Muere el actor
Rosario Flores, el gran amor de Quique San Francisco
El actor (65), que ha fallecido hoy en Madrid tras tres semanas ingresado en el Hospital Clínico, mantuvo varias relaciones con distintas mujeres, pero sin duda la más mediática fue la que vivió durante cuatro años con la cantante Rosario Flores. Se conocieron a través de Antonio, el hermano de ella, y la artista enseguida se enamoró de él. Eran los años 80 y el actor comenzaba su coqueteo con las drogas, que a la postre acabaron terminando con el noviazgo. “Ella empezó con una persona (yo) y terminó con otra (la droga). Por eso un día le dije que tenía que dejarme que yo ya no era un hombre, era una piltrafa”, afirmó en su momento Enrique San Francisco en la entrevista con Bertín Osborne. El matrimonio nunca entró en sus planes y bromeaba con Osborne, en “Mi casa es la tuya”, cuando afirmaba que las mujeres “solo me llaman para insultarme”.
«Los peores cuatro años de mi vida que recuerdo fueron cuando estuve enganchado a la droga. Pedí a mi madre que me encerrara. Me metió en una clínica que está en Madrid. Le eché dos cojones y aquí estoy, otros se quedaron por el camino. A Antonio Flores y a mí nos separó la droga. Yo le dije a su madre, a Lola, que lo metiera en una plataforma petrolífera. Era de los tíos que más quería», confesaba a Bertín Osborne en «Mi casa es la tuya».
Quique San Francisco nunca ocultó sus problemas con las drogas y ha estado perseguido por problemas de salud constante. En 2002 sufrió un accidente de moto en el que perdió la movilidad durante casi un año.
Problemas económicos
El humorista madrileño siempre culpó de sus problemas económicos a varios agentes que le engañaron y le obligaron a abandonar su casa antes de que le desahuciaran. «Me fui yo antes de que me la quitaran. Fui más rápido, porque esas cosas se ven venir», confesaba en marzo en el “Sábado Deluxe”.
En el programa «Ven a cenar conmigo: Gourmet Edition» señalaba que «me gusta vivir en un hotel, pero si estoy mucho tiempo solo conmigo mismo se me ocurren muchas cosas que no se me debían de ocurrir. Por eso tengo que estar entretenido», explicaba. Nada nuevo para el actor más canalla de la escena española, pues se podría decir que, en parte, se ha criado entre recepcionistas y frías paredes de hoteles. Con trece años hizo las maletas para poner rumbo a Madrid e intentar convertirse en actor. Deambuló de hostal en pensión hasta que conoció a los 17 años a su padre, el también actor Vicente Haro, con el que convivió dos años hasta que decidió independizarse. Más tarde regresaría con él.
Desde entonces, el humorista vivía en un apartahotel en Pinto. En «Ven a cenar conmigo: Gourmet Edition». confesaba que le gustaba vivir en un hotel, “pero si estoy mucho tiempo solo conmigo mismo se me ocurren muchas cosas que no se me debían de ocurrir. Por eso tengo que estar entretenido».
Con trece años deambuló de hostal en pensión buscándose la vida como actor. A los 17 años conoció a su padre, el actor Vicente Haro, con que vivió hasta que se independizó.
Una vida llena de vivencias y de anécdotas como cuando fue encarcelado en Nepal por pelearse con un mono que la había robado su plátano. Estuvo cinco días en el calabozo hasta que pagaron su fianza. Y en una segunda ocasión, por pegar a un dependiente que le vendió unas galletas con gusanos.
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