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El desfase estival de los nuevos ricos

Celebrities como Omar Montes y Georgina Rodríguez disfrutan de unas vacaciones "vip" que contrastan con su pasado humilde

Omar Montes
Omar MontesInstagram

Repentinamente, usted se hace millonario. Imagínelo. Llegan las Perseidas de San Lorenzo y, en lugar de estrellas, arrojan billetes. En esta tesitura, la cabeza se pone a flamear. ¿Cómo viste un rico? ¿Dónde pasa sus vacaciones? ¿Hay que gastar de modo ostentoso o es mejor alejar el dinero de las garras de don derroche? En estas llega Georgina Rodríguez, pareja de Cristiano Ronaldo, e imparte la primera lección sobre cómo entregarse al lujo sin que importe si tuvo una cuna de cartón o palaciega.

Ella veranea sin remordimientos y exhibiendo en su cuenta de Instagram esas pequeñas cosas con las que entusiasmarse en vacaciones cuando lo de menos es el precio: un yate valorado en un buen puñado de millones de euros, paseo en alta mar, la Toscana, «selfies» y champán. El texto que acompaña a la estampa –«Donde la vida comienza y el amor nunca termina»–supera los dos millones de «me gusta». Más que suficientes para nutrir su vanidad y cumplir el primer cometido de una parte de estos nuevos ricos.

Nacida en Argentina y criada en la localidad aragonesa de Jaca, la modelo ha conseguido dejar atrás una biografía de apuros económicos y trifulcas familiares. Antes de comenzar el verano, su pareja le sorprendió con una visita a la sede principal del astillero Azimut en la localidad italiana de Viarregio donde escogieron embarcación para sus vacaciones. La elegida fue un yate con 27 metros de eslora y líneas aerodinámicas que les permiten navegar a una velocidad máxima de 28 nudos, unos 52 kilómetros por hora. Dispone de cuatro suites, siete cuartos de baño y varias estancias más. La tripulación se encarga de atender cualquier necesidad que le pueda surgir a Georgina o al resto de la familia a bordo.

Al futbolista brasileño Vinicius Jr. el destino le ha cruzado con Ronaldo peleando por un mismo balón y parece que, a pesar de su juventud, sus gustos se encaminan en la misma dirección. Su imagen en Ibiza junto a Elif Aksu y Kingsa Osinska, dos de las modelos más afamada del mundo, es solo su opera prima. Mucha risa, bromas en el agua, un exquisito arroz y buen apetito a bordo de un lujoso yate. A sus 20 años este «crack» del Real Madrid es ya uno de los jugadores con mayor potencial y realmente su estancia en Ibiza tenía como excusa un anuncio publicitario para una firma de relojes. Otra pista más de cómo veranean estos nuevos ricos que enseguida se ganan la simpatía de las marcas.

Nunca se habría imaginado de esta guisa Vinicius Jr, que no hace tanto corría tras la pelota por las callejuelas de una de las zonas más pobres de Río de Janeiro. La isla mágica es, por cierto, destino obligado para estos nuevos ricos, imprescindible también para celebridades de todo el mundo, como Leo Messi, que acostumbra a pasear yates que superan los 50.000 euros por semana, o el actor australiano Chris Hemsworth, que regala momentos familiares envidiables junto a su mujer, la actriz Elsa Pataky, y sus tres hijos. De momento, este año se le ha visto disfrutando con su tabla de surf en las paradisíacas playas de Australia junto a su hermano Liam Hemsworth y el resto de la familia. Sus imágenes, que incluyen una estrepitosa caída de la tabla, su caravana o la mirada atenta de los pequeños India Rose, Sara y Tristan, suman más de diez millones de comentarios.

