Crónica
Cuentan que Yolanda, Irene y Belarra se tiran de los pelos por la coleta
¿El corte de coleta significa también un corte con Irene Montero en el inicio de la nueva temporada político-mediática de Iglesias?
Coco Chanel dijo que cuando una mujer cambia de peinado significa que va a cambiar de hombre. Quizá valga al revés: ¿el corte de coleta significa también un corte con Irene Montero en el inicio de la nueva temporada político-mediática de Iglesias en la pista central del circo? Hablan de una razón más prosaica: como político bien informado (cerca del CNI estuvo), podría ser que el macho alfa rapado posea datos sobre las plagas que se aproximan y haya recordado las de Egipto: hubo una de piojos. Mejor prevenir.
El tuit de Cayetana Álvarez de Toledo ha sido un alfilerazo: “Hasta el moño de sí mismo”. Sí, y de las rimas. Ya no quiere la coleta que rima con jeta y bragueta ni el moño que rima con coño y madroño, de tan infausto y reciente recuerdo electoral. Ya no le podrán llamar coletas ni moños. Y como estamos haciendo historia, se habrá dicho, seamos serios: se acabaron las coñas capilares.
La cuestión ahora es saber qué ha hecho el ex vicepresidente segundo con su pelo, pues nadie puede creer que la mítica coleta haya ido a la basura. ¿Lo ha donado a una asociación de indigentes calvos? ¿Lo tiene guardado Irene Montero para fabricar relicarios y colgantes en forma de hoz y martillo que en su día se repartirá entre los más devotos? ¿Se lo ha legado a Podemos para que lo subasten en caso de apuro? A
unque Alberto Garzón desearía que la coleta se quedara en el Archivo de Salamanca junto a la peluca de Santiago Carrillo, y aunque en un principio la intención del propio Pablo fuera que sus restos capilares descansaran junto a Lenin en su tumba de la Plaza Roja (a Putin no le ha hizo gracia la idea), ahora parece que se inclina por obsequiárselos a Yolanda Díaz, su heredera natural en el Partido, para que se haga extensiones.
El estrés provoca calvas y ahora Yolanda va a sufrir mucho en su guerra por el poder con Irene Montero y la Belarra. Ya cuentan las lenguas de vecindona que la tricefalia podemita se está tirando de los pelos por heredar los del amado líder. ¿Lo próximo del nuevo Pablo será el corte tazón, tupé rockero o cresta con raya? Continuará.
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