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¿Dónde está Sofía? La agenda oculta de la Reina

Doña Sofía no ha copiado el retiro de su marido y sigue implicándose activamente en sus compromisos sociales. la fundación que lleva su nombre es su gran apuesta.

Don Juan Carlos y Doña Sofía, en una imagen de archivo
Don Juan Carlos y Doña Sofía, en una imagen de archivoSergio RodriguezGTRES

La Reina Sofía quiere continuar su propósito de mantenerse activa a los 81 años, edad que cumplió hace un mes y medio. Su plan es seguir cumpliendo el principal objetivo que nunca ha abandonado a lo largo de su ya larga vida: ser útil a los demás. Es perfectamente consciente de que su energía, ese motor que le ha dado fuerzas para poder cumplir con sus múltiples obligaciones como consorte del Rey hasta la abdicación de Don Juan Carlos, no puede decaer. Seguirá como responsable de la Fundación Reina Sofía, como lo ha sido a lo largo de más de cuatro décadas, y como madre primero y abuela después. Eso sí, los motores funcionan ahora a un ritmo más pausado. Lo que ha descartado de raíz es retirarse a sus aposentos del Palacio de la Zarzuela y languidecer entre recuerdos y nostalgias de lo ya vivido. La madre del actual Monarca, Felipe VI, ha visto cómo su marido tomó la decisión el pasado mes de mayo de retirarse de la vida pública y renunciar a seguir desempeñando los pocos actos institucionales que se le encargaban desde la Jefatura de la Casa del Rey. Sin embargo, Doña Sofía no ha querido seguir ese camino y ha preferido continuar cumpliendo con las actividades oficiales incluidas en la agenda de la Familia Real. Además, prefiere aparecer junto a los Reyes actuales en algunas ocasiones, como la tradicional recepción que ofrecen a las autoridades y a la sociedad mallorquina en verano en Palma de Mallorca. Es verdad que sus actividades incluidas en la agenda han disminuido en los últimos meses. Desde septiembre, Doña Sofía ha presidido cinco actos oficiales: a la vuelta de las vacaciones de verano asistió en Valencia al Congreso de Investigación de Enfermedades Neurovegetativas; en octubre estuvo presente en el estreno de la obra ganadora del Premio Reina Sofía de Composición Musical; en noviembre participó en el Congreso Nacional de Alzhéimer en Huesca; a finales de ese mismo mes recibió de la ONG Manos Unidas el Premio Extraordinario 60 Aniversario en Madrid, y al día siguiente entregó en el Palacio Real el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana.

Labor solidaria

Pero todo eso podría parecer poco si no se tiene en cuenta la dedicación intensa que ahora vuelca en su Fundación. Esa tarea la lleva, por ejemplo, a seguir cumpliendo con sus planes de visitar todos los centros, 54 en total, que albergan a los Bancos de Alimentos. Hasta ahora, ha podido ver de cerca la magnífica labor que desarrollan estas organizaciones para recopilar primero y distribuir equitativamente después víveres que son imprescindibles para que muchas familias en riesgo de exclusión puedan seguir viviendo. Más aún en estas fechas tan señaladas. El último al que se ha acercado ha sido al que está ubicado en Córdoba, donde viajó el 11 de este mes. Fue en Ave acompañada por tres personas más sin hacer gesto alguno de ostentación. De hecho, se la pudo ver muy integrada con el resto de los viajeros. Sin embargo, la dedicación de la Reina a esta labor no se reduce a las visitas que hace a los Bancos repartidos por toda España. Desde su Fundación realiza donaciones anuales de 150.000 euros para adquirir 200.000 litros de leche que van destinados a mejorar la alimentación de las familias sin recursos. Pero no es lo único que se trae entre manos. Quizá una interesante notificación que dio a conocer su Fundación en esas fechas haya pasado desapercibida debido a la enorme cantidad de información que ha generado la Cumbre del Clima que se ha celebrado en Madrid. En ella se decía que el Centro Alzhéimer, ubicado en el ensanche de Vallecas, se diseñó y construyó por iniciativa de la propia Reina entre 2002 y 2007 bajo criterios basados en un profundo respeto al medioambiente. Para ello incorporaron medidas bioclimáticas pioneras. Por ejemplo, se tuvieron en cuenta actuaciones contra el sobrecalentamiento, la ventilación natural, el uso de cubiertas ecológicas y el empleo de paneles solares térmicos y fotovoltaicos de generación de energía eléctrica. Esas medidas aplicadas valieron para que el complejo obtuviera el emblema Green Light que otorga la Comisión Europea y también la nota más alta de su calificación energética.

Pero, de nuevo, no es lo único de lo que puede presumir Doña Sofía en su labor social. Su preocupación por la presencia de microplásticos en las costas y los parajes naturales la ha llevado ya a unirse a equipos de voluntarios que limpian determinadas zonas contaminadas de España. Así, colabora con la empresa de reciclaje Ecoembes y en compañía de sus voluntarios se desplazó este verano a una zona próxima a El Escorial. El año pasado fue a una playa de la isla de Menorca. También erauna iniciativa de Doña Sofía apoyar la creación de una orquesta integrada por niños y jóvenes de zonas deprimidas y centros de acogida que interpreta obras con instrumentos fabricados con objetos de desecho o abandonados por sus antiguos propietarios. La orquesta española de Música para el Reciclaje, que tocó un par de piezas en la Cumbre del Clima, surgió del empeño de Doña Sofía por hacer algo semejante a una iniciativa creada en la localidad de Cateura, un barrio cercano a Asunción, la capital de Paraguay. La unión se ha materializado y los integrantes de ambas orquestas darán un concierto el próximo 2 de enero en Madrid, al que, cómo no, está previsto que asista el alma que le dio impulso.

Cuidado del medioambiente

Por otra parte, en 2020 que está a punto de empezar, la Fundación planea destinar 200.000 euros a la limpieza del entorno marino y terrestre. Uno de los proyectos más interesantes es Libera, que lucha contra lo que se denomina «basuraleza» y que está siendo implantado en colegios con el fin de concienciar a los estudiantes de la importancia de cuidar el medioambiente. Pero la preocupación de la Reina no se limita a España; se extiende también a otros países de Iberoamérica y África. Allí ayuda en labores básicas como el abastecimiento de agua potable en escuelas en Camerún. Lo que sí ha restringido han sido los viajes al extranjero. En los últimos seis meses solo se ha desplazado a Lisboa para participar en un Congreso sobre el alzhéimer organizado por la Fundación Champalimaud, de la que es miembro de su equipo directivo. No ha habido tampoco viaje a Grecia, donde solía ir dos veces al año, en primavera y otoño, invitada por varias de las amistades que aún conserva de cuando era Princesa de Grecia y estudiaba en una Escuela de Puericultura de Atenas. Las visitas a Londres, que antes hacía para ver a su hermano Constantino, han quedado atrás desde hace tiempo. Un capítulo aparte es su preocupación por la supervivencia de determinadas especies de animales y el apoyo a las asociaciones que protegen a perros abandonados. Llama la atención asimismo su colaboración con un proyecto de protección del orangután en su entorno natural en Indonesia, que se centra en buscar alternativas económicas que frenen la destrucción de la selva tropical de Borneo por el cultivo del aceite de palma, cuyo comercio es muy lucrativo para los nativos de esa tierra. También entra dentro de las preocupaciones de la Reina la matanza masiva de burros en algunos países africanos, como Kenia, que amenaza con diezmar la especie en pocos años.