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Fantasía y elegancia pura en la Fashion Week

La pasarela se llenó ayer de color y feminidad con los desfiles de distintos diseñadores

Roberto Torretta: «En la política veo muchos ochos»
Roberto Torretta: «En la política veo muchos ochos»larazon

Hannibal Laguna llenó ayer la pasarela de la Mercedes Benz Fashion Week Madrid de color y fantasía. El diseñador presentó su colección otoño/invierno 2020, Phantasize, que comienza con un mosaico de estampados abstractos de motivos sobredimensionados, derramados sobre rayas de fino satén, con vivos colores, que incluyen el azul Matisse, el verde absenta y el albero.

Todos pintados «sobre organzas, gasas de seda y muselinas de plumeti», explica Laguna. Vestidos de ensueño, con escotes profundos, espaldas invisibles –un clásico ya de la firma–, mangas voluminosas y lujosos realces policromados. Se trata de una colección que recupera distintos códigos de la casa, en un ambiente atemporal, donde cobran protagonismo los drapeados y los plisados, los icónicos bustiers sobre vestidos y el preciso corte al bies, acentuando la feminidad.

Destacan también las vertiginosas sandalias de ante con cruces asimétricos y los lujosos botines de caña alta y relieves en cristal. Con Roberto Torretta la pasarela se vistió de elegancia serena. Si hay una palabra que puede definir la colección del diseñador argentino es «calidez». «Tailoring» de toques sofisticados, guiños a la moda de los años 60 y 70, con una selección de tejido muy cuidada con telas ecológicas japonesas (mezcla de lino y lana) y una confección impecable, marca de la casa.

Los detalles en vestidos de siluetas cortas, alargadas y despegadas en «crépe de chine» y «fluo peach» o de seda en delicados estampados florales, suavizan las líneas de abrigos, chaquetas, pantalones y faldas de inspiración «Ted» en cálidos paños esmerilados color azul marino, malva, marrón mahogany o en raya diplomática blanca de fondo tinta. La fuerza y la calidad de los modelos en piel de doble faz conviven con el aspecto vaporoso de finos tejidos «fil coupé» plata y negro para la noche.

Los desfiles de la tarde

El riesgo de ser andaluz y desfilar por primera vez en la MBFW de Madrid, es no caer en el tópico del volante. Fernando Claro lo sabe y «he tratado de evitarlo para que no se caiga en el folclore, aún así en algunos de mis trajes hay minivolantes muy compactos para dar una idea de volumen que es una de mis señas de identidad». Treinta años de profesión avalan una propuesta condensada en una colección estructurada en cuatro líneas que tienen en común el concepto del amor.

Tejido realizado con tiras de raso entrelazadas, como los bolsos de Bottega. Parte del corsé y sobre él se trabaja incorporándole minivolantes, plumas y bordados. Más tarde entran las perlas, las hombreras muy marcadas, el puño largo y las mangas abullonadas y finalmente, los trajes largos realizados en tafeta de oro y plata. Custo Barcelona desfilará el lunes en el 080 de Barcelona y ayer celebraba en Madrid sus 40 años de profesión sin nostalgias del pasado. Él mira hacia adelante. Se vuelve loco con los abrigos y las telas tecnológicas de Japón, que combina con paños italianos.

A finales de los años setenta Manuel Pertegaz alucinó con los espectáculos musicales que vio en Broadway. El plumerío, el exceso, el color y el brilli brilli multiplicado por mil, le inspiró un sueño galáctico pero necesariamente terrenal porque las clientas tenían que comprarlo y usarlo. Este ha sido el punto de partida de la primera colección del gallego, Jorge Vázquez, ahora mutado en Pertegaz: «yo doy la cara y no es fácil diseñar con el nombre de otro. Con Manuel comparto el gusto por el color, por los detalles de Costura y por las cosas buenas.

Me he metido a fondo a estudiar su legado y mientras diseñaba la colección me preguntaba todo el rato lo que él haría. Lamento no haberle conocido. De lo que puede estar seguro, allá dónde esté, es que, esta primera colección, la he hecho con mucho respeto y me gustaría que se sintiera orgulloso». Tanta ha sido la concentración con la memoria del maestro que Vázquez ha diseñado toda la colección encerrado en su casa gallega (como es su costumbre) pero en esta ocasión ha añadido una foto de Pertegaz mirándole.

Para ponerle textura a las 43 prendas de la firma más antigua que desfila en la MBFWM, Jorge se ha dado un paseo por lo artesanal y por el patronaje con una exuberancia de lazadas, acabados metalizados, plumas, filigranas en los bordados y mucha pedrería, con esos elementos reedita piezas sofisticadas con aires grandiosos. Para la mujer que busque perfil bajo, esta no es su colección. Destacan las siluetas estructuradas, con exagerados volúmenes, mangas abullonadas y prendas que se recogen y drapean continuamente.

Hay flores y estampados geométricos pero también rayas de cebra que acompañan a piezas de punto bordadas, vestidos de noche con pedrería o elegantes adornos de cristal y mucha pluma. Todo ello en fucsias, rojos, negros, blancos y turquesas o corales. Esto señoras y señores es Broadway; pasen y vean. Para ver a Jorge Vázquez en estado puro y con su propio nombre habrá que esperar a finales de febrero en su presentación en Madrid.