Moda

Pasarela política: Pedro Sánchez y los pantalones pegaditos con velcro a la nalga

El traje del presidente parecía de esos modernetes de Zara para chavales de 21 años

Pedro Sánchez, en el Congreso. 16 de diciembre de 2020.
Pedro Sánchez, en el Congreso. 16 de diciembre de 2020.PoolPool

«A usted le duele la cara de ser tan guapo... Y el cuerpo. El cuerpo, más. El cuerpo le tiene que doler horrores. Normal que se ponga esos trajes extra ultra mega super uber «slim fit»... Porque lo del pantalón de esta semana en su última comparecencia del año ha sido... ha sido... como pegadito con velcro a la nalga...».

Así iba empezar lo que pretendía ser una carta a Pedro Sánchez. Está de cuarentena... Por Macron... ¡Estos malditos galos! Pero se me estaba yendo la pinza, señores. Mucho. Y se me estaba yendo porque este espacio aspiraba a ser una tribuna con la que construir un nuevo género periodístico y, sin embargo, empezaba a degenerar en un anuncio de contactos de la «Superpop». Y ¿saben por qué? Porque había sucumbido a su trampa. La aguja hipodérmica de su mensaje estético –que diría Marshall McLuhan– se había clavado en mí haciéndome perder el oremus. Ay truhán, esa aguja... Menos mal que tengo capacidad de reacción y más armas espirituales para luchar contras las pulsiones sexuales que Agnes de Dios en la película «Agnes de Dios» evidentemente. Pero ¿y si no fuera así? ¿Qué habría pasado si, cual araña viuda negra, el presidente me hubiera inoculado su veneno y no hubiera abierto nunca jamás los ojos? Lo que habría pasado es que como sabe que está bueno y se le marca todo, solo me habría importado eso y ya tendría mi voto cautivo «per secula seculorum». Y sin tener en cuenta que el traje tenía sus defectos...

El traje de Pedro Sánchez intentaba adecuarse a todas las tendencias y, claro, parecía de esos «pret a porter». Y Nadia Calviño parece tener un armario como recién sacado de una gala de Concha Velasco titulada Viva 86. Bota a media caña y falda de napa negra a media rodilla.
El traje de Pedro Sánchez intentaba adecuarse a todas las tendencias y, claro, parecía de esos «pret a porter». Y Nadia Calviño parece tener un armario como recién sacado de una gala de Concha Velasco titulada Viva 86. Bota a media caña y falda de napa negra a media rodilla.PoolPool

Lo siento, señor «mytaylorisrich». Ese traje intentaba adecuarse a todas las tendencias y, claro, parecía de esos «pret a porter» modernetes de 59,95 euros de Zara para chavales de 21 años de Beca en Ogilvy&Matter: solapas extrafinas, trasera del cuello sin prestancia, pantalón sin pinza en el bolsillo... «Estructura» los llaman en la web. Pero con un comienzo de sesión parlamentaria así, al contrario de lo que ocurre en Eurovisión –que del primero que canta no se acuerda ni Perry–, aquí, en cambio, es muy difícil remontar. Y mira que Casado pone interés el hombre. Camisa con cuello italiano, corbata y traje en distinto tono de azul pero con la corbata a juego con el botón de la chaqueta... Ya... Pero dos metros de hombre son dos metros hombre aunque la solapa de su traje sea un Cristo. Y con Pablo... pues con Pablo prestas atención a su discurso cuando no se te va el santo al cielo o, mejor dicho, no se te va el ojo a la blusa de satén encarnado de la vicepresidenta tercera Nadia Calviño.

Pablo Casado pone interés el hombre. Camisa con cuello italiano, corbata y traje en distinto tono de azul, pero con la corbata a juego con el botón de la chaqueta.
Pablo Casado pone interés el hombre. Camisa con cuello italiano, corbata y traje en distinto tono de azul, pero con la corbata a juego con el botón de la chaqueta.EUROPA PRESS/E. Parra. POOLEuropa Press

Sacado de una gala del 86

Oye, Nadia. Nadia, escúchame. ¿Cuándo fue la última vez que saliste de rebajas? Chica, vamos juntos. A mí no me importa. Saco una tarde. Pero de verdad, ¿la ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital no puede darse un garbeo por las tiendas online a lo largo y ancho de este mundo y olvidarse ya de su armario recién sacado de una gala de Concha Velasco titulada «Viva 86»? Sobre todo, porque su discurso, que yo la he oído –ahí mi naturaleza me deja tranquilo– está muy bien construido. Entonces ¿por qué perdernos en una bota de media caña con una falda a media rodilla en napa negra? Que no digo yo que tenga que ir vestida de neopreno por lo de las nuevas tecnologías, pero un poquito de transformación, sí.

Y hablando de transformación. Dos, importantísimas. Qué bonito el abrigo de Irene Montero. Oye, que va sin sorna. De verdad. En arena. Gordo. Confortable. Arquitéctonico. Da la sensación de que su construcción va viento en popa y apunta maneras.

Y luego, Arrimadas. Últimamente, Chanel marca sus pasos. Vale, en blanco y negro. Más negro que blanco –el luto de no haber sido la elegida para apoyar los PGE, lo comprendo–, pero esa elegancia tiene su peso. Y no hay nada como un Chanel para ser respetable. Inés, hija, piénsalo así, el gobierno no optó por ti, pero has tenido tu distancia social. A Dios gracias.

La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas.16 DICIEMBRE 2020EUROPA PRESS/E. Parra. POOL16/12/2020
La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas.16 DICIEMBRE 2020EUROPA PRESS/E. Parra. POOL16/12/2020EUROPA PRESS/E. Parra. POOLEuropa Press