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Marta Chávarri: la desaparición social de “Lady España”

La que fuera una de las mujeres más famosas de la década de los 90 ocupó el corazón de Fernando Falcó siete años

Marta Chávarri y Fernando Falcó
Marta Chávarri y Fernando FalcóAurora FierroCover/Getty Images

La muerte de Fernando Falcó, marqués de Cubas, ha actualizado la biografía de Marta Chávarri, madre del único hijo del aristócrata: Álvaro Falcó. El joven es novio de Isabelle Junot y precisamente el padre de esta, Philippe Junot, fue uno de los caballeros que rondó a la bella chica dorada en los tiempos en que cualquier excusa era buena para volver a casa de madrugada.

Tímida y poco expresiva

Marta era joven, estilosa y había vivido hasta los 18 años, en que volvió a Madrid, de embajada en embajada. Su padre, el diplomático Tomás Chávarri, tuvo varios destinos y sus cinco hijos y su mujer, Matilde Figueroa, siempre se desplazaban con él. Estudiaban en colegios internacionales, como es habitual entre los expatriados. Los que la conocieron cuando llegó a Madrid la recuerdan poco expresiva y tímida. Nadie imaginaba en aquellos años de familia feliz que su trayectoria vital la iba a convertir en la gran protagonista en los años 90. Aún faltaba mucho tiempo para su primera boda con el marqués de Cubas en la catedral de Plasencia y más aún para convertirse en el tercer miembro del matrimonio Cortina-Koplowitz. Lo que en un principio fue un tonteo de mujer coqueta se convirtió en la obsesión del poderoso y rico empresario Alberto Cortina, que ya había tenido otras historias amorosas sin trascendencia pública. La aparición de Marta fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de la bella Alicia, que rompió la baraja con las consecuencias empresariales que forman parte de la historia económica del país.

MARTA CHAVARRI DURANTE UNAS VACACIONES EN IBIZA, 2001
MARTA CHAVARRI DURANTE UNAS VACACIONES EN IBIZA, 2001PB / JJS©KORPA

Retomemos los inicios de esa postadolescencia, que estuvo marcada por la primera ausencia de su vida. La más dolorosa y que le hizo madurar. Su madre, Matilde, hija del marqués de Santo Floro y hermana de Natalia Figueroa, casada con Raphael, moría a los 35 años. A partir de ese momento, y como sucede cuando desaparece el capitán de un barco en una tormenta, la familia tiene que volver a reinventarse. Marta, a sus 19 años, se responsabiliza emocionalmente de sus hermanos pequeños junto a su hermana Isabel, de 18.

Las edades de los otros tres oscilan entre los 16 y los 7 años. No hay problemas económicos, pero sí afectivos, porque el padre continúa con su carrera diplomática y los reencuentros tienen que ser en vacaciones. En esta etapa es fundamental el apoyo de Natalia Figueroa, que siempre estuvo junto a sus sobrinos, y más con Marta, cuya fama mediática la llegó a desestabilizar de tal manera que muchos años después serían la causa de esa invisibilidad que mantiene en la actualidad. El padre se volvió a casar con la dulce Carolina Thieu, de nacionalidad vietnamita y con la que tuvo otros dos hijos.

Fernando Falcó, marqués de Cubas
Fernando Falcó, marqués de Cubaslarazon

Su segundo escalón en su curva de la vida fue su matrimonio. En esos años, Marta ya había reorganizado su vida con Fernando Falcó. Una boda muy desigual en cuanto a manera de vivir, y no por el árbol genealógico. La novia era nieta del marqués de Santo Floro, bisnieta del conde de Romanones, que fue ministro en varias etapas del Gobierno de España. Tenía blasones y escudos heráldicos que a la jovencísima novia le importaban poco. La diferencia la marcaba la edad. El aristócrata tenía 47 años y un currículum amoroso amplio, con nombres como los de Ava Gardner o la princesa Soraya, además de damas locales. Marta, en cambio, había salido del cascarón y nadie imaginaba que ocuparía con el tiempo las portadas de revistas nacionales. Cuando llegó el escándalo de su romance extraconyugal con Alberto Cortina, su nombre aparecería en los titulares de la prensa internacional. Esa relación les costó a Los Albertos (así se conocía a los primos Cortina/Alcocer) la presidencia de Construcciones y Contratas, propiedad de sus mujeres, las hermanas Koplowitz.

El punto de inflexión lo marcó su nombramiento como «Lady España» en 1988. Un título que recaía en mujeres como la duquesa de Alba o la baronesa Thyssen. Fue en esa etapa cuando Cortina se fijó en ella al navegar en barcos diferentes y la vio como una sirena embutida en un bañador blanco. Lo que en un principio era un coqueteo pasó a ser el detonante de una crisis sin vuelta atrás en los dos matrimonios. Hay una leyenda que asegura que Alicia Koplowitz llamó a Cubas y le dijo: «Tu mujer se está acostando con mi marido». Al escándalo financiero se unió la aparición de la famosa foto de Marta Chávarri en «Interviú». Una imagen que se había tomado tiempo atrás en la discoteca MauMau, en el cumpleaños de Carmen Martínez-Bordiú. A la aún marquesa se la veía solo con pantys bajo la falda. Esa etapa fue una de las más duras. En 1990 llegó la boda con el empresario Cortina, que duró lo justo. Pasó de disfrutar de la vida loca a una jaula de oro, con todas las posibilidades que da el dinero. El bolso Kelly de Hermès y los viajes paradisíacos a cambio de libertad.

Alicia Koplowitz en el aniversario del CSIC el pasado mes de noviembre
Alicia Koplowitz en el aniversario del CSIC el pasado mes de noviembrelarazon

Aún le faltaba una tragedia más en su vida. En 1991, murió su hermano Álvaro a los 28 años en un accidente de moto. El joven fue siempre su confidente y acompañante en las salidas nocturnas. Chávarri, que cumplió 60 años el 2 de julio, mantiene un perfil invisible. Vive tranquila sin relacionarse socialmente más allá del trato con sus hermanas y sus amigas íntimas.