Los celos excesivos de Alejandra Rubio

Pobre Tassio de la Vega, el empresario que comparte apellido con El zorro cinematográfico no sabe la que le espera al lado de la nietisima Alejandra Rubio, la más celosa de la familia Campos. Ni su abuela María Teresa demostraba tanta preocupación en los viajes en solitario de Bigote Arrocet, o por lo menos escondía sus celos en público.

Pero Alejandra los reconoce ante toda España. Controla a Tassio a cientos de kilómetros de distancia, tiene confidentes en todas partes, radio macuto funciona a la perfección, y la colaboradora más sosa de “Viva la vida”, en esto compite con Irene Rosales, estaba al tanto de casa paso que daba Tassio en su noche de juerga sabatina en Marbella. Hasta tenía controladas a las chicas que se acercaban en una popular discoteca. Tassio y Alejandra aseguran que son amigos, pero a ella solamente le falta contratar un detective cual perro de presa, para avisar a su clienta de los “peligros nocturnos” que acechan a su no novio.

Pero una mujer que se mueve con una cierta soltura en los ambientes de la noche, recordemos que trabaja como relaciones públicas de una discoteca madrileña en las madrugadas, debería entender ciertas actitudes, porque no pasa nada si su pareja tiene amigas. No le va a poner un bozal al chico o atarle en una esquina. Que malos son los celos, y peor si son infundados,