Casa Real
El Aga Khan, el confidente de Don Juan Carlos
Se conocen desde pequeños, cuando compartían pupitre en el internado de Suiza. Ayudó a su hija Cristina en Ginebra y quizá ahora a él
El miércoles, cuando solo se hablaba de República Dominicana, puse sobre la mesa el nombre del Aga Khan, un hombre que llama Juanito, al Rey Emérito, que siempre está para lo bueno y para lo necesario, y que cuenta con el mérito de la discreción. El problema de los comunicados que dejan abiertos interrogantes importantes como el lugar donde el Rey Juan Carlos fijará su residencia en el extranjero, si es una medida temporal o hasta el fin de sus días y con quién o cómo se le dará cobijo, dan pie a que esas preguntas que quedan en el aire se traten de despejar.
Haciendo repaso a la historia de la familia real, hay un personaje discreto, que siempre está cuando se le necesita y que tiene más de lo que una mente humana pudiera imaginar, un hombre que llama al rey Juan Carlos, «Juanito» porque compartieron pupitre en el internado suizo al que no hay que premiar ni con marquesados, ni con medallas porque las tiene todas inherentes a su figura y, por si necesitase algo terrenal, la Reina Isabel le concedió, hace sesenta años, la distinción de Su Alteza. El rey de más de veinte millones de Ismaelitas es como Dios en la tierra por ser descendiente directo del profeta Mahoma. Hasta decir su nombre impone: el Aga Khan. En pleno confinamiento, Pedro Campos, me dijo que su casa de Sanxenxo tenía las puertas abiertas para Don Juan Carlos, también la familia Fanjul y la República Dominicana cuentan con mucho atractivo y Don Juan Carlos tiene las dependencias de sus mansiones a su disposición para cuando desee. De hecho, el Rey Emérito no es un personaje desconocido en esos lugares, pero estamos enmedio de una pandemia mundial, Don Juan Carlos tiene 82 años y se va de España, a petición propia, a raíz de las contundentes medidas que el Rey Felipe VI ha tomado y la reacción del pueblo soberano para que aclare su situación financiera.
Cobijo en el castillo
Y ahí entraría una vez más el Aga Khan que cobijó en su castillo de Chantilly el incipiente amor que se gestaba en Francia entre la infanta Elena y Jaime de Marichalar. También alojó en sus cuadras a los caballos de la primogénita de Don Juan Carlos cuando en España se declaró un brote de peste equina. En esos establos cría sus cotizados puras sangre, como Shelgar el caballo de carreras más caro del mundo que fue secuestrado y nunca apareció. El Aga Khan se negó a pagar rescate por él. Doña Sofía también ha conocido y apreciado las posesiones del Aga Khan y cuando la infanta Cristina comenzó a estar cuestionada, sin estridencias y con discreción, como hace un amigo del que te puedes fiar, el rey de los ismaelitas le ofreció una fuente de ingresos y una cobertura en Ginebra.
Un hombre que se convirtió en Su Alteza el Aga Khan IV muy joven por deseo de su abuelo, ademas su padre, el «play boy», Aly Khan, murió estrellado contra un árbol del Bois de Bologne en Paris, pero antes le había dado tiempo a casarse con la millonaria, Joan Guinness, madre del actual Aga Khan, también con Rita Hayworth y había enamorado a la famosa modelo Bettina, musa de Dior y de su New Look.Karim Aga Khan IV es contemporáneo de Don Juan Carlos, tiene 83 años, estuvo tutelando a la infanta Elena, pero también a la infanta Cristina y su primogénita, Zahra Khan, es amiga de toda la vida de Elena, Cristina y Felipe de Borbón, los hijos de Cristina y Zahra han estudiado en el mismo colegio suizo y aunque sea en distintas aéreas, las dos trabajan en la AKDN, Aga Khan Development Network, que también tiene una impresionante sede en Portugal, donde llevan trabajando 35 años. La conexión con Portugal no es baladí, si también tenemos en cuenta que el presidente portugués, estuvo hace unas semanas en el palacio de La Zarzuela en visita privada con los dos reyes presentes.
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