Los Rivera Ordóñez, los grandes beneficiados de la guerra de Kiko Rivera e Isabel Pantoja

El Karma siempre llega. Esto es lo que deben pensar los hijos de Paquirri y Carmen Ordóñez al escuchar los primeros tambores de guerra que resuenan y amenazan la calma en Cantora. El golpe en la mesa de Kiko Rivera, que ha jurado sobre la tumba de su padre recuperar lo que es suyo y hacer cumplir sus últimas voluntades, son cantos de sirena para unos hijos que sólo aspiraban a recuperar lo que es suyo con la muerte de la tonadillera.

¡Por encima de mi cadáver!” o “¡antes los quemo qué devolvérselos!” son algunas de las frases que personas muy cercanas a Isabel Pantoja la han escuchado decir cuándo le preguntan sobre el porqué de su negativa a devolver a los hijos de Carmen Ordóñez lo que es suyo. Palabras que recuerdan el antiguo mayoral de Paquirri, trabajador de Cantora, o Julián Muñoz, ex pareja de Isabel, y que, seguramente, escuchó también Kiko Rivera cada vez que rogó a su madre, en aras de la paz familiar, que devolviera estos objetos a sus hermanos.

“No quiere devolverlos” les decía apesadumbrado y avergonzado el pequeño de los Rivera a sus hermanos mayores cada vez que Fran o Cayetano sacaban a relucir el espinoso asunto. A pesar de los años que han transcurrido desde la muerte de Paquirri, este asunto aún provoca conflictos entre sus herederos y ha sido la causa del último distanciamiento entre Francisco, el mas beligerante de los hermanos, y Kiko Rivera.

El legado que reclaman de Paquirri son varios capotes, muletas, trofeos y alguna joya del torero.

La guerra entre Kiko y su madre podría revertir la situación y beneficiar la relación de los tres hermanos Rivera. El Dj ha prometido, en una fecha tan significativa como el Día de todos los Santos y sobre la imagen de su padre, que hará cumplir sus últimas voluntades: “Si ellos no supieron respetar tu voluntad ,si todavía está en mi mano , te juro por Dios que yo lo haré”.

Y ello implica no sólo recuperar Cantora, la finca que heredó de su padre y que sólo disfruta Isabel y los Pantoja, sino devolver a sus hermanos lo que es suyo. Esto es, una serie de objetos y trastosde torearque, pese a su relativo valor económico tienen un “incalculable valor sentimental” para los hijos de Carmina Ordóñez y por los que ésta luchó hasta su muerte, ganando la batalla judicial, pero sin lograr que Isabel se los devolviera.

La tonadillera llegó a denunciar un robo en la Finca Cantora, donde aún se encuentran las pertenencias del torero, días después de conocer la sentencia que daba la razón a la hija de Antonio Ordóñez. Un ardid que ha evitado que Fran y Cayetano Rivera recuperen los efectos personales que se acordaron para ellos en la testamentaría dónde tuvo lugar, casi tres años después de la muerte del torero, el acuerdo entre los herederos y sus representantes legales.

Lo que Fran y Cayetano Rivera aún esperan que les devuelva el hijo de Isabel Pantoja son varios capotes de paseo, el de oro es para el primogénito, trajes de luces (algunos nuevos y otros usados), algunas joyas como el Cristo de las Tres Caídas, de oro, que luce el tito Agustín desde el día del entierro de Paquirri , varios capotes y muletas así como los trastos de matar, como alguna espada y el fundón, único efecto personal que obra en manos de los hijos de Carmina.

La defensa, hasta ahora, de Kiko Rivera a su madre en lo relativo a la herencia, provocó su último enfrentamiento con sus hermanos.

Fran Rivera, el mas beligerante de los hermanos, ha hablado siempre claro de los motivos que han provocado su distanciamiento de la familia que creó su padre junto a Isabel Pantoja. Aunque entiende que su hermano tenga que posicionarse junto a su madre en el conflicto, hay actitudes que no le perdona.

“Kiko sabe lo que hay y todo lo que hemos hablado” dijo tras las declaraciones de su hermano pequeño en el 35 aniversario de la muerte de Paquirri y que provocaron el último distanciamiento entre ellos. “Yo creo que Kiko tendría que haber estado al margen porque él sabe toda la verdad, sabe lo que hemos hablado, lo que hay y lo que no. Yo creo que él tendría que haberse quedado al margen y así tendría todos mis respetos. Que se ponga del lado de la madre es comprensible, pero él sabe lo que hay”.

“Después de 35 años ya estoy acostumbrado-decía Fran-.Pero sí que es una pena porque yo tenía diez u once años y yo le preguntaba a mi madre por qué no teníamos ningún recuerdo de mi padre, y mi madre no sabía ni qué responder. Es una pena. Llevo tanto tiempo callado esperando un buen gesto por el otro lado, pero ya viendo que no hay ningún gesto ni un ápice de humanidad... qué se le va hacer!”.

Francisco Rivera Ordóñez reconocía que ya casi había perdido la esperanza de recuperar lo que le pertenece por derecho. Pero ahora una nueva puerta a la esperanza se reabre y los hermanos han hecho piña junto a Kiko, animados y esperanzados que tras la guerra declarada de Kiko a su madre, éste cumpla la promesa de darles lo que reclaman de Paquirri.