Caso Epstein

Las coartadas del Duque de York

El hijo de la reina Isabel de Inglaterra trata de hacer frente a las acusaciones por abusos sexuales en el marco del caso Epstein

El príncipe Andrés, duque de York, a su llegada a la sede de Crossrail en la plaza de Canadá en Londres (Reino Unido)
El príncipe Andrés, duque de York, a su llegada a la sede de Crossrail en la plaza de Canadá en Londres (Reino Unido)FACUNDO ARRIZABALAGAEFE

Hace ya un año que el príncipe Andrés, tercer hijo de Isabel II y octavo en la línea de sucesión al trono tras el príncipe Carlos y sus hijos y nietos, caía en desgracia. Fue apartado de sus fundaciones y actividades en el seno de los Windsor y, doce meses después de su retirada pública y de aquella famosa entrevista en la BBC desde el palacio de Buckingham donde trataba de alejarse, sin conseguirlo, de su amigo, el pedófilo Jeffrey Epstein –que se había suicidado en la cárcel ese verano de 2019–, el príncipe sigue «huyendo» de la justicia estadounidense.

PRINCIPE ANDRES DE INGLATERRA VIRGINIA ROBERTS . CASO EPSTEIN
PRINCIPE ANDRES DE INGLATERRA VIRGINIA ROBERTS . CASO EPSTEINredes socialesLA RAZON

El hijo de Isabel II siempre ha negado categóricamente haber mantenido contacto sexual conVirginia Roberts, ahora Giuffre, una de las víctimas del multimillonario estadounidense. Entre sus coartadas sostiene que no pudo tener relaciones sexuales con Giuffre el 10 de marzo de 2001 en Londres, porque aquel día estuvo en un Pizza Express con su hija Beatrice, algo inusual en él y por eso lo recuerda.

«Nunca sucedió»

Giuffre alega que fue usada como esclava sexual por Epstein durante años, en el transcurso de los cuales el príncipe abusó presuntamente de ella en tres ocasiones: en Londres, Nueva York y la isla privada de Epstein en el Caribe. «No sucedió. Puedo decirle categóricamente que nunca sucedió», aseguró el príncipe a la BBC, agregando que no tenía «ningún recuerdo en absoluto» de haber conocido a «esta señora».

Pero entre las excusas proporcionadas para alejar al príncipe Andrés de las acusaciones hechas por su acusadora sexual, surge otra sorprendente y que contradice la afirmación de Giuffre de que fueron a montar a caballo juntos durante un descanso de ese encuentro sexual en el rancho de Jeffrey Epstein, en Nuevo México, hace unos 20 años. Recordando el supuesto viaje en sus memorias inéditas («El Club del Playboy Billonario»), revela que «mi trabajo era entretenerlo sin cesar, ya sea que eso significara tener que entregarle mi cuerpo durante un masaje erótico o simplemente llevarlo a montar a caballo». Sin embargo, un amigo del duque de York ha confesado al «Daily Mail» que «es bien sabido entre su familia y sus amigos que el duque tenía una alergia a la fiebre del heno que lo acompañó toda su vida. Así que dejó de montar a caballo en su adolescencia. Su entonces esposa, Sarah Ferguson, fue quien le persuadió de que tomara una cura de acupuntura que con los años acabó curándole de sus alergias, entre ellas también al pelo de caballo. Así que volvió a montar a caballo a los 50 años, tomó lecciones en 2017 y 2018, y fue lo suficientemente competente para participar en el ’'Trooping the Color’' en honor a su madre ese mismo año». Una extensa investigación realizada a través de imágenes por el rotativo británico respalda este argumento de uno de los seguidores más leales del duque. Y, aunque Andrés de Inglaterra ha sido fotografiado en exhibiciones de caballos a lo largo de los años, hubo una brecha de décadas entre que lo fotografiaron a caballo cuando era joven y las imágenes de él en la silla de montar en los últimos años. Por lo que no sería cierta la descripción que Giuffre hace de sus encuentros. Además, uno de los guardaespaldas de Epstein asegura al «Daily Mail» que nunca vio al príncipe con ella en Nuevo México, pero sí con una neurocirujana estadounidense, Melanie Walker, con quien mantenía una estrecha amistad en esa época.