Fitz-James/Corsini
La última gran boda de la familia Alba
Elegancia para un enlace en el que destacó la ausencia de Cayetano Martínez de Irujo y la discreción de Alfonso Díez
Ayer se cerró la última gran boda del núcleo duro de los Alba. Vendrá la de Cayetana Martínez de Irujo Rivera o la de los gemelos Luis y Amina, pero nunca tendrán el boato de esta. A las 14.45 Carlos Fitz-James, duque de Osorno, y Belén Corsini se convirtieron en marido y mujer con todo el boato que permite una pandemia. El escenario era inigualable. Aunque actualmente es la residencia del actual duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart, muchos siguen refiriéndose a Liria como «el palacio de la duquesa de Alba», aunque a ella le gustaba más el de Dueñas en Sevilla. Sea como fuere, ha sido el hogar de Cayetana el que ha acogido esta boda de casi 300 invitados. El sacerdote Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp y el padre Ángel han oficiado la ceremonia. Tanto esta como el banquete se han celebrado en los espléndidos jardines del palacio, una zona a la que las visitas turísticas siguen sin poder acceder. La joven empresaria confió a Navascués la confección del traje. Se trata de un vestido corte imperio, realizado en georgette pesante de seda natural con doble falda y enagua en satén con remate bordado y mangas de una pieza abullonadas. La cola es independiente, realizada en tul plumetti bordado sobre gazar y el velo es del mismo material.
Palazuelo, la más elegante
De entre los invitados más esperados por parte de la prensa, el hermano del novio, Fernando Fitz James Stuart, y su esposa, Sofía Palazuelo, que se ha mostrado fiel a su estilo y ha apostado por un favorecedor vestido midi azul con cinturón de pedrería y sandalias doradas obra de Jan Taminiau, diseñador de cabecera de Máxima de Holanda. Los duques de Huéscar, que se casaron también en el Palacio de Liria en 2018, como también lo hicieron los también invitados Luis Martínez de Irujo, primo del novio, con su mujer, Adriana Marín, han destacado por su simpatía y amabilidad ante las decenas de reporteros que se apostaban delante del palacio.
Otra de las invitadas estrella ha sido Inés Domecq, hija de Humberto Domecq Ybarra y María Jesús Fernández Govantes, que acaparó las miradas por su impecable estilismo. El vestido llevaba su firma, ya que forma parte de su marca The IQ Colllection, la misma con la que vistió a la reina Letizia en Fitur con un modelo que arrassó. Inés es familiar de los novios, ya que está casada con Javier Martínez de Irujo Hohenlohe-Langenburg, marqués de Almenara. Él es el segundo hijo de Alfonso Martínez de Irujo, duque de Híjar y segundo vástago de la duquesa de Alba y Luis Martínez de Irujo, y de la princesa María Trinidad de Hohenlohe-Langenburg. También brilló Bárbara Mirjan, la pareja de Cayetano Martínez de Irujo, que aún sigue hospitalizado y evolucionando favorablemente. La joven, de 25 años, lució un impresionante vestido largo sin mangas de Jorge Vázquez. No podía faltar en lugar pivilegiado Matilde Solís, de cuya silenciosa vida nada se sabe y solo las bodas de sus hijos la devuelven al foco mediático del que siempre ha huído.
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