Sucesos
Maxwell: la mejor defensa, unos vídeos porno
La «madame» del suicida y delincuente sexual Jeffrey Epstein tiene guardado material erótico que podrían poner en jaque a hombres muy ricos y poderosos
Ghislaine Maxwell no piensa caer sola. Al menos, eso se desprende de una exclusiva de «Daily Mail», que afirma que la amiga del suicida y delincuente sexual Jeffrey Epstein conserva una videoteca explosiva. Según el periódico británico, cuando el FBI registró la casa del millonario habría encontrado archivos fotográficos con imágenes de menores de edad objeto de abusos sexuales. Incluso habla de una caja de caudales repleta de archivos con la etiqueta de «chicas desnudas». Y Maxwell también coleccionaba sus propias cintas. Según una persona anónima que habló con el «Mail», «a Epstein no solo le gustaba grabarse con jóvenes menores de edad, sino que quería asegurarse de tener algo para controlar a los hombres ricos y poderosos que se aprovecharon de su generosidad».
En el caso de su confidente, acusada de seis delitos federales y arrestada el pasado jueves en su mansión de Bradford, New Hampshire, «ella no iba a estar con Epstein todos esos años sin tener alguna protección. Tiene copias de todo lo que tenía». Y añade que, «si cae, los arrastrará a todos con ella». Casi inmediatamente han comenzado a circular los rumores y apuestas respecto a quiénes podría aparecer en las cintas. Si es que existen. Si es que no son una pura fabricación para vender periódicos. Pero resulta casi imposible que el público y la Prensa no jueguen a las adivinanzas dado el perfil de Epstein y las conexiones que manejaba, la clase de gente que acudía a sus fiestas y la extrema gravedad de los delitos de los que fue acusado. La lista de nombres incluye a algunos de los científicos y las instituciones académicas más prestigiosas del mundo, de los que el millonario, fascinado por la indagación y posiblemente deseoso de comprar prestigio, fue siempre un generoso donante. Pero también se habla de amigos como el príncipe Andrés, al que al menos una mujer señala como su presunto abusador cuando ella era menor de edad y al que la fiscalía siempre ha invitado a que dé las explicaciones pertinentes; el ex presidente Clinton y, sí, también Trump. En el caso de Maxwell, el interés es doble porque a falta de Epstein ella es la principal acusada, la mujer que movía los hilos y a la que muchas menores de edad explotadas sexualmente señalan como la conseguidora, como la ««madame» que ejercía de nexo entre las adolescentes y su amigo.
¿Otro suicidio?
Ex novia de Epstein y nacida en 1961 en Maisons-Laffitte (Francia), hija del magnate editorial Robert Maxwell, que murió ahogado en 1991 después de haber desembarcado en la Prensa neoyorquina, comprando nada menos que el «New York Daily News», y luego de ser acusado de estafar cientos de millones de dólares, Maxwell vive ahora en una celda diminuta del centro de detenciones de Brooklyn. Las autoridades penitenciarias y los psiquiatras temen que pueda suicidarse. El jueves pasado, poco después de trascender su arresto, una mujer declaró en la Fox que Maxwell no solo la engatusó para acostarse con Epstein y sus amigotes: también la violó. Decenas de veces. Llegó a describirla como la «entrenadora». «Hazlo de esta manera y hazlo de esa otra forma», venía a decir, «porque una vez que te conviertas en modelo, esto es lo que esperarán de ti».
De momento, el «New York Post» informa que ha contratado como abogado a Christian Everdell, ex fiscal de Nueva York y pieza clave en la captura y condena del narcotraficante Joaquín «El Chapo» Guzmán.
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