Campanazos

Los 5 escándalos más sonados de 2020: del “pantojismo” al Megxit

Una madre sin alma, unos «royals» sin corona, un cantante persiguiendo sombras, una dama ya sin dueño y una aprendiz de mantis religiosa

Psicoterapia choni en Cantora
Psicoterapia choni en CantoraDiego PuertaGTRES

Pantoja, Harry y Meghan, Bosé, Melania y Trump, Mainat y su ex. Estos son los mayores escándalos que han pintado de amarillo y rosa este año tan gris.

Isabel Pantoja: “Mi pequeño del alma...”

Allá por finales de los años 80, Kiko Rivera era Paquirrín, el niño que mamá Pantoja lucía por los escenarios cantando junto a ella su amor eterno aferrado al micrófono. «Alma...», repetía el entonces bebote mientras Isabel entonaba. «Pasta», le pide ahora Kiko con la misma insistencia tras descubrir repentinamente, con muchos papeles notariales de por medio, que la tonadillera dispuso como quiso de lo que le correspondía por la herencia de su padre, Francisco Rivera «Paquirri».

LA CANTANTE ISABEL PANTOJA Y SU HIJO KIKO RIVERA EN FUENGIROLA
LA CANTANTE ISABEL PANTOJA Y SU HIJO KIKO RIVERA EN FUENGIROLAJX©GTRESONLINE

«Mi madre no es buena persona». «Ha hecho un paripé hasta con el tema de mis adicciones». «Está enferma, cegada por el dinero». «Si es necesario, la llevaré a los tribunales». En estos cuatro titulares se resume básicamente el parricidio mediático que el famoso hijo despechado cometió el viernes 13 de noviembre en horario de máxima audiencia. Pantoja fue otra espectadora de la carnicería filial, probablemente ya historia televisiva, que ha terminado por descomponer una figura maltrecha por los escándalos y la cárcel, además de por la edad.

A la contienda abierta por Kiko se fueron sumado rápidamente los dos bandos enfrentados desde siempre, Riveras y Pantojas, Montoyas y Tarantos, mirándose durante años de reojo y ahora esparciendo de nuevo las viejas inquinas acumuladas durante 36 años por el legado del torero. Quienes la conocen dicen que Isabel no será capaz de denunciar a su hijo, a pesar de que sus abogados se lo aconsejan, y que desde hace semanas llora que llora por los rincones. Madre dolorosa. Quizá morosa también, porque su hijo va a reclamarle, en principio, más de 800.000 euros, que es la cantidad que estima que le dejó su padre. No parece que el fondo de emergencias de la cantante esté para semejante urgencia. Quizá debería comprobar a qué precio se venden las batas de cola en Wallapop.

Miguel Bosé: Papito, y los conspiradores

Si los humoristas, los tan aclamados creadores de memes, los imitadores y los cronistas sociales eligieran juntos al personaje del año, es difícil imaginar que Miguel Bosé no fuera el favorito popular. Nadie como él ha sabido pisar cada charco que se ha puesto a su alcance hasta crear una escuela del esperpento en la que sepultar su reputación de artista, al tiempo que ventilaba en los juzgados su particular manera de entender la paternidad.

Miguel Bosé, con sus hijos Tadeo y Diego, en la premiere de Godzilla, en Hollywood
Miguel Bosé, con sus hijos Tadeo y Diego, en la premiere de Godzilla, en Hollywoodlarazon

Los meses de reclusión en México, no por preservar su salud sino por sociopatía sobrevenida, le han llevado a reflexionar mucho, tanto que las ideas le salieron a borbotones por las redes sociales. «#YoSoyLaResistencia», anunciaba desafiante en un «hashtag» con el que acompañaba sus incendiarios tuits. Gracias a ellos se ha convertido en afamado referente de la tropa que clama contra las vacunas porque con ellas se diezmará a la humanidad en vez de librarnos de un virus inventado por poderosos agentes supranacionales.

A él se suman también los que han averiguado, por fuentes que los terrícolas desconocemos, el plan de Bill Gates para convertirnos en sus mascotas, inoculándonos diminutos robots que serían controlados con las redes 5G.

