómo los jugadores visten en la calle. Y, si vamos un paso más allá, conociendo los gustos de muchos de ellos, sería curioso que hubiera protestas. Al fin y al cabo, lo que Browne hace es proponer una lectura nueva de la sastrería y situar al Barcelona en un nivel de moda que pocos clubes tienen. Los jugadores habitualmente visten con marcas muy punteras aunque, todo hay que decirlo, también suelen ser más aficionados al «bling bling». Browne en ese sentido está en las antípodas. Lo que también ha llamado poderosamente la atención ha sido el coste de la indumentaria: el conjunto en total ronda los 5.000 euros, cantidad que tampoco debería sorprender a nadie. Thom Browne es también conocido por sus altísimos precios, fruto de unos diseños que cuentan con mucho trabajo manual, materiales codiciados y una visibilidad de marca muy exclusiva. La pieza estrella del look es la cazadora, inspirada en las de los jugadores de bolos. Su precio alcanza los 2.740 y, pese a ello, ya está agotada. Las pruebas del look se efectuaron el 28 de octubre pasado. Hasta la ciudad deportiva se acercaron los responsables de la firma para probar este uniforme de inspiración «college» en un espacio que se adecuó para dicho fin con unos sillones, moqueta y paneles. Parecía más una moderna sastrería que un gimnasio. Allí se tomaron medidas a todos para ajustar al máximo el fit de las prendas, que además cuenta con un chino de corte clásico, un chaleco de cashmere, camisa oxford blanca, zapatos brogues en piel y una corbata con los colores del equipo. Ya se sabe, el Barça es más que un club.
Thom Browne
Si hay una palabra que le define esa es “innovación”. Siempre ha dicho que las tendencias no son para él y que no comparte la creencia de que la moda es cíclica
La reinvención de lo masculino
La línea entre los masculino y lo femenino se difumina. No se ha cortado a la hora de vestir a los hombres con faldas, vestidos e, incluso, les ha calzado tacones
Messi, dudosas elecciones
Hay jugadores tocados de estilo y jugadores que tienen estilo en el campo. El caso de Leo Messi es este segundo. Considerado como uno de los mejores jugadores de la historia y reciente ganador de su sexto Balón de Oro, la estrella argentina es todo un icono para el Barça y para el fútbol en general, pero no para la moda. Y es que el delantero no ha cultivado tanto su faceta de estilo como han hecho otros de sus compañeros. Enseguida viene a la mente Cristiano Ronaldo. El interés del jugador culé se centra en el fútbol y de ahí que no le salieran bien las aventuras con Dolce & Gabbana en 2012, 2013 y 2014, cuando vistió aquellos famosos esmóquines de lunares y de color burdeos y de tejido brillante. En cambio, sí salió mejor parado con opciones más discretas en impoluto negro, que es a lo que ha recurrido en esta última ocasión. El uniforme clásico del Barça, el de raya diplomática, le siente a las mil maravillas, aunque en su versión de calle… todavía tiene mucha carrera por recorrer.
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