Familia Real
La Infanta Elena y el otro Palacio de la Zarzuela
El piso en el que vive en Madrid, situado frente al Retiro, se ha convertido en el centro de reunión de parte de la familia
La Infanta Elena lleva tiempo convertida en el nexo de unión de su familia. De todos los miembros directos, ha sido la que ha estado más cerca de Don Juan Carlos, y no solo en este último año, sino mucho antes acompañándole en actividades lúdicas. Juntos iban a Sanxenxo cuando se celebraban las regatas, participaba con el Rey Emérito en varias cenas solidarias organizadas por la asociación local del Cáncer en la localidad gallega, compartía circuitos gastronómicos por España y también jornadas de caza. La duquesa de Lugo ha ejercido de apoyo en la estancia de su padre en Abu Dabi en varias ocasiones. En este sentido hay que aclarar que la primogénita de los Borbón ha viajado siempre en línea regular y no como se dijo en avión privado cedido por alguno de los empresarios españoles que o lo tienen en propiedad o lo alquilan.
Y este apoyo público no solo ha sido a su padre. Este verano, uno de los más complicados para Doña Sofía en el aspecto afectivo, pasó unos días en Palma con ella y con su tía, la princesa Irene. Repartió las vacaciones con su hermana Cristina, a la que desde el inicio del «caso Noos» siempre ha apoyado. No se escondía cuando la visitaba en Ginebra los fines de semana y tampoco en las celebraciones relacionadas con sus sobrinos. Cuando Juan Urdangarín, el primogénito de Cristina, se instaló en Madrid, después de una etapa efímera en Londres, la tía Elena ha sido (junto con la Reina) su familia más cercana. Y ese nexo de unión también se ha reflejado con Pablo, el segundo hijo de los Urdangarín que vive en Barcelona. Estudia Empresariales en una universidad privada y la actividad académica la compagina con sus entrenamientos en el equipo de balonmano del Barcelona, el mismo en el que triunfó su padre. Pablo tiene el apoyo familiar de Ana Urdangarín, pero también el de Doña Elena cuando se desplaza a Madrid.
El papel de la Infanta Elena ha sido muy determinante en los desencuentros y conflictos familiares que desde hace años enturbian las relaciones afectivas. Con los Reyes Felipe y Letizia mantiene las distancias, aunque en este caso, y por razones obvias, fue el Jefe del Estado el que prefirió el distanciamiento, aunque la duquesa de Lugo no haya tenido en su vida ningún asunto que pudiera enturbiar la relación. La historia de la tarjetas Visa que supuestamente utilizaban sus hijos Froilán y Victoria como obsequio de su abuelo no han tenido recorrido.
Fuera del núcleo duro
Doña Elena pagó en su día los platos rotos de historias que no le afectaban y que nada tenían que ver con ella. Dejó de formar parte del llamado núcleo duro, que así definió Zarzuela en su día el actual organigrama. La duquesa no tiene amistades complicadas y su vida se centra en su trabajo en Mapfre, sus amigos y sus hijos que, desde que son mayores de edad, hacen vida independiente, muy a su pesar. De hecho pasó el confinamiento sola en su vivienda del barrio del Niño Jesús, cerca del parque del Retiro.
Esta casa se la regaló el Rey Juan Carlos y en ella comparte vecindario con el abogado Marcos García Montes, Celia Villalobos y familias de profesionales liberales. En este domicilio, que tiene cinco habitaciones y un gran salón y que es desde donde la Infanta hacía sus directos cantando «Resistiré» durante la pandemia, era donde quería Don Juan Carlos instalarse en Navidad. Una información que contó Carlos Herrera, que mantiene conversaciones asiduas con el Emérito. Y fue también el lugar que eligió el Monarca octogenario para despedirse antes de volar a Vigo y de allí a los Emiratos Árabes. Lo mismo hizo Iñaki Urdangarin, la noche anterior a ingresar en prisión.
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