Gente
... y otras tragedias reales
Han sido bastantes los príncipes muertos de modo violento o trágico. Recordemos los casos de Luis II de Baviera (1845-1886), fallecido en el Lago Starnberg en extrañas circunstancias; Cayetano de Borbón-Dos Sicilias (1846-1871), conde de Girgenti, marido de la infanta Isabel «la Chata», que se disparó en la sien en Lucerna; Rodolfo de Austria (1858-1889), heredero del Imperio Austríaco, fallecido en Mayerling, al parecer suicidado, con su amante María Vetsera; Alfredo de Sajonia-Coburgo-Gotha (1874-1899), que se pegó un tiro, falleciendo días más tarde en un sanatorio del Tirol; Adolfo Federico VI de Mecklemburgo-Strelitz (1882-1918), suicidado en Neustrelitz, dejando una compleja crisis sucesoria; Sofia de Sajonia-Weimar-Eisenach (1888-1913), suicidada por el rechazo de su familia a permitir su boda con Hans von Bleichröder, hijo de un banquero, por no mencionar el asesinato de Alejandro I y Draga de Serbia en 1903, cuyos cuerpos fueron mutilados y arrojados por el balcón de palacio, o Nicolás II y Alejandra Feodorovna de Rusia en 1918, tiroteados junto con sus hijos y algunos sirvientes. Pero veamos algunos casos más recientes.
EL PRINCIPE JORGE, DUQUE DE KENT (1902-1942)
Uno de los príncipes más atractivos del Gotha europeo estaba casado con una princesa griega, de etérea belleza, Marina. Formaban una pareja notable que algunos calificaron de «muy decorativa». Con solo cuarenta años se estrelló en Escocia, en el avión en el que servía, durante la Segunda Guerra Mundial. Su destino era Islandia, oficialmente para encontrarse con militares norteamericanos. No obstante, hay quien apuntó que se dirigía realmente a Suecia para negociar un tratado de paz con Alemania.
LA PRINCESA GRACIA DE MÓNACO (1929-1982)
Rainiero III de Mónaco, quedó sumido en una indecible tristeza cuando se enteró de que su mujer había tenido un mortal accidente de automóvil con su hija Estefanía en una carretera cercana a Mónaco. Se despeñaron por una ladera de 30 metros. Quien hubiera dicho a Cary Grant, amigo de Grace Kelly, luego convertida en consorte del príncipe de Mónaco, que la carretera que él recorría en la película «Atrapa a un ladrón» sería el lugar que provocaría muerte de su amiga. Falleció al día siguiente en el Centro Hospitalario Princesa Grace.
LA PRINCESA DIANA DE GALES (1961-1997)
La vida lady Diana Spencer, luego Princesa de Gales, no resultó especialmente feliz. Su fracaso matrimonial con el príncipe Carlos le hizo volcarse en tareas benéficas, como otras muchas princesas europeas que consideran esta una de sus principales funciones. Enamorada de Dodi Al-Fayed falleció cuando el coche en el que recorrían a toda velocidad las calles de París, se estrelló en el túnel de l’Alma. Diana no llevaba cinturón de seguridad.
LA PRINCESA LEILA PAHLAVI (1970-2001) Y EL PRÍNCIPE ALÍ REZA PAHLAVI (1966-2011)
Leila Pahlavi, hija del último Sha de Persia y de la emperatriz Farah Diba, se suicidó en Londres tras ingerir cocaína y barbitúricos. Su hermano, Alí Reza Pahlavi, se suicidó también, en su casa de Boston, en 2011. Su hermano mayor indicó que «como millones de jóvenes iraníes, también estaba demasiado conmovido por los males que padece su querida patria».
EL PRÍNCIPE ERNESTO LEOPOLDO (1935-1996) Y LA PRINCESA SABINA MARGARITA (1941-1996)
Ernesto Leopoldo de Sajonia-Coburgo-Gotha –bisnieto de la reina Victoria de Inglaterra y del príncipe Alberto–, y su tercera esposa Sabina Margarita, pactaron y ejecutaron un suicidio en pareja frente a un restaurante en Bad Wiessee, Baviera, en el interior de un Mercedes blanco, con la ayuda de una escopeta de caza situada entre sus rodillas. El padre de él, Juan Leopoldo, casado morganáticamente, fue forzado a renunciar a sus derechos al trono de Sajonia-Coburgo-Gotha y perdió acceso a sus fondos.
DON ALFONSO DE BORBÓN Y DAMPIERRE, DUQUE DE CÁDIZ (1936-1989)
El hijo mayor del Infante Don Jaime, duque de Segovia, no tuvo suerte. Hijo de un padre sordomudo que renunció a la corona y separado de su madre Emanuela de Dampierre, criado en el exilio -con el amor de su abuela la reina Victoria Eugenia-, perdió a su hijo mayor Francisco en 1984 tras un accidente de automóvil en Navarra. Casó con Carmen Martínez-Bordiú, nieta de Franco, de la que se divorció en 1982. En 1986 recibió la anulación canónica de su matrimonio y cuando estaba rehaciendo su vida, falleció mientras revisaba las pistas de esquí de Beaver Creek, Colorado, al cortarle la cabeza un cable.
DON ALFONSO DE BORBÓN Y BORBÓN-DOS SICILIAS, INFANTE DE ESPAÑA (1941-1956)
El hijo menor de los Condes de Barcelona era el infante Don Alfonso. Espontáneo, nada retraído, inteligente, estudió con su hermano Don Juan Carlos en el palacio de Miramar de San Sebastián. En 1956, durante las vacaciones de Semana Santa en Estoril, falleció de un disparo accidental que recibió en la cabeza, provocado por su hermano Don Juan Carlos en Villa Giralda mientras jugaban con un pequeño revólver calibre 22. Murió en brazos de su padre. Nada pudo hacer el Dr. Joaquín Abreu, médico de la familia, llegado media hora después.
EL PRÍNCIPE LUIS RODOLFO DE HANNOVER (1955-1988) Y LA PRINCESA ISABEL DE HANNOVER (1962-1988)
Un impactante suicidio fue el de Luis Rodolfo de Hannover, hermano de Ernesto Augusto de Hannover –marido de Carolina de Mónaco–. Su mujer, Isabel von Thurn und Valsassina-Como-Vercelli, murió de sobredosis de cocaína y heroína en la Königinvilla de Gmunden. Cuando Luis Rodolfo descubrió el cadáver, se suicidó de un tiro de escopeta, en su coche, junto al lago Traun. Dejaron un hijo, Otón Enrique, nacido el mismo año de la muerte de sus padres. El fallecido había sido investigado por posesión de drogas y había pedido a su hermano que se ocupara de su hijo. Pero la custodia del pequeño se concedió a sus abuelos.
EL PRÍNCIPE PEDRO LUIS DE ORLEÁNS-BRAGANZA (1983-2009)
Cuarto en la línea de sucesión al trono imperial del Brasil, era presidente de honor de la Juventud Monárquica Brasileña. Hijo de Antonio de Orleáns-Braganza y de Cristina de Ligne, con solo 26 años fue uno de los 216 pasajeros del vuelo AF447 de Air France que se estrelló el 1 de junio de 2009. Muchos monárquicos brasileños habían depositado en él las esperanzas de una futura restauración.
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