Entrevista
Isabel Coixet: “Espero con ansia el divorcio de Meghan Markle y el príncipe Harry”
Dice que los premios son útiles como aguantapuertas y que la frivolidad es necesaria a veces. «Como gafapasta se nace, igual que los pagafantas»
Nieva en Benidorm. Podría ser un oxímoron, pero es que Isabel Coixet los hace posibles. Con lo que no se dice, ella te hace una peli en un santiamén. De su verborrea podrías tomar varios folios de apuntes. De Tolstoi a Woody Allen; de Bola de Nieve a Sylvia Plath; de Meghan y Harry a los callos a la madrileña; de Japón a Benidorm. Su universo es un lujo asiático para paladares eclécticos: de ramen y de anchoas de Santoña. Estrena peli y, sí, conseguirá más premios con los que aguantar puertas.
-¿Qué tiene Benidorm que les enamoró a usted y a Plath?
-Alegría de vivir. Sylvia Plath nunca debió abandonar Benidorm.
-Decía la escritora que la perfección es terrible, pero usted en «Foodie Love» hablaba sobre el croissant perfecto... ¿con mantequilla de más?
-Yo hablaba justamente de que el croissant perfecto NO existe. Tiene usted que volver a ver la serie. Y la mantequilla nunca sobra.
-«Yo siempre he sido inadecuada»… ¿Hay que vivir con ese mantra con resignación o con orgullo?
-¡A mucha honra!
-Dicen que la lluvia no fotografía, pero la felicidad tampoco.
-La felicidad solo es fotogénica en las revistas de arquitectura. Es así. Que le pregunten a Tolstoi.
-¿Qué prefiere: un silencio interminable o una conversación que no se agota?
-Me manejo estupendamente en los silencios.
-¿Las cosas que uno calla son las importantes?
-Siempre. Todos nos callamos lo intraducible.
-Dicen que Marilyn Monroe pensaba que era invisible hasta que le salieron las tetas. Usted ¿cuándo se dio cuenta de que la tomaban en serio?
-El día que empecé a tomarme a broma.
-¿Dónde pone todos los premios que gana, ¿en el baño como Emma Thompson los Oscars?
-Son muy útiles como aguantapuertas.
-Amanda Gris, mientras se apretaba un tintorro, decía: «Excepto beber, qué difícil me resulta todo». ¿Lo suscribe?
-Excepto engordar, diría yo.
-¿Se puede ser «cool» sin interrupción?
-Se puede. Pero ¿a quién le interesa eso?
-¿La frivolidad es un estado de ánimo?
-Es una necesidad, a veces.
-¿Una gafapasta nace o se hace?
-Se nace. Como los pagafantas.
-¿Por qué los hombres realmente interesantes nunca son sexies?
-Ah, ¿no? ¿De dónde saca eso?
-¿Qué es lo que más le chifla y lo que más le amuerma del amor?
-Me chifla hacerlo. Me amuerma hablar de ello.
-¿Por qué a la gente le cuesta hablar con sus hijos de sexo? Lo difícil es hablar de amor...
-Siempre me lo he preguntado...
-¿El corazón es una cazador solitario?
-Es. Y el de Carson McCullers lo era.
-¿Realmente se llora más por las plegarias atendidas que por las no atendidas?
-Usted, por si acaso, vaya comprando kleenex.
-¿«El imperio de los sentidos» o «Hiroshima mon amour»?
-No hay color: «Hiroshima, mon amour».
-¿Japón o Benidorm?
-Tengo el corazón partido. Puedo encontrarle el punto a todo.
-Ese error que comete una y otra vez…
-Decir que sí a cuestionarios como este.
-Ese plato por el que se enamoraría de quien lo cocinara.
-Arroz con galeras, berenjenas con miso o sopa de cebolla.
-¿Qué espera siempre y qué siempre le decepciona?
-El sorteo de la Lotería.
-Un restaurante, un cóctel y un plato.
-Restaurante : La tasquita de enfrente. Cóctel: saketini . Plato: las anchoas en todas sus formas.
-¿Entiende a esa gente que dice que algo no le gusta antes de probarlo?
-Les entiendo: soy incapaz de probar los callos.
-Su canción jodida y empalagosamente romántica que le eriza la piel y le para el corazón.
-«Yo te diré» o cualquiera de Bola de Nieve.
-¿Me podría contar algo que le importa un pepino?
-El fútbol. El ping-pong. La obsesión por Lady Di. Y no sigo porque me conozco y…
-Ese culebrón del corazón que le tiene fascinada…
-Espero con ansia el divorcio de Meghan y Harry.
-Dicen que si uno quiere dedicarse al porno, el mejor nombre artístico se consigue uniendo el de su mascota y el de su calle, ¿cuál sería el suyo?
-Noodles Gran. No suena mucho a actriz porno. Preferiría Lujo Asiático.
-Si llegara Marshall MacLuhan a esta entrevista ¿qué cree usted que nos diría?
-«Son ustedes unos grandes frívolos».
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