Gente

Entrevistamos a Soraya: «Sabía que Chochete nos iba a dar muchas alegrías... y algún quebradero de cabeza»

La cantante cuenta en exclusiva a LA RAZÓN cómo está vivendo el bombazo de su nueva marca de ropa

Soraya Arnelas /Instagram @chochetebymdg
Soraya Arnelas /Instagram @chochetebymdgInstagramSoraya Arnelas /Instagram @chochetebymdg

Ha revolucionado las redes sociales y ocupado titulares en todos los medios de comunicación del país. Y todo porque a primeros de septiembre anunciaba en sus redes sociales el lanzamiento de su marca de ropa: Chochete. En el nombre está la cuestión. Si se llamara de cualquier otro modo, el impacto mediático no habría sido el mismo. Ni parecido siquiera. Sin embargo, lejos de ser una estrategia de marketing brillante, nacía de una expresión tierna, cariñosa, extraída de su entorno familiar, del contacto de su hija –Manuela, de tres años– con sus abuelos y tíos, de un modo muy andaluz de referirse a los niños pequeños y, que no se engañe nadie, entre amigos también. Pero para algunos resulta malsonante y las críticas, especialmente en el ciberespacio, comenzaron a ser desagradables. No pretendía crear polémica, pero sí imaginaba que llamaría la atención. Y no lo niega. Por primera vez desde que anunció la salida de la marca, Soraya habla para un medio de comunicación y confiesa a LA RAZÓN cómo lleva las cosas buenas… y las malas. Porque está contenta. Pero enfadada, también. Aún tiene mucho que digerir.

Menuda revolución. ¿Lo esperaba?

Pues sí que ha sido una revolución, la verdad (ríe). Pero… mira, yo intento ser siempre muy humilde con mis proyectos. De hecho, la circunstancia que estamos viviendo con la Covid me hacía inclinarme más hacia la idea de que no iba a ir bien. Siempre fuimos muy cautos con este proyecto. Lo que sí te puedo decir es que teníamos muchísima ilusión por presentarlo. No ha surgido de un día para otro ni por el confinamiento ni por la necesidad de reinventarme o de trabajo. Está muy meditado. Chochete surgió al poco tiempo de que Manuela naciera y empezara a ser una personita.

Tendrían ustedes claro que el nombre iba a llamar la atención…

Sí, teníamos claro que podía crear polémica porque no todo el mundo lo entiende. Surgió cuando vimos cómo empezaba nuestra hija a relacionarse con los vecinos y con la gente de su entorno. Sus abuelos son andaluces y siempre se dirigen a ella con ese término, que allí es muy cariñoso. Y cuando Manuela volvía de Sevilla de verlos, se cruzaba con los vecinos y les decía: «¡Hola, chochete!». Y se reían y les parecía gracioso. Porque entendiéndolo como lo entendemos nosotros, es cariñoso.

Algunos lo han considerado vulgar.

Nosotros no lo hemos considerado nunca desde otro prisma que no sea el cariñoso. No tiene ninguna acepción sexual ni ninguna connotación vulgar ni nada parecido. No. Y la gente terminará entendiendo que esto es así. Cuando abramos la web podrán ver la suavidad y la sencillez del concepto. No va por ahí. El nombre simboliza la unión, la forma cariñosa de tratarse, la ternura, los vínculos familiares. Detrás hay una historia.

En cualquier caso, le está dando una visibilidad estupenda que le vendrá bien, ¿no?

Sí… De hecho, nuestra idea era hacer una presentación a los medios de comunicación, pero al final se ha hecho tanto eco la prensa que no nos ha dado tiempo y no hemos podido explicar todo lo que te estoy contando yo ahora. Tampoco he querido hablar con ningún medio estos días, y eso que me han llamado muchísimos. Pero mi oficina de prensa pensaba que no tenía por qué dar explicaciones de nada. Pensaban que era mejor esperar a presentarlo oficialmente y ya explicarlo todo bien. Pero mira, el que quiera entenderlo, que lo entienda. Sabemos que esta marca no es para todos los públicos. Mi pretensión no era hacer una venta masiva y que todos los españoles llevaran una prenda de Chochete. Ya te he dicho al principio de la conversación que somos muy humildes y queremos empezar poco a poco. Y sabíamos que este nombre nos iba a dar muchas alegrías, pero también más de un quebradero de cabeza. Pero incluso así, nos hemos arriesgado. Este es nuestro proyecto y no tenemos que gustarle a todo el mundo.

Bueno, tiene ya una legión de seguidores. ¿Ha vendido mucho?

Pues salimos la semana que viene, pero ya tenemos un montón de pedidos (ríe). Este tipo de proyecto hay gente que lo ama o gente que lo odia, pero quien lo ama, lo hace profundamente y tengo muchíiiiisimos pedidos, hasta de familias enteras. La semana que viene, con la apertura de la web, podremos decir números reales.

La sudadera puede convertirse en un «must», no me diga que no…

Sí. Y de hecho nuestro eslogan dice: «No es la prenda, es lo que simboliza». La sudadera es cómoda, calentita, práctica… Llevamos tiempo testeando productos y bordados y hemos dado con la sudadera perfecta. El punto fuerte de la línea es que son personalizadas y se puede elegir el color tanto de la prenda como del bordado. No hay «stock», trabajamos bajo demanda. Y eso es maravilloso porque se trabaja de tú a tú.

