Nacho Palau y su madre han abierto de nuevo la carpa del circo. En el «Deluxe», Lola Medina soltó todo tipo de incoherencias sin ningún rigor con la intención, más o menos visible o más o menos oculta, de desprestigiar la figura de Miguel Bosé. Ningún agradecimiento por lo que –hasta antes de la crisis– el cantante hizo por esa familia, aficionada a echar las cartas y a otro tipo de ritos. Nacho prefiere echar el tarot. Más pronto que tarde nos enteraremos, quién sabe, de que Palau se postula para entrar en algún «reality».

Hay que calentar motores y ganar dinero, porque desde que Bosé desapareció de sus vidas, se fue también el «cajero automático», que era en lo que se había convertido Miguel. Algunos, que tenemos una visión de la historia totalmente opuesta, nos preguntamos qué es lo que tiene que solventar esta señora en un plató de televisión que no pueda hacer en un juzgado. El juez ya dictaminó en su día y ahora se está a la espera del recurso.

Aunque sé que nado contracorriente, intentaré desde aquí puntualizar algunas declaraciones de Lola Medina totalmente falsas. Al final, su discurso se embrolló tanto que no quedaron claras sus afirmaciones. Lo que en ningún momento negó es que lo que querían era la sustanciosa cantidad que recibían de Miguel todos los meses. Si les soy sincera, creo que si le pasaran diez mil euros al mes no vuelven a rechistar. A continuación, los niños de Palau saldrían en el primer vuelo a México. Tengo la sensación de que los pequeños son, desgraciadamente, una letra de cambio para conseguir sus exigencias.

Un padre extraordinario

Todo empezó a deteriorarse cuando vivían en Panamá por la amistad especial que Nacho mantuvo con un señor, que acabó haciéndolo público. Ahí se rompió la relación como pareja. Se volvieron a España y Miguel le explicó a Nacho que debían irse a México porque había firmado un contrato con una productora hasta 2022. Estaba dispuesto a alquilarle a Nacho un apartamento cerca de la casa y seguir pasándole una pensión, y pagarle un coche y cuatro viajes a España al año. Los cuatro niños quedarían escolarizados en México. Nacho no aceptó el trato y decidió quedarse en España con sus dos hijos. Y ahí comienza el serial.

El tiempo que vivieron en Madrid, entre Panamá y México, Miguel se alojaba en su casa de Somosaguas y alquiló a Palau un bonito chalet con jardín cerca de allí. Los cuatro hermanos pasaban una semana con uno y otra con el otro. Miguel les mandaba una niñera para que los cuidase, pues Nacho, según el entorno de Bosé, es una persona muy dispersa, le encanta hacer su vida y, como a muchos, salir a tomar una copa, lo que en sí mismo no tendría nada de malo.

Nacho despidió a la niñera. Cuando Miguel se enteró fue rápidamente a por sus hijos, ya que, según cuentan sus amigos, no estaba tranquilo dejándolos solos con Nacho. Los verdaderos motivos solo Miguel Bosé los conoce. Mi idea es que el cantante es un padre extraordinario, a tal punto que dejó de beber y fumar cuando nacieron los niños. Se adoran y ha sido siempre generosísimo manteniendo a Nacho y su familia hasta que tensaron demasiado la cuerda. Así y todo, mientras vivió Lucía, madre de Miguel, enviaba a través de ella dinero para los críos. Lo que hizo Nacho con el dinero del piso que al parecer le compro Bosé en el Barrio del Carmen de Valencia es una incógnita. Ahí lo dejo y cada uno que saque sus conclusiones.