Gente
Roberto Verino: “La gente no quiere que la disfracemos”
El diseñador inauguró ayer el curso 2020/21 de Comunicación y Gestión de Moda en la Universidad Villanueva
Moda y Comunicación han tenido siempre una relación muy estrecha, ya que la primera es en sí misma un medio para comunicar. Por ese motivo, quién mejor que un diseñador con la trayectoria profesional de Roberto Verino (Verín, Orense, 1945) para inaugurar el curso 2020/21 de Comunicación y Gestión de Moda de la Universidad Villanueva.
Se podría decir que el gallego, que fue el segundo modisto español en abrir su primera tienda en París (antes lo había hecho Balenciaga), es un visionario. Hace cuatro años decidió salirse del esquema tradicional de los desfiles para unirse a la «slow fashion», una filosofía de moda asociada a los valores de sostenibilidad, responsabilidad y compromiso. «Entonces fue catalogada de locura y ahora la triste realidad que nos ha tocado vivir me está dando la razón», dice.
Sin intermediarios
Así, Verino apostó por el fenómeno «See now, buy now» («lo veo, lo compro») «porque observé que había otras maneras de acercar la moda al consumidor sin intermediarios. Además, la pandemia ha venido ha respaldar esa decisión. No podemos ir tan deprisa. Debemos respetar al consumidor y a la materia prima. Ofrecer al cliente solo lo que le hace falta, de ahí que se haya estado generando un despropósito en lo que era comprar más de lo que era razonable, lo que creaba también un problema de desgaste de materias primas y de aumento de material de desecho. Siempre he creído en un armario inteligente, con un consumo racional, y no en el despilfarro que ha generado el ''low cost''. Una-prenda -añade- debe durar en el tiempo porque la calidad lo permita y porque las prendas forman parte de la vida cotidiana. A todos nos gusta ser únicos, pero no podemos ser víctimas de una tendencia. No todos pueden ser modelo de pasarela. Nuestra prioridad es ayudar a que el consumidor se sienta bien, que sea feliz a través de la moda. A la gente no le gusta que la disfracemos».
El modisto insiste en que sus prendas cumplen siempre tres objetivos: «Sencillez de los cortes, la calidad de las materias y la atemporalidad en las propuestas», de esta manera consigue que la moda se convierta «en una inversión y no en un gasto. La pieza se vuelve más económica que las de usar y tirar». Y resalta el papel de las nuevas tecnologías como apoyo a los oficios de la moda. Éstas «se encuentran en condiciones de aportar ventajas y mejoras en toda la cadena de creación, del diseño al patronaje, hasta la creación de prendas de forma virtual y la posibilidad incluso de desarrollar prendas prácticamente sobre medidas porque vamos a contar con maniquíes virtuales con las tallas de cada consumidor». Una iniciativa que desde ya ha comenzado a poner en práctica en su taller el modisto español.
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