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Muguruza entrena con la Benemérita ¿recibirá un «warning» de Bildu?
La tenista Garbiñe Muguruza ha aprovechado el parón de la temporada por culpa del coronavirus para entrenar en Mallorca con los grupos especiales de la Guardia Civil. Ha hecho senderismo de montaña, buceo en cuevas oscuras y defensa personal. Por su proximidad a la Benemérita quizá reciba un «warning» de Bildu y puede que Marlaska le retire su confianza, pero ha ganado fuerza física y mental. Illa, el filósofo luminoso, acabará aconsejándonos un complejo multivitamínico: ahora va y explica que la violencia callejera se debe básicamente a la «fatiga pandémica, al cansancio de la población». Tiempo de debilidad mental: no sabemos si pedir cita al psiquiatra o entrenar con la Guardia Civil, porque el «coach» del presi (dicen que le ha instalado cinta de correr en el Falcon) no está al alcance de todo el mundo. Cuenta Rozalén que nadie puede dar lo que no tiene y que si no te quieres a ti mismo, no puedes amar a otros. Sánchez se quiere tanto a sí mismo que ama a los demás por un efecto colateral de su levitación. Añade Rozalén: «La incertidumbre mata». Él es el hombre seguro y valeroso en el que toda certidumbre tiene asiento. Susurra el presi a los jóvenes que saquean y queman contenedores que «ese no es el camino». La extrema dureza de sus enérgicas palabras, su severidad acerada sin duda hará retroceder a los radicales y se esperan protestas de la CUP y de Podemos alegando que demonizar a los jóvenes es puro fascismo, como la instalación de una menina gigante y luminosa en la plaza de Colón esta Navidad, idea de Martínez-Almeida, es pura defensa de la monarquía. Y seguirán: ¿Es una menina pagada con tarjeta de crédito opaca? ¿Existen actualmente meninas al servicio de la Zarzuela que no cotizan a la seguridad social? ¿A la princesa Leonor le hace la trenza cada mañana una menina? ¿Hay meninas influencers que aconsejan sobre moda a Leonor y a Sofía? ¿La profesora de zumba de la Reina es una menina?
Mario Vaquerizo, maestro de ceremonias del caos, declara: «Me toca el coño la nueva normalidad». Garbiñe se resiste a cualquier toque que no sea de pelotas. Por cierto, ¿el toque de queda es un toque aceptado por la Ley de Libertad Sexual de Irene Montero?
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