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El drama familiar de Lydia Lozano

Su madre de 91 años, medicada, al ponerse en duda que su hija esté licenciada en periodismo.

Lydia Lozano asegura que no puede más y que “esto no compensa”, pero se niega a abandonar el barco aunque se hunda. No lo ha hecho ni en los peores momentos de su trayectoria profesional cuando bajó a las cloacas del periodismo con el caso Ylenia. Ahora es otra de “sus exclusivas” que afecta a la nieta de Rocío Jurado y a Rocío Carrasco, la que ha provocado un nuevo drama en el entorno familiar de la periodista, al ser cuestionada su profesionalidad por compañeros y colegas de profesión.

Las críticas, reproches y dudas que ha generado la última información de la tertuliana sobre una supuesta conversación entre Rocío Carrasco y su hija, Rocío Flores con la que no mantiene ningún contacto desde hace siete años, ha sido la excusa perfecta para su escarnio público. La información que durante una semana defendió, aunque sus protagonistas negaran por activa y pasiva que hubiera existido, carecía de veracidad y no había sido debidamente contrastada.

Rocio Flores Carrasco
Rocio Flores CarrascoSergio R MorenoGTRES

El gran error de Lydia: confiar en un informador poco fidedigno y no contrastar la información por otras fuentes.

Mientras Lydia defendía a su “fuente” y se negaba a revelar quién era, uno de los compañeros más críticos, Kiko Matamoros, desvelaba que el informador era una persona que había trabajado en la casa de Rocío Jurado, Jose María Franco, o su hija. La rubia negaba tajantemente la información de Matamoros y se apoyaba en María Patiño, a quién habría enseñado las pruebas que demostraban que su exclusiva era cierta.

La presentadora de Socialité sacaba la cara por su compañera aunque los afectados por la noticia, Rocío Carrasco, su hija Rocío y el padre de ésta, Antonio David siguieran desmintiéndolo. Durante una semana, la tertuliana fue cuestionada por sus compañeros, hasta que se demostró que todo parecía ser una trampa tendida por José María Franco, exchófer de Rocío Jurado, dándole pruebas falsas. Él sigue manteniendo que todo es real, que puede demostrarlo y que demandará a Lydia Lozano.

Lydia acabó reconociendo que “le habían metido un gol” y pidió disculpas públicamente tanto a la hija de la Jurado como a Antonio David Flores. “Creo que la fuente me ha utilizado para hacer daño colateral a Antonio David”, se defendió la comunicadora tratando de armar una nueva trama y sin reconocer, no ya su error, sino su negligencia profesional al no contrastar la información por más fuentes.

Ylenia Carrisi desapareció en 1994 en Nueva Orleans. El caso ha hecho correr ríos de tinta para disgusto de Albano y Romina, que no querían que se especulase con su hija
Ylenia Carrisi desapareció en 1994 en Nueva Orleans. El caso ha hecho correr ríos de tinta para disgusto de Albano y Romina, que no querían que se especulase con su hijalarazon

Aún en el recuerdo su mayor negligencia como profesional: el caso Ylenia Carrisi.

El asunto que ha ocupado durante una semana gran parte del contenido de “Sálvame” ha recordado a los televidentes la época en la que la periodista tocó fondo al aseverar, durante tres meses, que la hija de Albano y Romina, Ylenia Carrisi, había desaparecido de manera voluntaria y estaba viva. Hoy, oficialmente muerta, tras veinticinco años desaparecida, su fantasma sigue atormentando a Lydia Lozano, ya que el triste suceso se convierte, de tiempo en tiempo, en contenido recurrente para ahondar en su mala praxis periodística.

Tras una semana infernal en la que hemos visto derrumbarse a la periodista a diario en “Sálvame”, su azote, Kiko Matamoros llegó a cuestionar que fuera licenciada en Ciencias de la Información y le retó a mostrar su título de periodista.

Hay que recordar que, a raíz del escándalo protagonizado por la periodista canaria en relación con la desaparición de Ylenia Carrisi, la Comisión de Quejas y Deontología de la Federación de Asociaciones de la Prensa, dictaminó “su falta de compromiso periodístico”. A pesar de ello, ha seguido manteniendo su silla fija en diferentes programas de Mediaset, cadena especialmente permisiva con las negligencias de sus colaboradores y periodistas.

A pesar de que se cuestione su licenciatura en periodismo, Lydia se ha negado a exhibir su título.

Aunque Lydia Lozano siempre sale reforzada, como animal televisivo que es, de las bromas y críticas de sus compañeros de programa a cuenta de su poca credibilidad periodística, en esta ocasión, el espectáculo se ha alargado un poco más al ponerse en duda que la colaboradora de Sálvame haya terminado la carrera de periodismo y posea el título de licenciada. ¿Tiene Lydia realmente el título universitario que la acreditaría como periodista?

La popular tertuliana, podría haber callado todas las voces que se han alzado negando su titulación con un simple gesto: mostrar ante el público su título de Licenciada en Ciencias de la Información, rama periodismo, expedido por la Universidad Complutense de Madrid. Aún si lo hubiera perdido, bastaría con acudir a la secretaría de la facultad y en el mismo día, le habría sido facilitada una copia. Pero, inexplicablemente, no lo ha hecho y se ha limitado a mostrar algunos de los reportajes que firmó durante su época de redactora en las agencias de noticias Infoto y Skorpio.

La cuestionada periodista se ha negado a demostrar su titulación, apoyada en la inesperada defensa de Pedro Piqueras, director de informativos de la cadena y compañero de la rubia en la Universidad Complutense de Madrid. Algo que demuestra que estuvo matriculada pero no, como mantiene Matamoros, que sea licenciada en periodismo.

Lydia trata de zanjar las dudas con un “poli Deluxe” y sale a la luz su drama familiar.

Sorprende que la rubia no se preste a mostrar su título y sí a someterse a un polígrafo en “Sábado Deluxe” sobre otras cuestiones, como su labor como periodista, que no ha hecho más que generar más dudas, y confesar, entre lágrimas, el drama familiar que ha supuesto para ella lo ocurrido con la familia Flores Carrasco.

“Mi madre, con 91 años, el jueves se tuvo que tomarse una pastilla por este tema... Con el daño que le hago a mi familia, con el daño que ya le hice, esto no compensa”, decía, hecha un mar de lágrimas. Una confesión que resultaba de lo más incongruente pues protagonizando, previo pago, la noche del sábado no hacía más que ahondar en la herida y el dolor que, aseguraba la periodista, estaba afectando al delicado estado de salud de su anciana madre. “Mi madre me dice, cómo pueden poner en duda que eres periodista...ellos me pagaron una carrera para que yo fuera feliz, cómo no me va a doler".