Miguel Bosé
Miguel BoséLa Razón

«Solo pretendo informar», se defendía ante los escépticos. «Me quieren censurar», denunciaba después, convencido de estar rodeado de conspiradores. El escultor Nacho Palau, su pareja durante 26 años, debe de ser también uno de ellos porque tras la separación se propuso mantener unidos a los cuatro hijos que tuvieron a través de vientres de alquiler. De modo que Bosé se vio obligó a reivindicar ante un juez que en esto de los vástagos lo más importante es lo biológico.El Papito genético. Y lo ha logrado. Ahora Tadeo y Diego, los que nacieron de sus espermatozoides, viven con él en México, y Telmo e Ivo, los de Nacho, con el escultor en España. El reparto, al menos, es equitativo.

Mainat y Dobrowolski: “Quesquesé, se merdé”

Cantaba al bidé La Trinca y su estribillo ha resultado un vaticinio para uno de sus integrantes, el productor Josep María Mainat(74 años), protagonista de una tragicomedia chusca que ha creado adicción masiva entre los aficionados a los sucesos. La trama es apasionante por lo enrevesada, abierta a giros inesperados.

Un juez investiga el intento de asesinato de Mainat por parte de su mujer 60La esposa intentó matar a su marido para evitar el divorcio y poder optar así a una herencia millonaria, según los MossosQuién es Angela Dobrowolski, la mujer de Josep Maria MainatLa mujer de Mainat falsificó cheques de su marido veinte días después del intento de asesinato Angela Dobrowolski, la mujer de Josep Maria Mainat intenta asesinar a su exmarido
Un juez investiga el intento de asesinato de Mainat por parte de su mujer 60La esposa intentó matar a su marido para evitar el divorcio y poder optar así a una herencia millonaria, según los MossosQuién es Angela Dobrowolski, la mujer de Josep Maria MainatLa mujer de Mainat falsificó cheques de su marido veinte días después del intento de asesinato Angela Dobrowolski, la mujer de Josep Maria Mainat intenta asesinar a su exmaridoEdicion7la razon

Primera pregunta: ¿hay una asesina? Es lo que intenta averiguar la policía desde que detuvieron a Ángela Dobrowolski, la segunda esposa de Mainat (antes muchos años casado con Rosa María Sardá), quien presuntamente intentó dar una muerte dulce a su marido diabético inyectándole una sobredosis de insulina.

¿Estaba detrás de su dinero? La pareja había iniciado un proceso de divorcio y, según el productor, Ángela prefirió la herencia a la separación de bienes. ¿Es Mainat un maltratador? Lo dice ella, por eso ha presentado dos denuncias contra él. «Soy una víctima inocente», proclama por los platós televisivos.

La esposa de Josep Maria Mainat, Angela Dobrowolski, llega al juzgado en Barcelona, en la Ciutat de la Justícia de Barcelona, Catalunya (España) a 25 de octubre de 2020.
La esposa de Josep Maria Mainat, Angela Dobrowolski, llega al juzgado en Barcelona, en la Ciutat de la Justícia de Barcelona, Catalunya (España) a 25 de octubre de 2020.David OllerEuropa Press

¿Puede haber terceras personas? Sí, y tal vez cuartas y quintas. Al menos es lo que afirma una tal Alina, que acusa a Ángela de organizar un prostíbulo multitudinario en la casa que Mainat tiene en la localidad de Horta. Esa mujer, rusa por toda referencia, habría estado entre las invitadas en la residencia junto a su novio Gabriel, un escort latino que al final ha preferido la compañía y la manutención de la presunta impulsora del negocio.

¿Participaba el productor de esta fuente de ingresos? No parece, porque en cuanto lo supo, solicitó y logró una orden de desalojo contra Ángela, que días después volvió a ser detenida por intentar entrar en la casa para hacer una limpieza a fondo con la que atender las minutas de sus abogados. Era la tercera vez que pasaba por comisaria. La anterior ocurrió cuando pretendió cobrar unos cheques falsificando la firma de su ex marido. Y por fin, una última pregunta: ¿quesquesé? Sí, Mainat, se merdé.

