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Gloria Monis, la viuda de Patxi Andión que no quiere portadas

Es familia de Cuqui Fierro y fue pareja de Palomo Linares, pero siempre estuvo en segundo plano

Patxi Andión estaba preparando una nueva gira de conciertos con su último trabajo, «La hora Lobicán», que presentó hace un año para celebrar sus cinco décadas en el mundo de la música. A pesar de no formar parte de la actualidad mediática, mantenía una carrera profesional intensa. No solo con sus recitales, sino también con actividades académicas: ejerció de profesor titular en la Universidad de Castilla La Mancha y, antes, en la Complutense. A este lado educativo se unían otras facetas más lúdicas: la literaria y su cargo como director de la Escuela Española de Caza. En este sentido, destacó su implicación en el mundo rural para mostrar que la caza formaba parte de la esencia de los pueblos. Hace un año se jubiló de sus tareas oficiales y empezó a disfrutar de la vida con su mujer, Gloria Monis, y sus tres hijos. El accidente de tráfico que le costó la vida el miércoles ha supuesto un shock para todos los que le trataban y una tragedia difícil de superar para su mujer, con la que llevaba 35 años casado. La familia Andión ha sido siempre una piña y los hermanos del músico son ahora un apoyo fundamental para Monis, cuya familia directa es muy reducida. Solo tiene una hermana por parte de madre: la actriz Alexandra Fierro Pliego, cuyo padre, Alfonso Fierro, fue miembro de una de las familias más destacadas del mundo financiero. El banquero era primo de Cuqui Fierro, uno de los personajes más potentes en el ambiente social del siglo pasado. Sus fiestas en el palacete de la plaza del Marqués de Salamanca eran lugar de encuentro del poder económico, social y artístico. La suegra de Patxi Andión, Ana Pliego, era una de las damas fijas de esas «soires» y lucía siempre modelos de Alta Costura y piezas de joyería importantes. Destacaba por su elegancia y por su discreción. Aunque todo Madrid sabía de su relación con el poderoso caballero, nunca molestó con sus indiscreciones a la familia oficial. Abandonó su carrera de actriz al conocer al que dicen fue el hombre de su vida y padre de su hija pequeña. Solo trabajó en cinco películas que pasaron sin pena ni gloria bajo el nombre artístico de Ana Castor. Títulos como «Persecución hasta Valencia», «El parasol» o «Casi un caballero», rodadas en los años 70, formaron parte de esa filmografía con poco valor interpretativo.

Enferma de Alzhéimer

Desde hace años, Ana Pliego padece alzhéimer, la enfermedad del olvido. Sus dos hijas, Gloria y Alexandra, son las responsables de que tenga una buena calidad de vida. Patxi se unía en estas tareas de apoyo a su mujer y a su cuñada. Hasta que enfermó, Ana Pliego vivía en un gran piso de cerca de 300 metros cuadrados en el barrio de los Jerónimos, una de las zonas más caras y elitistas de Madrid. Luego, vendieron esta vivienda y las hijas instalaron a la madre en un apartamento con personal para que la atienda durante 24 horas. También era propietaria de una villa en Ibiza y otra en Marbella. Gloria Monis no quiso seguir los pasos artísticos de su madre y tampoco los de su padre, José María Monis, asistente de dirección. Ha mantenido siempre un perfil bajo, incluso en la época en la que fue novia de Palomo Linares. La relación con el torero ya fallecido duró muy poco. La joven estaba considerada como una de las bellezas de los años 80. Alta, cobriza de piel, con una melena castaña y brillante que le caía por la espalda. Fue siempre una mujer bella de rasgos exóticos. Quien no sabía de sus orígenes creía que era como oriunda de Latinoamérica. Cuentan que conoció a Patxi Andión en Ibiza y tras un noviazgo breve y discreto se casaron en 1984 en París durante una ceremonia sin publicidad a la que acudieron solo los íntimos. Entre ellos, Plácido Domingo, amigo de la familia. No se fueron de luna de miel porque el novio debía incorporarse días después al rodaje de una serie. Tuvieron tres hijos: Jon, Marco e Iñaki. En sus 35 años de matrimonio muy estable la figura de Gloria Monis se ha mantenido en un segundo plano. Además de la vivienda familiar en el barrio de Ópera, frente al Palacio de Oriente, Gloria Monis es administradora de varias empresas: una dedicada a la promoción inmobiliaria y otra al comercio al por menor. El fallecimiento repentino de su marido no tendrá efectos negativos en cuanto a su patrimonio ni a su situación económica solvente. Su gran tragedia es la desaparición del hombre de su vida.