Los nuevos tiempos han propiciado nuevas fuentes de riqueza y otras formas de vivirla. Ahí tenemos a Rosalía, que aprovecha la cima de su popularidad para trabajar. Entre nota y nota, entretiene a sus seguidores con alguna imagen en la que exhibe sus características uñas largas y puntiagudas. Su éxito le ha llevado a pasar parte de su tiempo libre con el clan de las Kardashian, donde ya es una más. Sus estilismos son tan parecidos que podría decirse que incluso se mimetiza con las hermanas.

De “refugiada” a diva

Su ascenso meteórico no se distancia demasiado del de otra joven cantante de éxito. Dua Lipa, hija de un matrimonio de refugiados albanokosovares nacida en Londres que desde muy pequeña manifestó su talento musical. Ella también repite la estampa estival de los «neoricos». Hace unos días sorprendió a sus seguidores con unas sugerentes fotos en bikini durante sus vacaciones en la isla de Santa Lucía, en el Caribe. Rodeada de bosques tropicales, montañas volcánicas y su pareja, Anwar Hadid, lucía un diminuto bikini.

De todos modos, el verano es extraño para todos, aunque solo estos privilegiados se permitan demostrar que la vida sigue siendo igual de bella. El coronavirus ha privado incluso a la aristocracia marbellí de sus legendarios guateques. Atrincherada en sus fincas privadas, celebran a puerta cerrada sus fiestas. También los nuevos ricos prefieren ser precavidos, lo que hecho que este año las costas españolas se llenen de celebridades.

Zahara de los Atunes es un buen refugio natural para quienes buscan sol, arena blanca, chiringuitos y buenos platos. Su ambiente contrasta con el famoseo y el bullicio mediático de destinos como Mallorca o Marbella. Por allí se deja caer Omar Montes, el artista que pasó de un coche sin puerta a un Ferrari que vendió cuando vio que a su abuela le costaba entrar en él.

Parece que las aguas se han calmado después de la cancelación del concierto que iba a ofrecer en festival Marenostrum de Fuengirola por su negativa a usar mascarilla durante el acto. A pesar de su vertiginosa subida en el escalafón musical, Omar se empeña en demostrar que el éxito y el dinero no le han transformado. Sigue siendo el mismo chico de Pan Bendito, el barrio humilde que le vio crecer y donde aún reside, a pesar de que, entre conciertos, derechos y eventos, podría ganar alrededor de los dos millones de euros anuales.

Fortuna a base de ingenio

Es evidente que todos ellos pertenecen a una categoría de tipos muy listos que han sabido labrarse una fortuna a base de ingenio y esfuerzo, sin necesidad de echar mano de su árbol genealógico. Hay quien los define como monas vestidas de seda que se distinguen por abrocharse los tres botones de la americana, en lugar de uno, y doblar la servilleta cuando acaban de comer. Pero su ocio contribuye a nuestro maltrecho PIB y lo demás poco importa.

Una casta aparte son los millonarios que está generando el entorno tecnológico desde tiempos de Bill Gates y Steve Jobs. Son otro concepto de nuevos ricos: tipos que se caracterizan por una inteligencia extraordinaria y una imagen excéntrica y desidiosa. Pertenecen a la élite cultural y no suelen ser demasiado hábiles en el manejo de las habilidades sociales. Aunque son capaces de cubrir su vida de oro macizo y su último iPhone con diamantes, no son muy dados a hacer ostentación de sus vacaciones. Mark Zuckerberg es uno de esos nuevos ricos «geek». O sea, un «friki» de las tecnologías. En esta nueva hornada destacan también las grandes fortunas en criptomoneda. Todos son hombres y su media de edad ronda los 40 años, muy por debajo de los millonarios clásicos. Buen ejemplo son los gemelos Winklevoss, Tyler y Cameron, que están a la espera de su próximo destino vacacional: el espacio. Comparten, como cualquier nuevo rico, sus múltiples viajes a lugares exóticos y aventuras cargadas de adrenalina, pero carecen del don de la simpatía, por mucho que se empeñen en sonreír. Lo que se dice fanfarronería pura y dura.