Nueva vida
El potente caudal financiero de Jaime Martínez-Bordiú con el que alegra su boda
El nieto de Franco contrajo matrimonio con Marta Fernández
Jaime Martínez-Bordiú ha vuelto a ser noticia por su boda con Marta Fernández. Llevaban juntos diez años desde que coincidieron en una fiesta organizada en Joy Eslava. Vivía en Vigo y cuando la relación fue a más se trasladó a Madrid para iniciar una vida en común. Ella soltera y Jaime divorciado de la empresaria y modelo Nuria March y con un hijo común que ya es mayor de edad.
Tuvo varias novias estables como Tania Paessler, Miriam Ungría y Patricia Olmedilla y otras complicadas. Una de ellas, Ruth Martínez acudió a «Salsa Rosa» para contar las intimidades de la relación. El hijo de Carmen Franco también apareció tiempo después para contar su verdad y descubrir sus adicciones. Lo hizo cuando ya había superado el proceso de desintoxicación y ya era según sus palabras «una persona nueva».
Marta Fernández tuvo mucho que ver en ese camino del que muchos no salen. Lo apoyó junto con su hermana Arancha y la duquesa de Franco. Desde su recuperación y el abandono del mundo oscuro no prueba el alcohol. Y los que han coincidido con él en ambientes sociales así lo testifican. «Le ves con refrescos, ni siquiera con una caña».
La boda se celebró en una notaría cinco días después de que Marta regresara de Dominicana donde había pasado la Semana Santa en la mansión de Cap Cana de su amiga la venezolana Raquel Bernal, mientras Jaime se quedaba en España para participar en una cacería. La anfitriona le organizó a Marta una fiesta a modo de despedida de soltera a la que acudieron los españoles que en aquel momento estaban por la zona como su ex marido Álvaro Muñoz Escassi o el empresario Javier Tudela. Este último fue una de las personas que firmaron como testigo en la notaría donde se celebró en la intimidad el enlace civil. Jaime y Marta tomaron la decisión de legalizar su unión después de varios retrasos: primero por la muerte de la duquesa de Franco y más tarde por la pandemia.
El séptimo hijo de Cristóbal Martínez-Bordiú y Carmen Franco tuvo el detalle de mandar mensajes de agradecimiento a todas las personas que le habían enviado felicitaciones por su nuevo estado civil. Siempre ha sido el miembro de la familia más accesible a la prensa. Estudió en el colegio del Pilar siguiendo la tradición familiar de los varones Villaverde. Cuando había algún tema polémico, complicado o incluso festivo, el pequeño de la tribu respondía a los reporteros de calle o por teléfono para aclarar noticias relacionadas con él o con alguno de sus hermanos. Formaba con Arancha, la sexta, el tándem de los pequeños. Estuvieron muy unidos e incluso decidieron retocarse la nariz con el doctor Vilar-Sancho en la misma fecha. En la casa familiar del barrio de Salamanca, Jaime se quedó con Luis Alfonso, que vivía en casa de los abuelos maternos, a la muerte del duque de Cádiz. El tío Jaime fue su gran apoyo y quien reportaba a su hermana el estado emocional del adolescente.
Hay un dato en su biografía poco conocido y que contaba su hermano Cristóbal en sus memorias «Cara y cruz» (Planeta). En un capítulo confesaba que no le forzaron para ser militar. Carrera que años después abandonaría y se decantó por Derecho. Una formación que le ha llevado a anclar bien sus negocios. Todas sus empresas gozan de una salud formidable. En tres de ellas acumulan sus inversiones inmobiliarias. Proalrevisa S.A., Francoveda S.L. y Cronical Business S.L., domiciliadas entre Villanueva de la Cañada (Madrid), acumula activos que rozan 4,3 millones de euros. Ninguna de las otras seis empresas que administra presenta números rojos. Con una economía saneada, Jaime quiere hacer una gran fiesta cuando las restricciones sanitarias lo permitan. Tuvo su travesía del desierto que superó y ahora al fin vive feliz junto a la gallega Marta.
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