¿Ha dicho antes que tiene pedidos de familias enteras?

Sí, sí. Hay madres que se han puesto en contacto con nosotros porque quieren una sudadera igual para ellas y para sus hijos, o para que sus hijos vayan todos iguales. Incluso familias que la han pedido para todos sus miembros: padre, madre, hijos y abuelos. Las sudaderas se han lanzado pensando en la Navidad y están funcionando genial. Es una colección carismática, llena de vida, alegre, diferente, única, con carácter y con un punto de descaro.

¿Y no le resulta apabullante?

La gente tiene que entender que es un proyecto familiar. Cada producto pasa por nuestras manos, controlamos que está bien, que todo es perfecto. Estamos mi pareja y yo, y ya. La producción, la logística de envíos… Todo se hace de una familia a otra familia. No hay ninguna gran empresa detrás. Así que hay que ir poco a poco para mimar bien los productos. Ya desarrollaremos más prendas. Habrá pantalones de chándal, tutús, calcetines… Necesitamos tiempo.

Hablando de proyecto familiar: su hija, igual que usted y su pareja, aparecen en redes promocionando la marca. Y esto también le ha dado algún disgusto y la han tildado de «mala madre»… En uno de sus últimos posts ha tenido que pedir respeto y empatía en Instagram. Las redes son muy agradecidas, pero también pueden ser crueles…

Yo siento que durante estos 15 años se me ha insultado por ser sincera, por ser una mujer directa, clara, accesible… Se me ha faltado el respeto muchas veces por ser simplemente franca y compartir mi vida de una manera natural. Hay una doble cara en la sociedad: la gente busca la sinceridad y la cercanía, pero una vez que lo eres, te utilizan. Y yo eso lo he sentido muchas veces.

¿Por ejemplo?

Con todo. Pero con eso mismo, compartiendo cosas de mi hija. Hay gente que me escribe y me dice que estoy utilizando la imagen de mi hija para lucrarme. No. Esta marca es familiar. Y debido a la Covid, no hemos podido hacer una sesión de fotos con niños modelos, así que hemos tirado nosotros solos. Te aseguro que mi pareja y yo preferiríamos haber tenido otros recursos, pero no ha sido posible y hemos utilizado nuestra imagen. Y ante eso, mucha gente me dice que estoy poniendo en manos de los pederastas a mi hija… Miren, perdonen ustedes, los pederastas utilizarán lo que quieran porque son unos depravados y van a seguir haciendo lo que quieran con cualquier foto porque son enfermos mentales. Y obviamente mi hija es mi mayor ilusión, es el proyecto de mi vida, y si yo quiero compartir en Instagram fotos de mi hija porque me siento orgullosa de ella, lo voy a hacer.

Se la ve muy enfadada.

Estoy cansada. Cansada de tener que dar explicaciones todo el rato de por qué decido hacer cosas en mi vida. Es verdad que no tengo por qué darlas, pero cuando eres un personaje público, de alguna manera es muy fácil y gratuito utilizarte como un blanco en una diana. Y estoy cansada. Cansada de que cada cosa que comparto suscite comentarios en un grupo de personas que siempre tratan de sabotearte los proyectos y tus ilusiones. Por eso he colgado ese post pidiendo empatía, educación y estos valores que siento que nos faltan. Y más ahora con el ‘mundo Covid’. Estás intentando compartir un proyecto con toda la ilusión y no puede ser. Sé que esto le pasa a todo el mundo, a todos mis compañeros, lo sé, pero yo soy así. Me doy al cien por cien con la gente y a veces será, no sé, culpa mía, que espero demasiado y me doy demasiado. Mi madre siempre me lo dice: «A veces es mejor que no trates de ser tan cercana y muestres tantas cosas de tu vida». Y siempre le digo lo mismo: «Soy así, no puedo ser de otra manera».

Sorprende que le siga afectando tanto después de 15 años en esto…

Ya, pero es que no sé ser de otra manera. Soy así. Me gusta compartir. No puedo evitar contestar a algunas cosas que me enfadan porque, entonces, ¿de qué sirve? ¿En qué mundo estamos viviendo? ¿Las redes sociales para qué están, cuando se supone que son un punto de encuentro e incluso de inspiración? Yo aprendo muchas cosas de otras personas gracias a las redes sociales. No sé. Me cuesta.

Pues estando tan expuesta, no tendrá más remedio que conseguir de algún modo aislarse de los comentarios negativos…

Sí… Pero por mucho que pueda llegar a canalizar todo eso de una manera adecuada, soy así. Es cierto que voy notando ciertos cambios. Ya no suelo contestar tanto como antes. Antes era mucho más agresiva y ahora ya hay veces en las que directamente contesto en plan de broma. Pero sí. Necesito tiempo para saber utilizar las redes sociales y entenderlas tal y como las ve el resto, porque mi manera es mucho más pura y menos nociva.

Habrá que pensar en lo bueno. Está recibiendo también mucho cariño, ¿no?

(Ríe) Sí, es verdad que es así. Está bien hablar tanto de lo bueno como de lo malo, y es verdad que tenemos un montón de familias y de personas que apoyan la marca, se sienten parte de ella porque en su cultura ese nombre, Chochete, es algo cariñoso, lo entienden y lo comparten con nosotros. Que formen parte de esta pequeña familia que va creciendo te hace sentirte muy orgullosa de tu proyecto.