Gente
Karelys y Malú y Rivera, protagonistas de las portadas
La amiga de Cayetano Rivera revela que fue novia del torero en 2014
KARELYS LO CUENTA TODO
Me iba a pedir un café con leche, que vaya tiempo nos está haciendo, pero es que ¡HOLA! Viene fuertecito y me he visto obligada a saltarme el desayuno e ir directa al vermú. Lo que no haga yo por vosotros un miércoles…
Porque hoy es miércoles, otra vez, y si hoy es miércoles, esto es el revistero. Al lío.
Como os decía, ¡HOLA! Viene fuertecito. Con Karelys en portada. Karelys, que tiene nombre de lasciva domadora de dragones en alguna serie de culto, no es otra que la amiga de Cayetano Rivera. Aquella de las fotos en Londres que provocaron la crisis de la pareja y algún que otro aviso de demanda. Esa. Pues esa ahora posa en la portada y habla. No nos lo esperábamos para nada ¿verdad? ¡Qué sorpresa! La chiquilla cuenta que fueron novietes en el pasado, tras una ruptura de Cayetano con Eva. Esto me suena a mí al capítulo de la fotocopiadora de Friends en el que Ross es infiel a Rachel y, después, nunca se ponen de acuerdo en si fue realmente infidelidad o se estaban tomando un descanso.
Tenemos también el movidón de Harry y Meghan, que están haciéndole a la monarquía británica un Diana de Gales reloaded. Esto les humaniza. A todos.
Y también a Chantal y Olympia de Grecia, que no sé cuál es cual, pero que son princesas de Grecia y reinas de la moda. O reinas de Grecia y princesas de la moda. Lo que sea. Son rubias y monas. Y son dos. Indistinguibles y intercambiables.
Y Laura Vecino, también, que nos habla de su nueva línea de ropa. Aquí necesito traguito y googlear. Ahora os informo que tardo nada. Ah, vale. Que es la mujer del hijo de Naty Abascal. Mira, de verdad, algunos personajes del corazón deberían aparecer con un código QR que, al escanearlo con el móvil, te proporcione un árbol genialógico o una trayectoria amorosa vital. Qué faena me dan, de verdad. Me voy a Lecturas.
En LECTURAS no salen Las Campos. Ya os lo digo para que no os hagáis ilusiones. Está Sofía Suescun, que es una exconcursante (exconcursante como profesión, no os perdáis esto) y nos comunica que Rocío Flores es oscura. Esto suena a rencilla peluqueril y hasta aquí me interesa.
Toñi Moreno a dado a luz a su hija Lola. Enhorabuena.
Vamos a lo grande. La foto de Edmundo acompañada del titular “así ha dejado Edmundo su habitación en casa de María Teresa Campos”. No sé ni por dónde empezar. Esa postura abriendo con las manitas las cortinas, ese tinte del pelo medio rubio como si un canario borracho se hubiese caído en una limonada, las gafas de sol y el jersey también amarillo. Que he estado un rato intentando calibrar el ordenador por si se me había desajustado y tenía los tonos con dominante. Y la mirada. Esa mirada de “Hey, ¿qué tal todo?”. Es como el paso previo al despendole. Como cuando Marc Ostarcevic lo dejó con Norma Duval y de pronto pasó de ser el señor aquel que salía en las fotos en la playa con la vedette y un montón de críos todos vestidos iguales a aparecer con la camisa abierta hasta el ombligo, cadenas, el pelo teñido y la mirada también de “Hey, ¿qué tal todo?”. Aquí un patrón que tengo que estudiar. Recordádmelo algún día.
A ver qué dicen en DIEZ MINUTOS.
Pues Sandra Barneda cuenta lo mucho que le costó asimilar que era gay y Jesús Mariñas, retenido por la interpol. Nada, suena a aventura de la leche pero solo es una anomalía en el pasaporte. Una incomodidad, no una noticia.
Edmundo Arrocet, que se ha quitado el bigote. Ya se podía quitar las gafas amarillas, el jersey amarillo y la cortina amarilla. Pero oye, cada uno que se quite lo que quiera.
Al lado, y como contraste estético, Brad Pitt y Jennifer Aniston (nunca sé cuántas n y cuántas f tengo que poner en Jennifer) se reencuentran quince años después en una entrega de premios. A ver, como para reencontrarse antes. Te deja Brad Pitt por Angelina Jolie y yo no es que me mude de país. Es que me mudo de planeta para no saber nada de ellos y no cruzármelos jamás. Ni a ellos dos ni a ninguno de sus doscientos hijos de colores variaditos.
No nos podemos quejar.
El miércoles que viene, os cuento más.
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