Gente
La “mala leche” de María Jiménez se agudiza con los periodistas
A Pablo Motos le llamó “fantasma” y a José De Santiago le quiso cortar una entrevista a la segunda pregunta porque quería irse a comer y le “sonaban las tripas”
El paso del tiempo ha agudizado la “mala leche” de la cantante María Jiménez, sobre todo con los periodistas. A Pablo Motos le llamó “fantasma” y a José De Santiago le quiso cortar una entrevista a la segunda pregunta porque quería irse a comer y le “sonaban las tripas”. Impertinente, sus cabreos priman sobre sus actitudes divertidas, que también las hay.
Y que no le nombren a quien fuera su marido, el fallecido Pepe Sancho, porque el enfado es supino. Le queda rencor hacia el padre de su hijo, y ni la muerte pudo borrar el resentimiento.
María pasa de todo y de casi todos, como ella misma suelta muy de vez en cuando, “hago lo que me sale del coño”, en un tono vulgar que los suyos le consienten, porque a sus setenta años no piensa corregir su agresivo vocabulario. O la aceptas como es o la olvidas, no existen términos medios.
Su última ocurrencia es sacar una línea de camisetas y otros objetos relacionados con su imagen, y bien que los promociona en sus apariciones televisivas, como sucedió hace unos días en “El Hormiguero”. Dicen que Motos se enfadó con ella pero intento no demostrarlo en directo. A veces, contenerse es imposible.
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