Gente
La Casa Real no concretará la formación militar de Leonor hasta que la princesa acabe el colegio
Hasta que finalice su etapa escolar, la joven Princesa seguirá centrada en sus estudios y continuará acudiendo a los actos institucionales que se le asignen
La Princesa Leonor cumple hoy 15 años. Habrá tarta de chocolate y velas en el Palacio de la Zarzuela, pero sin más festejos porque en un Madrid confinado, están prohibidas las reuniones de más de seis personas. Sus abuelas, la Reina Sofía y Paloma Rocasolano, el abuelo Jesús, su tía Telma y su prima, Amanda, viven a pocos minutos del chalé familiar en el monte de El Pardo y podrían acercarse escalonadamente.
Desde Alemania y por Skype, recibirá las felicitaciones de su prima Carla, hija de Erika, del abuelo Don Juan Carlos desde Émiratos y de la bisabuela Menchu, que se maneja divinamente con la tecnología, gracias a un repetidor que le instaló su hijo Jesús para poder comunicarse desde la España vaciada en la que vive.
Sin decisiones aún
Leonor cumple una edad en la que su padre ya conocía su hoja de ruta, pero la de ella, y según la Casa Real, tendrá que esperar: «La Princesa está todavía en edad escolar y no se han tomado aún esas decisiones». Las decisiones sobre si tendrá preceptores, si recibirá formación militar o cómo completará sus estudios académicos se tienen que tomar de acuerdo con el Gobierno y, si todo sigue su rumbo, es decir, si se agota la legislatura actual, el Gobierno que decidirá el futuro de Leonor será el de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Ellos, junto a la Casa Real, establecerán la hoja de ruta de la futura Leonor II.
Idiomas de España
La Heredera al Trono ha tardado en adoptar una estética más acorde con la de las jóvenes de su edad, pero el 12 de octubre ha iniciado el cambio. Su cuerpo deja la infancia y muta a la adolescencia, y su fondo de armario también. Las hermanas ya no siguen el mismo código de ropa. A Leonor le gustan los brillos. Esos zapatos con «brilli-brilli» para una mañana en la plaza de la Armería del Palacio Real de Madrid, o el satén con cuerpo bordado con mini lentejuelas en la entrega de los premios que llevan su nombre, ya hablan de sus gustos y de una personalidad que forjan sus complejas circunstancias.
Ese debate entre el deseo de llevar una vida lo más normal posible y el de representar a un país. Después de unos años de incertidumbre, su padre, Felipe, supo con siete años que su futuro ya no tenía marcha atrás. El 22 de noviembre de 1975 asistía en las Cortes a la proclamación de Don Juan Carlos como Rey de España. Los Borbones habían vuelto al Trono. A partir de ahí comenzaba la carrera hacia su preparación. Primero tuvo como preceptor a un militar, José Antonio Alcina. Luego, a un abogado, Aurelio Menéndez, y por último, al actual jefe de su Casa, Jaime Alfonsín. Pero fue un general y abogado el que decidió esa hoja de ruta del entonces príncipe Felipe: Sabino Fernández Campo, que, dado el carácter disperso del joven, estimó que tenía que pasar primero por todas las academias militares porque eso le centraría y, luego, completar sus instrucción con una formación en leyes y economía. Así lo hizo.
Y, presumiblemente, Leonor también tendrá que recibir una formación militar, ya que será Capitana General y Jefa de los tres Ejércitos. De hecho, Eliza-beth, la futura reina de los belgas, en cuanto ha cumplido los dieciocho ha comenzado su formación militar, antes que universitaria.
