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Dolores Abril nunca superó la muerte de su gran amor, Juanito Valderrama
La cantante, que ha fallecido a los 85 años, vivió siempre anclada en el pasado. Su marido falleció hace 16 años. Fueron pareja artística y sentimental más de cuatro décadas
Anclada en un pasado que no podía olvidar: en los años más felices de su matrimonio con Juanito Valderrama. Así vivía Dolores Abril. La artista ha fallecido añorando al hombre de su vida y marcada profundamente por su recuerdo. Víctima de un cáncer de pulmón, la octogenaria artista moría el pasado domingo en su casa de la localidad sevillana de Espartinas,rodeada de sus dos hijos, Juan Antonio y Juana, y de su nuera Rosa.
Abril enviudó en 2004. Juanito Valderrama falleció también en el domicilio conyugal y sus restos mortales descansan en el panteón familiar del pueblo jienense de Torredelcampo. Fiel al epitafio elegido por su marido, Dolores Abril hizo grabar en su lápida el siguiente mensaje: «En mi tumba no se llora, aquí se canta y se ríe desde la noche a la aurora. En mi último viaje, en mi último trayecto, quiero llevar de equipaje al hombre que llevo puesto».
Ahora, la familia Valderrama se viste de nuevo de luto. Y ayer, la artista, de 85 años, no de 81, como han publicado algunos medios de comunicación, era incinerada en el tanatorio crematorio sevillano de Camas.
Dolores fue la segunda mujer del cantaor flamenco, pareja sentimental y profesional durante cuatro décadas. Se casaron por lo civil en 1981 y es su hijo, conocido en el mundo musical como Valderrama, el que sigue los pasos artísticos de sus padres.
«Mi marido está afectadísimo, destrozado –afirma Rosa Peña, esposa de Juan Valderrama–. Dolores murió el domingo, rodeada de los suyos, de sus hijos, muy arropada, y sus últimos meses de vida fueron muy duros. Llevaba malita desde el pasado mes de agosto, y el cáncer acabó en una metástasis. No se pudo hacer nada para salvarle la vida. Han sido unos meses durísimos, la enfermedad se detectó en el riñón pero rápidamente se extendió hasta el pulmón. No ha sufrido mucho, la notábamos tranquila. Era una mujer con una gran fortaleza».
Tuve una cierta amistad con Dolores, al igual que con Juanito y su familia. La última vez que hablamos, hace unos tres años, me dejó un tanto preocupada. Denotaba una tristeza inmensa. Me confesó que vivía anclada en el pasado, que el vacío que había dejado su marido en su vida era imposible de llenar. Y sentí mucha pena. La persona que conocí años antes ya no era la misma, su gran fortaleza se había transformado en un enorme deseo de «reunirse» lo antes posible con su marido y no le importaba reconocerlo.
«Ya estáis juntos de nuevo»
Su nuera lo confirma: «La muerte de mi suegro le destrozó la vida a la madre de Juan Antonio. No quería más que “irse" con él. Perdió toda la ilusión. Ayer, mi marido subía a las redes sociales un mensaje que lo dice todo: "Ya estáis juntos de nuevo, te quiero mamá”. Nuestra tristeza es muy grande. Cuesta muchísimo creer que no volveremos a ver a Dolores. Nos queda el consuelo de que se ha ido con una paz interior increíble».
Juanito Valderrama y Dolores Abril se conocieron en la década de los cincuenta. Él era de Jaén, ella, de Albacete, y la que empezó siendo una pareja artística acabó convirtiéndose en sentimental. Juntos protagonizaron cinco películas, «El emigrante» (1960), «Gitana» (1965), «De barro y oro» (1966), «La niña del patio» (1967) y «El padre Coplillas» (1968). Y recorrieron la geografía española con espectáculos de éxito como «Voces de España», «Mano a mano», «Su Majestad la alegría» y «Revolera en el Price».
Llevaban juntos desde 1954 pero no pudieron casarse hasta 1981 porque el cantante no consiguió el divorcio de su primera mujer, María Vega, hasta dos años antes. Ambos sufrieron un gravísimo accidente de tráfico ese mismo año, 1981, por el que Dolores tuvo que pasar por el quirófano en varias ocasiones. Dolores lo era todo para Juan: esposa, compañera, confidente y amiga. Le quiso con el alma y el corazón, y le cuidó en sus últimos años de vida con el cariño y la perseverancia de la mejor enfermera.
Los fans de la pareja todavía recuerdan sus «peleas en broma», creando un estilo musical propio y antecedente de las canciones que años más tarde popularizaría otro dúo, este de hermanos, los Pimpinela.
Era tanto el ardor que ponían Abril y Valderrama delante del público que muchos llegaron a creer que aquellas pugnas musicales reflejaban una situación personal. Nada más lejos de la realidad. Se amaban como pocos matrimonios y se entendían al cien por cien. Hoy, como dice su hijo Juan Antonio intentando encontrar consuelo a la pérdida de su madre, ya estarán juntos en el más allá.
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