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La Campos y su casi hermana Cuca riñeron por celos

María Teresa sigue aún presente, moderna, vigente y actual, pero su descendencia-Carmen y Terelu- le recomiendan que «se mantenga alejada de los medios

María Teresa Campos
María Teresa CamposAlberto R. Roldán

No andamos muy sobrados de nuevas «celebrities». Por eso sean bienvenidos los que surjan, aunque serán muchos los que cuestionen y pongan sus merecimientos en tela de juicio. Ya se sabe que nunca llueve a gusto de todos. Eso ocurre ahora con la sorprendente «consagración» de la ya icónica Belén Esteban –¡quién nos iba a decir!– y el joven, pero mordaz, presentador de «Sálvame». No deja títere con cabeza.Jorge Javier Vázquez fustiga siempre sonriente, aunque la mirada lo traiciona revelando su acritud o desprecio. Ha creado un estilo y se maneja estupendamente entre la burla, lo irónico y la más simplona y triste realidad. Es un revulsivo a la mediocridad, hay que estar muy atento para no perdernos nada. Es así de sutil o sinuoso el presentador estrella de Mediaset. Bienvenido sea en una España no sobrada de nuevos talentos.

También lo es Carmen Borrego, completando el trío. Incluso ya supera a la imperturbable y eterna María Teresa Campos, a la que según pasa el tiempo es imposible olvidar. Solo hay que ver las actuales, tediosas y simplonas tardes televisivas. Ella ve crecer, popularizarse y añorar su pasado.

María Teresa sigue aún presente, moderna, vigente y actual, pero su descendencia-Carmen y Terelu- le recomiendan que «se mantenga alejada de los medios». Ella no lo admite porque añora el trajín, el sinvivir, la lucha e inquietudes laborales.

Journalist Maria Teresa Campos.
Journalist Maria Teresa Campos.ANA BARAJASGTRES

No es muy dada a tricotar. «Estoy desolada. Siento tristeza y decepción tras veinte años. No quiero hacer más entrevistas donde me maltraten. Me han maltratado de una manera sucia y eso ya no forma parte de mi vida», dice María Teresa. Por eso lo deja claro, para que no haya errores, algo que no practica la siempre inesperada, impredecible y cobradora Corinna. Vuelve a la carga -¡uf, qué pereza!- aunque hayan pasado más de veinte años, que no son nada, según el tangazo de lo suyo con el entonces admirado, y hoy apalizado, Rey Juan Carlos. Huele mal: a podrido. «Lo que tuvimos el Rey Juan Carlos y yo durante seis años parecía una película de James Bond», dice, no sé si cachonda o melancólica. Gentes como Belén Esteban nos ponen los pies en tierra.

Nunca le gradeceremos bastante que nos devuelva a la realidad, aunque sea cruda, triste y decadente. Por cierto, la Campos y Cuca riñeron por celos sentimentales porque García de Vinuesa prefirió a la oxigenada antes que a la periodista.