Melania Trump: Es hora de irse, cariño...

Decían hace cuatro años que quien más lloró la llegada de Donald Trump a la presidencia no fueron los izquierdistas radicales, sino su propia mujer, Melania. De ser cierto, se desmentiría el rumor de que su mejor tratamiento de belleza es la total carencia de emociones. Siempre, según las filtraciones de su entorno, se pactó continuar con el matrimonio transaccional a pesar de que ya entonces el divorcio parecía inminente. Pero había que hacerlo por la nación, por el hijo que tiene con él, Barron, y quién sabe si quizá también por su hipnótico fondo de armario.

Donald Trump y Melania
Donald Trump y MelaniaChris Kleponis / POOLEFE

Finalmente, lo cierto es que aceptó soportar la carga de dar una glamurosa primera dama a la Casa Blanca, aunque con algunas condiciones. Buscó el dormitorio más alejado del de su marido e inscribió en su mirada un claro y evidenciado hasta la saciedad «no me toques» para negar cualquier gesto afectivo hacia el presidente. Y así fue sobreviviendo Melania hasta que, al fin, el pasado 3 de noviembre llegaron las elecciones con una duda maledicente flotando en todos los mentideros de Washington: ¿por quién votaría ella? Nunca se sabrá su verdadero favorito. Sin embargo, no parece casual que la ex modelo fuera una de las primeras personas que intentó convencer a su marido de que desistiera de impugnar los resultados en los tribunales.

«Está contando cada minuto hasta que él deje el cargo y así poder divorciarse. Si Melania intentara una última humillación y se fuera antes de que Donald dejara el poder, él encontraría la manera de castigarla», afirmó tras las comicios una ex asistente que trabajó con ella varios años. Si son ciertas las demás especulaciones, incluso ya existiría un acuerdo de separación para que el nuevo golpe en el orgullo de Trump sea rápido y limpio. Mientras, todos esperan la última de sus sonrisas forzadas despidiendo el año, el postrero de su reinado y el primero, quizá, de su libertad.

Harry y Meghan: Querida abuela, “no aguantamos”

Apenas había comenzado el año y la reina Isabel II de Inglaterra ya supo que 2020 sería otro capítulo más del vía crucis familiar en que se han convertido los últimos años de su reinado. Un refrán italiano aconseja que cuando todo va mal, llames a la abuela. Y así lo hizo el príncipe Harry al poco tiempo de finalizar la pasada Navidad: «Lo siento, pero Meghan y yo no aguantamos el acoso de los medios, siempre criticando a mi mujer por su carácter, por su forma de vestir, por sus orígenes, por su color de piel… Queremos una vida más normal, así que nos vamos con el pequeño Archie a hacer las Américas», vino a decir su nieto justo antes de empezar con la mudanza rumbo a Estados Unidos.

El príncipe Harry y Meghan Markle, duques de Sussex
El príncipe Harry y Meghan Markle, duques de SussexDaniel Leal-OlivasAP

La tormenta esperada –un granizo intenso que los periodistas cortesanos británicos arrojaron sobre los «niñatos», «egoístas e irresponsables» –duques de Sussex– se hizo huracán cuando la separación familiar aireó también la mala relación de Harry con el príncipe heredero, Guillermo. Se supo que el primogénito de Carlos de Inglaterra estaba harto, al parecer, del victimismo de su hermano pequeño, de la excesiva independencia de la pareja y de la fría relación, cercana a los cero grados, de las dos esposas respectivas, Meghan y Kate.

La reina ya ha asumido que durante meses verá a su muy querido Harry y a su nuera en los reportajes de prensa más que en persona. Al menos, confía en que el nieto pródigo no olvide que es un «royal» y sepa contener la atracción de su mujer por el «show business», aunque los indicios seguramente la intranquilicen. Los duques de Sussex han firmado un contrato con Netflix de 125 millones de euros para participar en varias producciones yotro de unos 20 millones con Spotify, plataforma en la que publicarán podcasts hablando de sus cosas. Tal vez ya no puedan vivir como príncipes, pero sí como reyes.