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El confinamiento acaba con el matrimonio de Enrique Ponce y Paloma Cuevas
Tras 24 años casados se produce el sorprendente divorcio de una de las parejas más estables del panorama social.
Según publica la revista Semana en exclusiva, el torero Enrique Ponce y Paloma Cuevas se han separado de mutuo acuerdo y ya han comenzado los trámites para firmar el divorcio de mutuo acuerdo. La publicación asegura que “un despacho de abogados ultima los detalles para un divorcio que, en principio y por parte de los dos, se ha planteado de una forma amistosa, cordial y desde el respeto al amor que se han tenido y el cariño que aún se profesan”.
Al parecer, se trata de una decisión muy meditada en la que no hay vuelta atrás. Aunque la revista se asegura que no hay terceras personas sino un desgaste en la relación, la noticia ha sorprendido ya que se trata de un matrimonio que parecía indestructible. Paloma y Enrique, tras veinticuatro años de convivencia y dos hijas menores de edad en común, Paloma y Blanca, habrían llegado a un acuerdo para divorciarse cuando sólo faltaba un año para que celebrasen sus bodas de plata.
La noticia ha sorprendido al mundo taurino ya que muy pocos, salvo su familia, conocían la delicada situación que atravesaba su matrimonio y que ha acabado con su convivencia. La última imagen del torero y la hija de Victoriano Valencia, se tomó en noviembre de 2019 en Málaga durante un acto cultural en el Teatro Soho Caixabank.
Enrique y Paloma se enamoraron en 1992 y se casaron 4 años después
Paloma, hija de Victoriano Cuevas, entonces apoderado de José Ortega Cano, conoció a Enrique Ponce en 1992 al coincidir en el hotel La Perdiz de la localidad jienense de La Carolina, tras una corrida del torero. Para los dos fue un flechazo y esas mismas navidades, volvieron a coincidir en Cali (Colombia) durante la temporada americana, dónde se enamoraron.
El torero, cuentan, se armó de valor para pedirle la mano de su hija, y en octubre de 1996, Paloma y Enrique se casaban en la catedral Nuestra Señora de los Desamparados, patrona de Valencia. A su boda asistieron miembros de la sociedad y del mundo del toro, al que ambos pertenecían y fue todo un acontecimiento social que llegó a ser retransmitido en directo por el Canal 9 de Valencia.
Casi 12 años después de su boda, nació su primera hija, Paloma, que ahora tiene 13 años y en enero de 2012, la llegada de Bianca a sus vidas, completaron la familia. La pareja ha vivido a caballo entre Madrid y la finca familiar Cetrina, situada en el termino jienense de Navas de San Juan.
Confinados, junto a los padres de Paloma, en la finca por el estado de alarma.
Allí, en la finca de Jaén, se encontraba la pareja con sus hijas y los padres de Paloma desde que se decretara el estado de alarma. Han pasado el confinamiento en familia y ha sido entonces, cuando han decidido separarse, aunque según fuentes cercanas a la pareja hacía tiempo que no estaban bien.
Paloma Cuevas, ya acudió sola el pasado 4 de marzo al funeral de Plácido Arango en Madrid, uno de los últimos actos sociales antes de que se decretara el estado de alarma. Después del funeral, la bella esposa del torero, se habría trasladado con sus padres y sus hijas al campo, dónde han permanecido recluidos estos meses y no habrían conseguido superar sus diferencias. Sin duda, el confinamiento, ha acabado pasando factura a un matrimonio muy admirado y querido en la sociedad española.
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