Fallecimiento

Lady Penelope, la vida al descubierto de la mejor amiga de Felipe de Edimburgo

El marido de Isabel II mantenía una amistad muy especial con Penélope Romsey

El príncipe Felipe y lady Peny en Berkshire.
El príncipe Felipe y lady Peny en Berkshire.Mark CuthbertUK Press via Getty Images

La realeza británica tiene una coraza peculiar ante el escándalo distinta a la de otras monarquías europeas. La vida sentimental y privada de sus royal ocupa páginas de los tabloides y programas de ‘prime time’, mientras que la opinión sobre la necesidad de la Corona se mantiene positiva e inalterable. ¿Cómo es posible? La razón es que los británicos adoran su realeza y viven sus cuitas desde siempre como si de un reality sin fin se tratara. Por eso, que Lady Penelope Knatchbull, actual condesa de Mountbatten de Birmania, fuera una de las amigas entrañables del recientemente fallecido Felipe de Edimburgo formaba parte de la orografía real, un accidente necesario para mantener el equilibrio de la longeva institución. Lady Penny, treinta años menor que el que fuera esposo de Isabel II de Inglaterra, compartía con él muchas aficiones. Pero una destacaba sobre las demás: las carreras de enganche. De hecho, se conocieron en el mundo equino que les ha unido hasta el pasado viernes. Fue durante un partido de polo en Smiths Lawn, Windsor, en 1975. Entonces, ella aún era Penelope Meredith Eastwood, la hija de un afamado carnicero, que se hizo millonario gracias a la cadena de restaurantes Angus Steakhouse.

Por aquel entonces, ella mantenía una relación formal con Lord Brabourne, ahijado del propio Felipe y primo del príncipe Carlos. La que muchos denominan la Corinna española, fue una de las firmes defensoras de la relación de éste con Camila Parker, llegando incluso a prestarles su propia casa en los momentos más delicados Y hay más. Cuando en 2010 su marido abandonó a Penélope para huir a Bahamas con otra mujer, el duque de Edimburgo se convirtió en el principal apoyo de la señora Romsey. Las coincidencias con la duquesa de Cornualles son muchas.

Lo cierto es que en la peculiar (y enamoradiza) realeza británica todo se ve con buenos ojos. Hasta el hecho de que triunfe el amor parece gustar al pueblo a la vez que le incomoda. Esta aristócrata siempre ha sido bienvenida en los asuntos palaciegos. A la reina de Inglaterra parece no molestarle su presencia. “Que flirtee le viene bien a su edad para mantenerse joven y alegre”. Esta ha sido siempre la respuesta de la longeva monarca cuando alguien le pregunta si le molesta que su marido tenga amigas.

La relación entre Isabel II y la amiga de su esposo es cercana y va más allá de la foto. Antes del Covid, la reina compartía vehículo con la propia Lady Penny en el trayecto hacia la iglesia parroquial de Sandringham. Ahora todos los ojos están puestos en el papel de esta mujer en el funeral de Felipe de Edimburgo. Pero no fue la única ocasión. Dos años antes, la reina también había asistido a la boda de la hija de Penélope, de quien el príncipe Carlos fue su padrino. De nuevo, aparecieron juntas muy sonrientes durante una competición ecuestre en Windsor. Es decir, que si no las hemos visto más veces juntas es porque la pandemia, que ha congelado la vida social de medio mundo, no lo ha permitido.

La lista de sus supuestas amantes de Felipe de Edimburgo es tan larga como carente de pruebas contundentes. También cabe la posibilidad que la reina quizás haya creído siempre en las palabras que le soltó una vez el duque de Edimburgo a una periodista cuando esta le preguntó por sus supuestas infidelidades: “Pero por el amor de Dios. ¿Alguna vez te has parado a pensar que desde hace años no voy a ninguna parte sin que un policía me acompañe? Hasta la serie The Crown, la producción de Netflix que no agradaba en sobremanera a la Corona, ahondaba sutilmente en el carácter seductor y juerguista del esposo de Isabell II. Sea como fuere, hoy todo ya es historia. Lady Penny incluida.

Ana S. Juárez