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Sara Sálamo: “Sigo en fase 0, me abruma el número de víctimas”

La actriz canaria, acaba de publicar su primera novela “El ocaso del mono que arañaba la pared”

Actress Sara Salamo at photocall of the 34th annual Goya Film Awards in Malaga on Saturday, 25 January 2020.
Actress Sara Salamo at photocall of the 34th annual Goya Film Awards in Malaga on Saturday, 25 January 2020.Sergio R MorenoGTRES

«Soy fiel defensora de la verdad, aunque duela. En la novela también desarrollo con mimo una reflexión acerca de la mentira, de las medias verdades o las verdades maquilladas. No las tolero». Con tres docenas de palabras, ya se hacen ustedes una idea de quién es Sara Ainhoa Concepción Sálamo (Santa Cruz de Tenerife, 1992). Esa fuerte personalidad hace que las redes sociales, donde ejerce de feminista y defensora de los animales –entre otras nobles causas–, protagonice alguna que otra agarrada, como la que le arrostró hace unos días a Cayetano Rivera a costa de las ayudas a la tauromaquia. «Subvencionados, titiriteros, rojos...! Ah, no, toreros», le espetó irónicamente la actriz en Twitter. La sucesión de «y tú más» se la pueden imaginar.

Hoy, pasamos de esa página para centrarnos en las 236 del primer libro de Sálamo, «El ocaso del mono que arañaba la pared» (Ediciones Martínez Roca), al que engendró al tiempo que a su pequeño Theo, que el 11 de julio cumple un año, fruto de su relación con Isco Alarcón, jugador del Real Madrid.

Desconfiada, divertida, paranoica

«La novela cuenta la historia de Pilar, una escritora perfeccionista, desconfiada, espontánea, divertida, paranoica, atea y amante de los girasoles y el capuchino. ¿Cuánto se parece a usted?», debuto. «¡Madre mía! Cambiando los girasoles por tulipanes, no cambiaría ni una coma. No era consciente de haber creado un personaje tan desde mí. Aunque también hay muchos comportamientos que repruebo y en los que no me reconocería nunca», confiesa. Su embarazo también fue clave para gestar la historia que la ha mudado de los rodajes a las librerías: «Tenía otros guiones y premisas en los que había estado trabajando desde hacía tiempo y, quizá, hubiera sido más sencillo seguir desarrollándolos para iniciarme en el mundo literario, pero el embarazo es un proceso tan sumamente poderoso, que opté por escribir desde las entrañas y desde esas sensaciones nuevas que ocupaban mi cuerpo y mi mente».

Pese a que terminó el libro en febrero, en él aborda una enfermedad muy ligada a la era Covid-19: la ablutomanía, cuyos pacientes se lavan las manos sin parar. «Me llaman mucho la atención este tipo de trastornos y tras investigar durante días con cuál podría crear una imagen potente para el personaje, me decanté por este. ¿Quién iba a decirme que parecería algo premonitorio? ¡Incluso se cita el gel hidroalcohólico que tanto demandamos durante estos meses!». Con el virus ya afectando nuestra charla, me intereso por «Descorónate», la iniciativa solidaria que puso en juego junto a Alarcón para aportar material sanitario a los hospitales a principios de marzo. «Descorónate» nació desde las ganas de ayudar de primera mano. «No solo donando dinero o quedándonos en casa, sino haciendo algo más. Nos ha supuesto muchísimo trabajo y quebraderos de cabeza, ya que ninguno nos dedicamos al sector sanitario, ni teníamos contactos con fabricantes del sector. Pero nos sentimos muy orgullosos de haber podido añadir un granito de arena y sobre todo felices por la cantidad de gente que arrimó el hombro tanto dando dinero como compartiendo. Personas así hacen el mundo más bonito. Y desde aquí, vuelvo a darles las gracias». En coherencia, es de las que sigue homenajeando a los sanitarios a las ocho: «Los días que mi bebé no está dormido, aplaudimos juntos. Aprendió a dar palmas justo cuando miles de personas lo hacíamos a diario tras las ventanas. Ha sido bonito poder compartirlo con él». Pese a que Madrid, donde reside desde que zarpó de su Tenerife natal a los 18 años, está en fase 1, la intérprete de «Todos los saben» todavía no ha estrenado la desescalada: «Soy una persona bastante miedosa y prudente. Yo continúo en fase cero con respecto a los reencuentros. Y no porque no tenga ganas, sino por miedo a las repercusiones. Me muero de ganas por ver a mi familia y amigos, a los cuales tengo lejísimos, pero me abruma el número de víctimas». Cuando le recuerdo que reaccionó a las caceroladas con un «habría que meterlos en un pueblo deshabitado», argumenta contundente: «Siento muchísimo respeto por el trabajo de los sanitarios y por los fallecidos y sus familias. Creo que hay otras formas de reivindicar lo que uno piensa o con lo que uno no está de acuerdo, sin saltarse la distancia de seguridad y las normas sanitarias». De este charco saltamos al crispado panorama político que nos ha dejado la semana saliente y sigue abogando por la responsabilidad: «Quizá deberíamos tener más respeto entre todos, seamos de la ideología que seamos. Es momento de aunar fuerzas, no de enfatizar y subrayar las diferencias». Sin acoso tuitero a la vista, también nos deja su omnipresente huella feminista y animalista, presente en su estreno literario: «El feminismo, por ejemplo, no puede tener discusión. Cuando me expongo para defender el respeto hacia cualquier ser, ya sea humano o animal, no pienso en las repercusiones. Simplemente creo que, ya que tengo un altavoz, debo utilizarlo con responsabilidad».

Celosa de su intimidad, la canaria sí reconoce que la maternidad la ha hecho «mejor persona» y también «más empática. Ahora admiro más aún, si cabe, a las mujeres». Tras enumerarme los proyectos que el coronavirus le ha dejado confinados –«el estreno de “El año de la furia” de Rafa Russo, una serie de la que no me dejan contar demasiado y un proyecto cinematográfico que me hace mucha ilusión»– abordamos la urgencia de las políticas de conciliación en plena crisis económica: «Es un tema que urge y que debe recaer en ambos progenitores. Es cierto que, al menos en mi caso, hasta que no me he visto en la tesitura, no le he dado la importancia que tiene. Desde fuera, siempre se ve todo mucho más sencillo. Encuentras soluciones para todo. Pero querer abarcar el trabajo y la maternidad o paternidad rindiendo al cien por cien es inviable».

Isco y Sara Sálamo
Isco y Sara Sálamolarazon

De momento, el 11 de junio arranca La Liga y su pareja, con el que sale desde 2017, vuelve a primera línea de juego. Sara se muestra tranquila y confiada. «Entiendo que, si han tomado esa decisión, es porque les consta que se puede llevar a cabo sin exponernos tanto a los jugadores como a sus familiares. Confío en el buen hacer de las personas que trabajan en el sector. Además, lo que sí que me consta de primera mano es lo escrupulosos que están siendo a diario con las medidas de higiene». Por alusiones, vuelvo al libro. «¿De verdad le molesta que los futbolistas escupan en el campo?». «¡Muy agradable de ver no es, jajajaja!». Con ustedes, Sara Sálamo: una escritora de verdad. Y de verdades.