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Entrevista

Enrique Moreno, el cirujano que ha salvado a Cayetano de Alba

Acaba de publicar «El cirujano», su primera novela, la cruda autobiografía de un hospital. «Soy un trapero del tiempo», dice

Acaba de publicar «El cirujano», su primera novela, la cruda autobiografía de un hospital. «Soy un trapero del tiempo», dice. ©Gonzalo Pérez MataLa Razón

Ha operado en Israel, Roma, Lisboa, Colombia o Buenos Aires en cirugías complejas que le han pedido por su maestría. Ha sido un habitual del avión supersónico, Concorde, porque en el mismo día podía hacer una cirugía en Estados Unidos y regresar a España. Con el premio príncipe de Asturias de 1999, pagó la deuda de su casa y repartió el resto entre su equipo. La escultura de Miró, que acompañaba al premio, la tiene en el despacho donde hacemos la entrevista, junto al crucifijo de Franco que le regaló su hija, Carmen. Acaba de publicar su primera novela «El cirujano», la cruda autobiografía de un hospital, su día a día desde hace 60 años y también ha vuelto a «salvarle» la vida a Cayetano Martínez de Irujo, que ingresaba el jueves pasado en la clínica La Luz de Madrid para ser intervenido de urgencia y ya van once operaciones «sobre don Cayetano no puedo decirle absolutamente nada. Todo lo que supone una información de un enfermo es el propio paciente quien tiene que darla. A La Razón les tengo mucho afecto, pero entenderán que soy catedrático y que pudiera hacer un comentario sobre un enfermo es algo que no me corresponde y no haré».

–Cayetano Martínez de Irujo dice que le debe la vida

–Cuando su mujer me dijo: ¿usted aceptaría operar a Cayetano? Cómo no, que venga inmediatamente. Por eso no puedo tener vida social porque estoy las 24 horas del día pendiente de lo que pueda pasar. No puedo tomar vacaciones porque cuando estás en la red de trasplantes o se está o no se está. No hay horarios. El cáncer no dice; adiós, hasta mañana.

Cayetano Martinez de Irujo en octubre de 2018larazon

–¿Qué familia resiste eso?

–Ese es el problema, que nos llevamos por delante todo. Somos egoístas para ellos y generosos con los enfermos y las investigaciones. Aún así he tenido tiempo de tener cuatro hijas, que son médicos y tres niños de 11 y 9 años. Gracias a las madres.

–Le llaman «El Dios». ¿Es creyente?

–Evidentemente y también practicante. Como la ciencia es interminable uno se hace más creyente. La vida se entiende a veces con el egoísmo de pensar que esto no se acaba, que uno no llega a desaparecer completamente.

–¿A las eminencias les toca «el más difícil todavía»?

–Eso pasa en todo. En todas las profesiones hay un grupo de personas que está más entrenado en casos más complejos, que no restan ilusión por su trabajo, ni pasión, ni responsabilidad por lo que hacen, además de ponerle pasión y ternura. Los casos graves no nos hacen ser autómatas.

–Dicen que tiene un ego enorme, ¿lo reconoce?

–En esta vida no se trata de hacer política, ni de buscar amigos en los pasillos, se trata de cumplir con nuestras obligaciones.

–En los trasplantes, usted con la muerte da vida. Es alquimia

–Ni somos alquimistas, ni santos que hacen milagros. El milagro son las personas que acaban de recibir el impacto de una muerte y son capaces de donar los órganos.

–Tiene 81 años y sigue operando, eso también es meritorio

–Es dar gracias a Dios por cómo me ha hecho, luego, depende de lo que haga usted después, cuidándose o no. Hay personas que con 30 años les tiemblan las manos y hay otras que nunca nos han temblado. Y más yo, que opero con bisturí eléctrico, que es un palito con 20 cm de longitud y el extremo ardiendo.

–Al Rey Juan Carlos no le gusta ser Emérito, usted lo es, ¿lo agradece?

–Lo somos por nuestros méritos y para siempre, eso a mí no me molesta.

–¿Operar a un rey es más complejo?

–No, eso no cambia. Nosotros tenemos más de 3000 trasplantes realizados, estamos habituados a la complejidad de las operaciones. He tenido la suerte de tener personas conocidas, pero para mi todos mis pacientes son conocidos.

Raphael canta el Himno de Andalucía tras recibir el titulo de Hijo predilectoJosé Manuel VidalEFE

–¿Va a conciertos de Raphael, al que también «le salvó» la vida?

–He ido a un par de conciertos. Estoy encantado de que este vivo y ahí se ve el efecto importante del donante.

–Usted dijo que Madrid tiene la mejor sanidad. ¿Sigue siendo así?

–Sí, aunque tengamos que importar hasta las mascarillas, pero estructuras tenemos las mejores. En su mandato hizo nueve hospitales y la señora Ayuso, el Zendal, con muchas críticas, pero el que no hace nada no tiene críticas. Aunque también hay quien hace cosas, como la reforma de la Gran Vía, que es un desastre.

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