Memorias
Abandono infantil, abusos sexuales e intento de suicidio, lo nunca contado de Tina Turner
Unas nuevas memorias revelan datos desconocidos sobre la cantante
La estrella de la música y ocho veces ganadora de los premios Grammy, Tina Turner, reflexiona sobre su vida en sus últimas memorias que revela lecciones de vida no contadas así como sus más grandes logros.
Tina Turner, de 80 años, admite haber superado una vida marcada por la adversidad en la que se incluyen episodios como una infancia infeliz, el abandono de sus padres, un matrimonio abusivo, una carrera estancada y la ruina financiera, así como la muerte prematura de algunos miembros de la familia y múltiples enfermedades.
Turner asegura en su libro “La felicidad se convierte en usted: una guía para cambiar su vida para siempre” que el budismo y la música fueron su salvavidas durante décadas.
Desde que creció en Nutbush, en el estado de Tennessee, cuando era una niña pequeña que ayudaba en la recogida del algodón y de las fresas durante los primeros días de la Segunda Guerra Mundial, nunca podría haber imaginado que llegaría con el paso del tiempo a estrechar la mano de la Reina de Inglaterra.
Anna Mae Bullock, el único nombre que conoció hasta que Ike Turner lo cambió a Tina Tuner, nació en un sótano sin ventanas relegado como la maternidad de mujeres “de color” en el hospital del condado. Su hogar era un hervidero de odio y su madre finalmente huyó para siempre cuando Anna Mae tenía 11 años.
Tina Turner escribe que su baja autoestima le llevó a admitir los abusos que tanto en su infancia como posteriormente en su matrimonio sufrió hasta niveles insanos. Además revela que cuando sus padres la abanonaron su prima Margaret la acogió, pero murió en un accidente automovilístico.
La muerte de Margaret sacudió el mundo de Tina, pero encontró consuelo en la música que escuchó de los músicos de gospel, blues y jazz locales y ambulantes que se detenían para actuar en iglesias, cafés y locales de música.
De su breve romance en Knoxville con el saxofonista, Raymond Hill nació su primer hijo Craig.
Posteriormente se uniría a la banda del músico Ike Turner con el que luego mantuvo una relación sentimental. Llegaron los años de violencia doméstica. “Los labios rotos, los ojos morados, las articulaciones dislocadas, los huesos rotos y el tormento psicológico se convirtieron en parte de la vida cotidiana”, escribe. “Traté de mantenerme cuerda mientras manejaba su locura”, añade la artista.
Pero su depresión y abatimiento por el abuso y las infidelidades de Ike llevaron a Tina Turner a intentar suicidarse en 1968 al tomar 50 pastillas para dormir entre bastidores antes de un concierto. El equipo de música detrás del escenario se dio cuenta de que algo andaba mal y la llevaron al hospital en un intento desesperado por salvar su vida.
Inicialmente decepcionada al no haber conseguido su objetivo, decidió aprovechar al máximo su vida, pero no sabía adónde se dirigía, hasta que un ingeniero de sonido le sugirió que intentara cantar. Fueron los años en los que también se refugió en el budismo. Aprendió a transformar la negatividad destructiva venenosa en positividad creativa que le dio la fuerza para dejar finalmente a Ike Turner y solicitar el divorcio en 1976.
Por entonces la artista tiene 34 años y comienza a cantar. La música le ayudó a superar los días difíciles de su divorcio. Ike no se dio por vencido y llegó incluso a enviar matones para acosarla.
Incluso utilizó el efecto positivo de cantar después de sufrir un derrame cerebral en 2013, cáncer intestinal e insuficiencia renal. “Nunca me sacudió, al menos no por mucho tiempo, ningún problema de salud que surgiera y reuní toda mi resiliencia a través de mi entrenamiento espiritual”.
Con su fe y sus canciones, Tina se liberó de los fantasmas de su infancia y a superar sus complejos físicos. Durante años había oído comentarios sobre su “cuerpo masculino y sus piernas de pony”. Pero ella convirtió precisamente a sus piernas en uno de sus mayores activos e hizo clásicos sus bailes sobre el escenario usando sus Louboutin de tacón alto sin sentir ningún dolor.
Uno de sus pasatiempos favoritos cuando era niña era tragarse tréboles de cuatro hojas con la esperanza de que pudiera cambiar su suerte.
Ahora con 80, está cumpliendo un sueño: no solo escribir un libro sino inspirar a los lectores a a seguir el budismo. Ahora perdona a Ike por el trato brutal que le dio y ha llegado a un acuerdo con la muerte de su primer hijo, Craig Hill.
Hill no pudo superar los problemas de salud mental y se suicidó en 2018 sufriendo depresión clínica y soledad que exacerbó un problema con la bebida.
Tina le recuerda al lector que la vida es corta después de enfrentar su propia mortalidad varias veces. Anima a salir de nuestras burbujas y evitar barreras entre las personas. ‘Necesitamos despertar para trabajar juntos para encontrar soluciones para transformar los venenos globales del racismo sistémico y la homofobia, crisis climática, pandemias, pérdida de la selva amazónica, cría intensiva de animales, consumo de combustibles fósiles, armas nucleares, contaminación plástica... ¡y más!”.
Al conocer a Erwin Bach en un aeropuerto en Alemania durante una gira de conciertos en 1985, sintió una conexión emocional instantánea con el joven ejecutivo musical de la compañía discográfica, lo que ella atribuye a su fe y su apertura a los dones del universo. Ella admite convertirse en el médico de su alma a través de su devoción al budismo que compartió con David Bowie, quien la llamó fénix porque pudo resurgir de las cenizas de su vida anterior.
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