Crónica

La crónica de Mariñas: Rocío Flores cambia de físico y de carácter

“Ya no es la muchachita insegura y vacilante de la primera época y actualmente hasta casi presume de alguna abundancia cárnica”

Rocío Flores en una imagen de archivo
Rocío Flores en una imagen de archivoDaniel GonzalezGTRES

Resulta tristísimo o casi inquietante y casi nos llena de preocupación. No hay nada que celebrar a nivel social: nada de fiestas, reuniones de eventos ni similares. Hay auténtica y, repito, inquietante calma chicha. Deberían estudiarlo los responsables del cotarro social, no es algo de poca monta y podría destruir la vida social capitalina hasta hace poco tan envidiada fuera de aquí. Ojito con esto, no va de coña y hay mucho en juego como todo lo relacionado con el ocio tal ropas, festejos o músicos. Ante tal vacío, la cosa no mejora porque en una exclusiva de la revista «Semana» Rocío Flores presenta, enseña al detalle y luce su nuevo cuerpo. Está lleno de redondeces y sobresaliente busto, ¿por qué no reconocerlo? Es rubeniana y nada esbelta, de cintura alta, con caderas grandes y poca cintura que se le une al pecho. Pero lo enseña sin miedo, segura –no sé si también irresponsable, acaso–, consciente y aceptando lo que hay sin reparos ni prejuicios. Nada mejor ni más propio que un escenario playero para exhibirse con minibikini –que ya se necesita seguridad y aplomo– mostrando lo conseguido tras los 20 kilos –veinte, se dicen pronto– perdidos desde su debú televisivo en GH VIP 2019 defendiendo a su padre, Antonio David Flores. Supuso revelación, causó sorpresa y su naturalidad conquistó. Ya no es la muchachita insegura y vacilante de la primera época y actualmente hasta casi presume de alguna abundancia cárnica, especialmente de los muslos. La mudanza no solo es física y tener otro cuerpo, da fuerza, influye y la hace una mujer más independiente y segura. Le apena que la docuserie materna la haya puesto a los pies de los caballos, pero está sobreponiéndose ya considerando imposible la reconciliación con su madre. «La veo imposible, no entiendo su comportamiento hacia mí», lamenta. Lástima, no se puede tener todo. Pero debe mantener el optimismo y continuar mejorando centrándose más en su carrera televisiva ya exitosa en el programa de Ana Rosa Quintana y su cometido de «influencer» aunque esté cuestionado igualmente. No todo va a ser malo lo que se mueva a su alrededor.