Se ha debatido mucho sobre si la Princesa aprende chino o toca el violín, porque en el colegio privado en el que estudia, se imparten esas clases. Lo que es una realidad es que habla con fluidez inglés y que pronuncia perfectamente el catalán. Dado que en España, el catalán, gallego, euskera y aranés, son lenguas oficiales, antes que dominar el chino, la prioridad serán las lenguas del país al que tendrá que representar. Tampoco tiene problemas con la comida, como su abuela la Reina Sofía, que no come carne, o su primo Froilán, que es alérgico a los frutos secos. Tanto Leonor como Sofía han sido educadas en un estricto régimen de comidas y, aunque se pudo ver su poco interés por la sopa de acelgas, las verduras, legumbres (esas fabes que prepara su abuelo Jesús son puro arte), huevos y frutas ecológicas son la base de su alimentación. A su madre, la Reina Letizia, no le hace gracia la carne de cordero, pero a Leonor, de momento, no se le conocen intolerancias y por la alegría que le dio, un verano en el club de vela de Mallorca, cuando le ofrecieran una fuente con chucherías y otra de patatas fritas, que cogía a puñados, la comida basura es inédita para ella.
Bien aleccionada por Letizia
Por lo demás, falta por conocer la mencionada hoja de ruta y quiénes serán sus preceptores, si los tiene o piensa tener, como los tuvo su padre. Leonor terminará sus estudios de bachiller en el colegio Los Rosales y seguro que pasará un curso en algún país del extranjero para reforzar su carácter y resilencia. Y luego ya se verá si empieza la formación militar como su prima Alexandra de Bélgica o lo hace a la inversa, como el primo Guillermo de Inglaterra. Con su entrada en los quince años, Leonor estrena etapa vital y vestuario. Pronto la veremos «asaltar» el armario de su madre y ponerse sus Varelas o sus Zaras.
Leonor ha calzado, por primera vez y sin mucha destreza, zapatos con taconcito. La próxima vez que se suba a unos tacones, la veremos con más soltura. Se aprende con la práctica y eso también se ha notado en los últimos discursos públicos, en los que ya no busca la aprobación visual de su madre. Ella tendrá que ir sola, pero sin perder de vista a su hermana, a la que siempre cita, quizá para que no se sienta desplazada.
De momento, la Heredera sigue el ejemplo de las mujeres de su familia, donde los hermanos han sido los puntales en los que se han apoyado. Don Juan Carlos en doña Pilar. La Infanta Cristina en Elena y Doña Sofía en la Princesa Irene. Los hermanos son los únicos que conocen al cien por cien la realidad de sus circunstancias y solo entre ellos sus confidencias están a salvo. Leonor lo ha aprendido pronto. Recuerdo una anécdota un verano en Mallorca. A la salida de un museo, ante una pregunta realizada directamente a Leonor y a Sofía, que era obvia y nada comprometida –«¿Qué os ha parecido la exposición?»– era imposible que dieran una respuesta y, por más que insistía, no abrían la boca. Las niñas al unísono miraron a la madre, como buscando una respuesta al lance y, enseguida, Letizia, a modo de portavoz de sus hijas, respondió: «Si crees que os van a contestar, puedes esperar tranquila, las tengo muy bien aleccionadas». Ese cordón sanitario le puede restar la empatía que necesitará a espuertas para desempeñar su trabajo futuro.
No parece que vaya a cazar
Franco le dijo a su abuelo: «Señor, viaje por España, salga a que le conozcan», y lo hizo. Y los Reyes Felipe y Letizia, en cuanto levantaron el confinamiento estricto, se recorrieron todas las comunidades autónomas. No será extraño ver que, poco a poco, la Princesa comienza también ese periplo. Con la edad que cumple hoy Leonor, quince años, su padre viajó a Colombia en representación de la Jefatura del Estado, acompañado del que fuera presidente Felipe González. Si en época de su tatarabuelo, Alfonso XIII, este tenía una partida presupuestada para «Viajes y cacerías» de medio millón de las pesetas de 1922, es seguro que los futuros presupuestos de Leonor no se parecerán ni en el nombre. Y tal y como se está educando, tampoco parece que la caza vaya a ser una de sus aficiones.
✕
Accede a tu cuenta para comentar